El extremo sur de Israel es un desierto rocoso donde abundan los paneles solares y el sol, cuando brilla, es la fuente de casi toda la electricidad. Sin embargo, una vez que se oculta, la red vuelve a recurrir a los combustibles fósiles para generar energía.
La energía renovable procedente de sistemas solares y eólicos no puede almacenarse sin un coste adicional, lo que supone un gran obstáculo en los esfuerzos del mundo por alejarse de los combustibles contaminantes y evitar una catástrofe climática.
Pero en el kibutz Yahel, una pequeña comunidad no lejos del Mar Rojo donde se cultiva una variedad dulce de dátiles llamada Medjool, los residentes han empezado a utilizar una nueva tecnología que puede almacenar energía solar de forma barata y producir energía hasta bien entrada la noche.
Durante el día, el exceso de energía de los paneles solares impulsa un sistema en el que el agua se utiliza para condensar el aire en tanques subterráneos. Al anochecer, ese aire se libera para alimentar una turbina y generar electricidad. Y el ciclo se repite por la mañana.
“Otros kibutzim están esperando y observando para ver si esto funciona, y ciertamente podría convertirse en la solución de almacenamiento de energía verde para la zona”, dijo Yossi Amiel, director comercial de Yahel.
El sistema ha sido desarrollado por Augwind Energy, una empresa que cotiza en Tel Aviv con una capitalización bursátil de 1.200 millones de shekels (386 millones de dólares).
A diferencia de las plataformas sobre el suelo, que funcionan con aire condensado y requieren un espacio considerable, la empresa afirma que su producto, un tanque de acero relativamente delgado con un revestimiento de polímero especial, puede colocarse justo en la fuente de energía y con un coste menor.
Se están estudiando diversas técnicas para almacenar energía, como los sistemas de bombeo hidráulico que utilizan la gravedad para generar electricidad al cabo de unas horas, las baterías de iones de litio, como las de los coches eléctricos, y el almacenamiento de energía en forma química, como el hidrógeno.
Gideon Friedman, jefe científico en funciones del Ministerio de Energía de Israel, afirma que no se ha encontrado una solución ideal.
Las baterías pueden ser tóxicas y sus ciclos son limitados, dijo, mientras que el hidrógeno aún está en fase inicial y es demasiado caro.
La “AirBattery” de Augwind tiene una eficiencia del 80% en el almacenamiento de energía, un poco menos que las baterías, pero a diferencia de éstas no se degrada con el tiempo.
“Es realmente una cuestión de coste frente a la competencia de las baterías, sobre si este sistema puede competir en coste. Si lo consigue, veremos, espero, un buen número de ellos. Ciertamente, ya hay algunos proyectos planificados”, dijo Friedman.
El director general de Augwind, Or Yogev, afirma que el precio está a la par con el de las baterías de iones de litio, aproximadamente 250 dólares por kilovatio hora, y que el año que viene bajará a menos de 200 dólares a medida que vayan llegando a más clientes.
La empresa ha recaudado hasta ahora 60 millones de dólares de inversores institucionales, dijo.
“En los próximos años vamos a tener miles de megavatios hora instalados con la tecnología ‘AirBattery’. Esa es nuestra predicción”, dijo Yogev. “Incluso eso, si se compara con el tamaño del mercado, sigue siendo bastante pequeño”.
Noticia tomada de: Reuters / Traducción libre del inglés por World Energy Trade
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