Los Juegos Olímpicos de París 2024 pretenden ser más ecológicos que nunca, centrándose en la reducción de las emisiones de carbono. El éxito de los Juegos Olímpicos de París podría establecer una nueva norma para los acontecimientos deportivos sostenibles en todo el mundo.
Para el Mundial de Qatar 2022, el gobierno prometió que el torneo sería lo más ecológico posible gracias a un transporte público ecológico, enormes esfuerzos de reciclaje y sedes reutilizables.
Sin embargo, muchos se preguntaban si sería posible que un Mundial celebrado en el desierto fuera realmente ecológico, ya que requería estadios con aire acondicionado y grandes cantidades de agua y otros servicios para la afluencia de turistas.
Ahora, el gobierno de Francia pretende que los Juegos Olímpicos de París 2024 sean más ecológicos que nunca, con lo que espera contribuir a una transición ecológica a largo plazo en la capital francesa.
Cada vez hay más presión para que los grandes acontecimientos deportivos internacionales sean más ecológicos y generen menos residuos, a medida que los gobiernos y las organizaciones internacionales impulsan una transición ecológica mundial.
Ahora bien, crear un acontecimiento ecológico a gran escala es más fácil de decir que de hacer. Prepararse para una afluencia masiva de turistas y construir recintos adecuados para una amplia gama de acontecimientos deportivos suele producir una enorme cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero.
Pero París cree que puede prepararse para los Juegos Olímpicos de una forma más ecológica, además de reducir masivamente las emisiones.
A las Olimpiadas suelen acudir unos 10.500 atletas y 15 millones de espectadores. Este nivel de turismo pasa factura al medio ambiente. La mayoría de los visitantes llegan en avión, que quema combustible contaminante.
Además, la mayoría de los Juegos Olímpicos se celebran en lugares que no están preparados para el acontecimiento, lo que significa que deben invertir en la construcción de grandes recintos, alojamientos turísticos y otras infraestructuras críticas.
Los organizadores han declarado que los juegos no producirán más de la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero de los últimos Juegos Olímpicos.
Para lograrlo, los organizadores tienen en cuenta todos los componentes que intervienen en los juegos, desde la electricidad y los alimentos hasta los edificios y el transporte.
No habrá gigantescos generadores alimentados por diésel en los recintos deportivos, esta vez funcionarán principalmente con electricidad producida a partir de fuentes solares y eólicas.
Se espera que la reutilización de edificios existentes en toda la ciudad tenga un enorme impacto en las emisiones de carbono. Los organizadores del acontecimiento tienen previsto construir muchos menos recintos nuevos y, en su lugar, renovarán edificios existentes, como el Grand Palais, la Plaza de la Concordia y una piscina construida para los Juegos Olímpicos de París 1924.
Los pocos edificios nuevos que se están construyendo, como las viviendas de los atletas, un complejo de natación y un estadio, se construirán utilizando más madera y menos cemento y estarán equipados con paneles solares.
Además, los organizadores prevén que estos edificios se utilicen a largo plazo, como espacios comunitarios, y no para un único acontecimiento deportivo.
Hay algunos planes controvertidos para las Olimpiadas, como dotar a los edificios de las villas de los atletas de un sistema de refrigeración que utilice agua del subsuelo, en lugar de aire acondicionado.
Esto ha llevado a algunos equipos olímpicos a plantearse la posibilidad de traer sus propios aparatos de aire acondicionado. Tras el acontecimiento, se espera que la Villa de los Atletas, de 128 acres (52 hectáreas), se reconvierta en un urbanismo mixto para 6.000 residentes.
París ha ampliado rápidamente sus carriles bici y reducido el espacio para automóviles, con el fin de reducir las emisiones y dejar más espacio para peatones y ciclistas.
Francia también ha plantado miles de árboles por todo París para contribuir a la descarbonización de la ciudad y dar cobijo a residentes y visitantes en los calurosos meses de verano.
Existe un gran optimismo en torno al potencial de unos Juegos Olímpicos más ecológicos en París. Sin embargo, los organizadores de eventos deportivos y los gobiernos ya han hecho promesas que no se han cumplido.
En 2022, Qatar prometió reducir la huella de carbono del Mundial utilizando energías renovables, desarrollando edificios que pudieran reutilizarse y llevando a cabo un reciclaje masivo y otros planes ecológicos.
No obstante, ha recibido numerosas críticas por sus excesivas emisiones de carbono. Debido al intenso calor de Qatar, incluso en los meses de invierno se dotó a los gigantescos estadios de aire acondicionado.
Asimismo, los viajes contribuyeron a cerca de la mitad de la huella de carbono de la Copa Mundial, ya que muchos turistas tuvieron que alojarse en países vecinos y volar a los partidos, pues Qatar es demasiado pequeño para acoger la afluencia de turistas.
Antes del Mundial, varios jugadores profesionales firmaron una carta abierta a la FIFA en la que afirmaban: «El torneo ha sido etiquetado como el primer 'torneo de la Copa Mundial de la FIFA totalmente neutro en carbono', lo que significa que su impacto global en el planeta debería ser cero... Pero eso no fue cierto».
Y añadía: «En realidad, la estrategia de sostenibilidad de la FIFA para la Copa Mundial de Qatar se basa en cálculos erróneos del carbono, prácticas de compensación cuestionables y en trasladar la responsabilidad a los aficionados en lugar de asumirla ellos mismos».
En la carta se pedía a la FIFA que abandonara la etiqueta de «neutro en carbono» para evitar el lavado verde y se instaba a los organizadores a esforzarse más por reducir las emisiones en el futuro.
No será una tarea fácil para Francia
Ahora, todos los ojos están puestos en París para ver si la ciudad es capaz de reducir masivamente las emisiones de carbono asociadas a los Juegos Olímpicos de verano.
No será tarea fácil, pero la reutilización de edificios, la incorporación de fuentes de energía renovables a las sedes y otras iniciativas ecológicas ayudarán a los organizadores a lograr su objetivo.