Un tokamak francés estableció un nuevo récord de plasma de fusión al encerrar su reacción en tungsteno, un metal resistente al calor que permite a los físicos mantener plasmas calientes durante más tiempo y a energías y densidades más altas que los tokamaks de carbono.
Un tokamak es un dispositivo de fusión en forma de rosquilla que confina el plasma utilizando campos magnéticos, lo que permite a los científicos manipular el material sobrecalentado e inducir reacciones de fusión.
De acuerdo con el medio Gizmodo, el logro más reciente se ha conseguido en WEST (tungsten (W) Environment in Steady-state Tokamak), un tokamak operado por la Comission des énergies alternatives et de l'énergie atomique (CEA) francesa.
A WEST se le inyectaron 1,15 gigajulios de potencia y mantuvo un plasma de unos 50 millones de grados Celsius durante seis minutos. Este récord se consiguió después de que los científicos recubrieran el interior del tokamak con tungsteno, un metal con un punto de fusión extraordinariamente alto.
Los investigadores del Laboratorio de Física del Plasma de Princeton utilizaron un detector de rayos X en el interior del tokamak para medir aspectos del plasma y las condiciones que lo hicieron posible.
«Estos resultados son magníficos», afirma Xavier Litaudon, científico de la CEA y presidente de la Coordination on International Challenges on Long duration OPeration (CICLOP), en un comunicado del PPPL.
«Hemos alcanzado un régimen estacionario a pesar de encontrarnos en un entorno difícil debido a la presencia de esta pared de tungsteno».
La fusión nuclear se produce cuando los átomos se fusionan, reduciendo su número total y liberando una enorme cantidad de energía en el proceso. No debe confundirse con la fisión nuclear, que es el proceso inverso por el que los átomos se dividen para producir energía.
La fisión nuclear también genera residuos nucleares, mientras que la fusión nuclear se considera un posible grial de la investigación energética: un proceso limpio que podría optimizarse para producir más energía de la que se necesita para alimentar la reacción en primer lugar. De ahí que se hable tanto de «energía ilimitada» y de otras ideas optimistas.