En un hito económico significativo, los ingresos no petroleros de Arabia Saudí han alcanzado un histórico 50% del PIB del país en 2023, marcando un cambio fundamental en el panorama económico de la nación.
Este logro subraya los esfuerzos en curso del Reino para diversificar su economía más allá del petróleo, alineándose con los ambiciosos objetivos de Visión Saudi 2030.
La economía no petrolera, valorada en aproximadamente 453.000 millones de dólares, se ha visto reforzada por un sólido crecimiento en sectores como el arte y el entretenimiento, el turismo y el gasto de consumo, lo que refleja la transformación de Arabia Saudí en un centro mundial de ocio y entretenimiento.
Este hito no sólo pone de relieve la resistencia económica del Reino, sino también su enfoque estratégico en la creación de oportunidades de empleo dinámico y la mejora de la calidad de vida de sus ciudadanos a través de la diversificación y la innovación.
Durante décadas, Arabia Saudí ha sido considerada el líder de facto de la OPEP y un productor oscilante fundamental para frenar los grandes desbordamientos de los precios en uno u otro sentido.
En los últimos años, la nación árabe ha soportado la mayor parte de los recortes de producción de la OPEP+ tras acordar recientemente recortar 1 millón de barriles diarios o casi la mitad de los 2,2 mbpd prometidos por el grupo.
Pues bien, parece que la Visión Saudí 2030 ya está dando sus frutos, y Riad podría no estar sintiendo tanto el golpe de esos recortes como muchos temían.
El Ministerio de Economía y Planificación de Arabia Saudí ha revelado que los ingresos no procedentes del petróleo alcanzarán el 50% del producto interior bruto (PIB) del reino en 2023, el nivel más alto de la historia.
La economía no petrolera del país se valoró en 1,7 billones de riyales saudíes (aproximadamente 453.000 millones de dólares estadounidenses) a precios constantes, impulsada por el crecimiento constante de las exportaciones, la inversión y el gasto de los consumidores.
El año pasado, las inversiones del sector privado aumentaron un rápido 57%, alcanzando la cifra récord de 959.000 millones de riyales saudíes (254.000 millones de dólares), mientras que las exportaciones de arte y entretenimiento y servicios reales crecieron tres dígitos, un 106% y un 319% respectivamente, reflejando la transformación del Reino en un destino mundial para el turismo y el entretenimiento.
Por su parte, el sector de la alimentación creció un 77%, los servicios de transporte y almacenamiento un 29%, la sanidad y la educación un 10,8%, el comercio, la restauración y la hostelería un 7% y el transporte y las comunicaciones un 3,7%.
La diversificación da sus frutos
Hace tres años, el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed bin Salman, dio a conocer la Visión Saudí 2030, la ambiciosa hoja de ruta del Reino para la diversificación económica, el compromiso global y la mejora de la calidad de vida.
El principal objetivo de esta visión es diversificar la economía saudí y crear oportunidades de empleo dinámicas para sus ciudadanos mediante la privatización de activos estatales, incluida la salida a bolsa parcial de Saudi Aramco; el desbloqueo de industrias subdesarrolladas como las energías renovables, la industria manufacturera y el turismo, y la modernización del plan de estudios y los estándares de las instituciones educativas saudíes desde la infancia hasta la enseñanza superior.
En el plan económico, Arabia Saudí se ha fijado el objetivo de desarrollar ~60 GW de capacidad de energía renovable para 2030, una cifra varias veces superior a la actual capacidad instalada del país, de sólo 2,8 GW, y comparable a ~80 GW de centrales eléctricas que queman gas o petróleo.
Con sus brisas constantes del Mar Rojo y sus extensiones abrasadas por el sol, Arabia Saudí es realmente un terreno privilegiado para la generación de energías renovables.
Mientras tanto, Saudi Aramco ha anunciado planes para gastar 110.000 millones de dólares en los próximos dos años para desarrollar el yacimiento de gas de Jafurah, que se calcula que contiene 200 billones de pies cúbicos de gas. El gas se convertirá en un combustible mucho más limpio: Hidrógeno azul.
El gobierno saudí también está construyendo una planta de hidrógeno verde de 5.000 millones de dólares que abastecerá de energía a la megaciudad prevista de Neom. Denominada Helios Green Fuels, la planta de hidrógeno utilizará energía solar y eólica para generar 4 GW de energía limpia que se empleará para generar hidrógeno verde.
El año pasado, Aramco realizó el primer envío de amoníaco azul del mundo: de Arabia Saudí a Japón. Japón busca proveedores fiables de hidrógeno, y Arabia Saudí y Australia están en su lista.
Pero no sólo Arabia Saudí está teniendo éxito con su diversificación económica. El año pasado, el Banco Mundial publicó el informe World Bank Gulf Economic Update (GEU), que afirma que los esfuerzos de diversificación en la región del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) están dando sus frutos.
«La región ha mostrado notables mejoras en los resultados de los sectores no petroleros a pesar del descenso de la producción de petróleo durante la mayor parte de 2023».
«La diversificación y el desarrollo de los sectores no petroleros tienen un impacto positivo en la creación de oportunidades de empleo en todos los sectores y regiones geográficas del CCG», afirmó Khaled Alhmoud, Economista Principal del Banco Mundial.
El Banco Mundial estima que el PIB del CCG crecerá un 1% en 2023, con unos resultados más débiles impulsados principalmente por el descenso de las actividades del sector petrolero -que se contrajeron un 3,9%- como consecuencia de los sucesivos recortes de producción de la OPEP+ y de la ralentización económica mundial. Afortunadamente, la región verá cómo la actividad económica se recupera para crecer al 3,6% y al 3,7% en 2024 y 2025, respectivamente.
Según el Banco Mundial, la reducción de las actividades del sector petrolero del CCG se verá compensada por los sectores no petroleros, que se espera que crezcan un 3,9 % en 2023 y un 3,4 % a medio plazo impulsados por una política fiscal acomodaticia, inversiones fijas estratégicas y un consumo privado sostenido.