Sudáfrica busca las alternativas para salirse adelante a la crisis energética que esta viviendo en todos los niveles
Sudáfrica busca las alternativas para salirse adelante a la crisis energética que esta viviendo en todos los niveles, es por ello que una de las opciones a la cual esta apostando es al calentamiento inteligente del agua, por lo menos en los períodos de mayor consumo, por ser este equipo uno de los que consumen mayor cantidad de energía. Con ello se lograría además reducir la huella de CO2, el umbral de activación de apagones y frenar el uso excesivo de diésel.

En cifras se habla de la existencia de 5,4 millones de calentadores de agua eléctricos en edificios públicos y residencias lo que representa unos 40 GWh de energía por día, que es equivalente a un 12% de la capacidad operativa de toda la red energética.
Y es que la crisis ha calado no sólo a nivel económico sino también político, técnico y especialmente ambiental. En la actualidad, Eskom, la empresa de servicios de energía del país solo ha logrado generar un 60% de su capacidad, y llegando incluso a restringir el uso para evitar un apagón regional.
Es por ello que se habla de medidas contundentes y drásticas, las cuales apoya el recientemente designado director ejecutivo de Eskom, André de Ruyter, quien considera que “están disponibles los elementos de la cuarta revolución para manejar la crisis actual, más allá del simple subsidio de bombillas de bajo consumo de energía.”
Se habla del uso del internet de las cosas, conectividad inalámbrica, control centralizado inteligente, inteligencia artificial, machine learning y análisis de big data, pues con ellas se no sólo se reduciría la cantidad de energía usada para calentar el agua, sino especialmente la carga de la red.
El uso de la inteligencia artificial, machine learning, el internet de las cosas y entre otras tecnologías, estarían dentro de la palestra del proyecto para lograr reducir el consumo eléctrico y los niveles de CO2

Con este sistema inteligente se lograría controlar centralmente el encendido y apagado de los calentadores domésticos (géiseres) encendiéndolos durante las horas de menor actividad lo que distribuiría la demanda de electricidad de manera más uniforme durante el día, siendo ese un punto a tomar en cuenta porque los calentadores de agua son excelentes para el almacenamiento de energía térmica. Por otra parte, con una óptima programación se lograría reducir significativamente el consumo de energía y las emisiones resultantes.
Otros beneficios entrarían en juego y es que se habla de la generación de empleos, para la instalación de los nuevos calentadores inteligentes de agua estimulando incluso la fabricación local, con los cuales se podrían lograr la programación para medir y conocer el uso del agua y la energía, además de llevar a cabo una programación remota de la calefacción y la temperatura de cada calentador según sean los patrones de comportamiento de sus usuarios, con lo que se lograría una reducción de al menos 10% de energía.
Pero no todo es favorable, la nueva propuesta tiene detractores en cuanto a los tiempos del uso para el agua caliente, así como lo referido al tema seguridad porque podría estimularse el crecimiento de bacterias dañinas al usar un calentador de agua a baja temperatura.
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