La primera plataforma del parque eólico, tras haber sido conectada el 31 de diciembre, podrá proveer a la red eléctrica de Portugal con la energía producida por su aerogenerador de 8,4 MW, el más grande instalado en una plataforma flotante en el mundo.
WindFloat Atlantic ya está operativo. Tras la alimentación del cable que recorre los 20 kilómetros de distancia que separan el parque eólico con la estación instalada en Viana do Castelo, la primera de las tres plataformas del proyecto del consorcio Windplus ha sido conectada con éxito el pasado 31 de diciembre. Las otras dos unidades del proyecto le sucederán, hasta alcanzar los 25 MW de capacidad del parque.
La estructura de la plataforma —con una altura de 30 metros y una distancia de 50 metros entre sus columnas— permite albergar los aerogeneradores más grandes del mundo instalados en una superficie flotante, de 8,4 MW cada uno, lo que contribuye a incrementar la generación de energía y fomenta una reducción considerable de los costes asociados al ciclo de vida.
El proyecto recientemente ha dado otro paso adelante cuando la segunda de las tres plataformas llegó a su enclave definitivo hace unos días. Una vez operativo al 100%, el parque eólico que, con sus 25 MW de capacidad instalada, podrá generar la suficiente energía como para abastecer al equivalente a 60.000 usuarios al año.
La puesta en marcha de este parque eólico posibilita un acceso a áreas marinas sin precedentes y supone un avance tecnológico relevante de cara a la descarbonización de la economía de Portugal.
La puesta en marcha de este parque eólico flotante fomenta la diversificación del origen de la energía, posibilita un acceso a áreas marinas sin precedentes y supone un avance tecnológico relevante de cara a la descarbonización de la economía.
Las plataformas de Windfloat Atlantic están ancladas al lecho marino por medio de cadenas a más de 100 metros de profundidad. Además, están diseñadas para que puedan ser trasladadas por remolcadores corrientes, a diferencia de las instalaciones fijas que, al tener un mayor calado, requieren de buques más caros para su transporte. A esto se añade su armado en tierra que permite ahorrar costes logísticos, económicos y medioambientales vinculados con la construcción marítima. Todas estas ventajas tecnológicas redundan en su viabilidad para ser replicado en cualquier otra punta del planeta y a mayor escala.
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