Los descubrimientos de petróleo y gas cayeron el año pasado a un mínimo histórico de 5.000 millones de barriles equivalentes de petróleo, mientras que los gastos de exploración se multiplicaron casi por dos.
Según el «Gas Exporting Countries Forum» (Foro de Países Exportadores de Gas), el 60% del total de 5.000 millones de barriles correspondió a nuevos descubrimientos de petróleo y el resto a descubrimientos de gas.
Este total se compara con los nuevos descubrimientos de 10.500 millones de barriles equivalentes de petróleo del 2022, señalaba el informe, en apoyo de los argumentos de la OPEP de que la industria no está invirtiendo lo suficiente en nuevos suministros de petróleo y gas a pesar del aumento de la demanda.
La OPEP ha achacado esta tendencia al freno de la inversión por parte de pronosticadores y gobiernos favorables a la transición.
Lo más probable es que el problema de los gastos también haya influido en la menor tasa de inversión. El GECF informó de que el costo de exploración por barril equivalente de petróleo aumentó el año pasado a 5,30 dólares en el caso del gas natural, frente a los 2,60 dólares del año anterior.
En el caso del petróleo, los costos de exploración también aumentaron considerablemente, de 3,50 dólares por barril equivalente de petróleo en 2022 a nada menos que 8,80 dólares por barril, según el GECF.
Esto podría deberse a las zonas en las que se están produciendo la mayoría de los nuevos descubrimientos: bloques marinos en aguas profundas.
Según el GECF, el 41% de los nuevos descubrimientos del año pasado se realizaron en aguas ultraprofundas y otro 30% en sectores de aguas profundas.
En cuanto a la distribución geográfica, la mayor parte de los nuevos descubrimientos en 2023 se realizaron en Asia, con un 32%, seguida de América Latina, con un 21% de todos los nuevos descubrimientos de petróleo y gas. Europa y África empataron en el tercer puesto, con una cuota del 11% cada una.
El aumento de los precios de exploración y las dificultades para encontrar nuevos yacimientos de petróleo y gas pueden desalentar aún más el crecimiento de la inversión en el sector, acentuando la preocupación, expresada ya con regularidad por la OPEP, de un inminente déficit estructural en los mercados del petróleo, mientras que la demanda de petróleo se mantiene en una senda de crecimiento.