La Administración de Información Energética de EE.UU. (EIA) prevé un giro sorprendente, aunque la producción de gas natural descienda en 2024, se espera que la demanda se dispare hasta alcanzar máximos históricos.
Este sorprendente cambio de tendencia podría tener importantes implicaciones para los precios e incluso una posible escasez. Profundicemos en las previsiones de la EIA y exploremos lo que esto significa para los consumidores, las empresas y el futuro del gas natural estadounidense.
La producción de gas natural de EE.UU. disminuirá en 2024, mientras que la demanda aumentará hasta alcanzar una cifra récord, según informó el martes la Administración de Información Energética de EE.UU. (EIA) en su informe Perspectivas Energéticas a Corto Plazo (STEO).
La EIA proyectó que la producción de gas seco se reducirá de un récord de 103,79 mil millones de pies cúbicos por día (bcfd) en 2023 a 103,35 bcfd en 2024, ya que varios productores reducen sus actividades de perforación después de que los precios cayeron a un mínimo de 3 años y medio en febrero.
En 2025, la EIA proyectó que la producción aumentaría a 104,43 bcfd. La agencia también proyectó que los bajos precios del gas impulsarían el consumo interno de gas de un récord de 89,09 bcfd en 2023 a 89,68 bcfd en 2024 antes de disminuir a 89,21 bcfd en 2025 a medida que suban los precios.
Si las proyecciones son correctas, 2024 sería el primer descenso de la producción desde 2020, cuando la pandemia de COVID-19 redujo la demanda del combustible. También sería la primera vez que la demanda aumenta durante cuatro años seguidos desde 2016.
Las últimas proyecciones para 2024 fueron inferiores a la previsión de febrero de la EIA de 104,37 bcfd para la oferta y 90,64 bcfd para la demanda.
La agencia pronosticó que las exportaciones promedio de gas natural licuado (GNL) de EE. UU. alcanzarían 12,34 bcfd en 2024 y 14,43 bcfd en 2025, por encima del récord de 11,90 bcfd en 2023.
Esta cifra es superior a la de 12,09 bcfd prevista en febrero por la EIA para 2024.
La agencia pronosticó que la producción de carbón de EE.UU. caería de 581,6 millones de toneladas cortas en 2023 a 496,6 millones de toneladas en 2024, la más baja desde 1963, y a 465,8 millones de toneladas en 2025, la más baja desde 1962, a medida que el gas y las fuentes de energía renovables desplacen a las centrales de carbón.
La EIA prevé que las emisiones de dióxido de carbono (CO2) procedentes de combustibles fósiles disminuyan de 4.810 millones de toneladas métricas en 2023 a 4.789 millones de toneladas en 2024, a medida que disminuya el uso del carbón, y a 4.739 millones de toneladas en 2025, a medida que disminuya el uso de todos los combustibles fósiles.
Esta cifra contrasta con los 4.584 millones de toneladas métricas de CO2 de 2020, que fue la más baja desde 1983, ya que la pandemia mermó la demanda de energía.