Después de cinco años de protestas estudiantiles, la Universidad de Cambridge se ha comprometido a abandonar las inversiones en carbón y gas para 2030, así como a impulsar su portafolio de energías renovables.
La universidad con 800 años de antigüedad, informó este miércoles que para 2030 se deshará de las participaciones directas e indirectas en combustibles fósiles de su fondo de US$ 4,500 millones (3,500 millones de libras) y se comprometió a realizar inversiones “significativas” en energía renovable para 2025.
También prometió asegurar que las emisiones de gases de efecto invernadero de las actividades de todas sus inversiones se equilibren a cero para 2038. El año pasado, la institución se comprometió a alcanzar la neutralidad en sus propias emisiones relacionadas con la energía para 2048.
El movimiento de desinversión ganó fuerza en las universidades estadounidenses alrededor de 2010, cuando la urgencia de actuar sobre el cambio climático comenzó a crecer. A partir de 2020, la organización sin fines de lucro Fossil Free afirma que los inversores con casi US$ 15 billones en activos bajo administración se han comprometido a desinvertir en compañías de combustibles fósiles.
Royal Dutch Shell Plc y BP Plc ya han propuesto en sus informes de resultados en 2019 que consideran la desinversión un riesgo material para su negocio.
Los resultados de las protestas
La decisión de Cambridge sigue a la presión constante de los estudiantes y de su personal. En 2017, los académicos de la universidad aprobaron un voto no vinculante sobre la desinversión de combustibles fósiles.
Un año después, aún seguían vigentes las presiones y alguaciles contratados por Cambridge sacaron a los estudiantes que ocuparon durante siete días uno de sus edificios administrativos más grandes, en protesta por las inversiones de la universidad en algunas de las empresas más contaminantes del mundo.
“La desinversión no es la única forma de lidiar con la descarbonización, pero tampoco hay que desestimarla”, dijo Wolfgang Kuhn, director de estrategias del sector financiero de Share Action. “Los administradores de activos que dicen que la desinversión no ayuda y que es necesario interactuar con las empresas, eso puede ser cierto, pero aún no se han visto los resultados. Si esta interacción realmente funcionara, tal vez la desinversión no sería necesaria”.
Los compromisos adquiridos por otras universidades
El anuncio se produce después de compromisos similares, pero menos completos de otras universidades importantes. En abril, la Universidad de Oxford se comprometió a eliminarde su fondo de activos de £ 3 mil millones lo correspondiente a combustibles fósiles en forma de inversiones directas y puso fin a nuevas inversiones en fondos que tienen principalmente acciones de empresas extractivas.
En Estados Unidos, la Universidad de California anunció el año pasado la mayor desinversión universitaria de combustibles fósiles y se comprometió a vender todas sus inversiones en energías contaminantes de su fondo de US$ 80,000 millones.
Harvard y Yale se han negado repetidamente a las demandas de desinversión, argumentando que tales movimientos politizarían sus fondos de activos para inversión. Los activistas sostienen que las inversiones existentes son políticas por naturaleza.
En su discurso anual a la universidad de este jueves, el vicerrector Stephen J. Toope dijo que Cambridge estaba respondiendo a la “urgente necesidad ambiental y moral de actuar”.
También aseguró que las diferentes escuelas que conforman la universidad tienen sus propios fondos, que totalizan el doble del fondo principal, y la mayoría aún no ha anunciado planes para desinvertir por completo en combustibles fósiles.
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