El fabricante de automóviles sueco Volvo ha producido su último turismo diésel, después de 45 años de relación con este tipo de motor y de producir millones de vehículos alimentados con diésel.
De acuerdo con Electrek, entre 2012 y 2016, el diésel representó la mitad de las ventas mundiales de la empresa. Pero esos días se han acabado ahora que la empresa avanza hacia un futuro totalmente eléctrico.
Desde 1991, Volvo ha fabricado más de 9 millones de vehículos con motores diésel. Pero los registros no se remontan más atrás, dejando 12 años sin contabilizar, por lo que esa cifra total es mucho mayor en realidad, informa Automotive News Europe.
El último modelo con motor diésel fue un XC90, un SUV grande con un motor turboalimentado de 2 litros y cuatro cilindros en línea, que salió ayer de su cadena de producción en Torslanda (Suecia).
No nos referimos al Volvo Trucks
El vehículo se trasladará al museo World of Volvo de Gotemburgo, donde se expondrá para que cualquiera pueda contemplar las nocivas emisiones de antaño. Bueno, no exactamente de antaño, pero al menos es el punto final a la contribución de Volvo. O algo así. No nos referimos al vasto negocio de equipos y camiones comerciales diésel de Volvo Trucks.
La fábrica de Torslanda ha pasado a fabricar motores eléctricos para la gama de automóviles totalmente eléctricos de la marca. En 2030, Volvo aspira a ser un fabricante de automóviles exclusivamente eléctricos, lo que lo convertiría en uno de los primeros fabricantes de automóviles tradicionales en lograrlo.
El anterior CEO, Håkan Samuelsson, explicó hace más de dos años que para «seguir teniendo éxito, necesitamos un crecimiento rentable».
Y añadió: «Así que en lugar de invertir en un negocio en contracción, elegimos invertir en el futuro: eléctrico».
Ya en 2017, anunció entonces que Volvo detendría el desarrollo adicional de diésel en un momento en que casi la mitad de todos los automóviles nuevos vendidos en Europa tenían motores diésel. En la actualidad, esa cifra se ha reducido al 12%.