Estados Unidos ha dado un paso importante para aumentar su capacidad de combustible nuclear y reducir su dependencia del uranio ruso al aprobar un proyecto de ley bipartidista para prohibir la importación de uranio ruso.
Desde 2022, Estados Unidos se ha estado preparando para la posibilidad de que el presidente ruso, Vladimir Putin, deje de venderle combustible para energía nuclear, y una prohibición pendiente de las importaciones rusas ayudará a impulsar la capacidad nacional para procesar combustible de uranio, dijo el máximo responsable saliente de energía nuclear.
El Senado de EE.UU. aprobó el martes una ley que prohíbe las importaciones procedentes de Rusia, la última medida de Washington para perturbar la capacidad de Putin para pagar por la invasión a gran escala de Ucrania que comenzó en 2022.
La prohibición, que se espera sea firmada por el presidente Joe Biden, entra en vigor 90 días después de su promulgación, aunque permite al Departamento de Energía emitir exenciones en caso de problemas de suministro.
La medida ha hecho temer que Putin tome represalias congelando las exportaciones a EE.UU., lo que dispararía los precios del uranio. Rusia suministró alrededor del 24% del uranio utilizado por los reactores de EE.UU. en 2022, y fue su principal proveedor extranjero.
Pero Kathryn Huff, subsecretaria nuclear del DOE, que deja el cargo el viernes, dijo que Estados Unidos está preparado para cualquier escenario. «La realidad es ésta: en los últimos años ha habido una posibilidad muy real y presente de que Rusia deje de enviar abruptamente uranio enriquecido a Estados Unidos».
Países como Canadá, Francia y Japón ayudarán a Estados Unidos con una «alternativa aliada» al uranio ruso, dijo Huff.
Y la prohibición de las importaciones desbloquearía 2.700 millones de dólares de la legislación anterior para desarrollar la industria nacional del uranio.
«Huff, que volverá a la docencia universitaria y a la investigación nuclear, señaló que para reducir la dependencia de Rusia se necesita una estructura combinada en la que se invierta en nuevas capacidades de conversión y enriquecimiento y se protejan esas inversiones con algunas restricciones a la importación».
Las centrales nucleares sólo repostan cada dos años aproximadamente y los contratos se establecen con años de antelación. Huff afirmó que Estados Unidos tiene «tiempo suficiente», unos tres o cuatro años, para poner en marcha nuevas capacidades de conversión y enriquecimiento de uranio y sustituir las importaciones rusas.
En Estados Unidos, la central nuclear de Vogtle, en el estado de Georgia, se inauguró esta semana tras años de retraso. Pero no está prevista ninguna nueva construcción, lo que hace temer que Estados Unidos no pueda cumplir el objetivo de Biden de descarbonizar la economía para 2050.
