El precio del oro continúa avanzando, apuntalado por una confluencia de factores económicos y geopolíticos que generan incertidumbre en los mercados.
El XAU/USD ha registrado un incremento del 0.7% durante la jornada del jueves, marcando su tercera jornada consecutiva de ganancias. Este repunte se produce en un contexto donde las señales económicas provenientes de Estados Unidos ofrecen una imagen mixta, influyendo relativamente en las expectativas sobre la política monetaria de la Reserva Federal.
Datos recientes, como las cifras de ventas minoristas decepcionantes de diciembre, que mostraron un crecimiento del 0.4% (el menor en cuatro meses, por debajo del pronóstico del 0.6%), y el aumento en las solicitudes de subsidio por desempleo, que alcanzaron las 217,000 superando las expectativas del mercado de 210,000, han ajustado las especulaciones hacia una posible postura relativamente menos restrictiva por parte de la Fed.
Estas cifras contrastan con la racha de datos económicos positivos observados anteriormente, como las vacantes laborales, el informe de empleo (NFP) y el PMI de servicios, que habían fortalecido las perspectivas de una política monetaria más agresiva y, consecuentemente, impulsado al alza los rendimientos de los bonos estadounidenses, ejerciendo presión sobre el precio del oro.
La reciente debilidad en las cifras de consumo y el ligero aumento en las solicitudes de desempleo son una pausa a la racha de datos favorables que venía presentando la economía norteamericana. Este cambio de perspectiva es un factor clave que está impulsando el interés en el oro.
Sin embargo, el panorama para el oro no está exento de riesgos. A corto plazo, la inminente inauguración de Trump introduce un elemento de incertidumbre en los mercados, lo que históricamente ha favorecido al metal precioso. No obstante, a largo plazo, las políticas comerciales proteccionistas que se esperan de la nueva administración podrían generar presiones inflacionarias, lo que a su vez podría llevar a la Fed a adoptar una postura más restrictiva, favoreciendo activos como los bonos del Tesoro estadounidense y limitando el potencial alcista del oro.
Si bien la incertidumbre geopolítica y la búsqueda de refugio seguro impulsan la demanda de oro en el corto plazo, las implicaciones a largo plazo de las políticas económicas, especialmente las relacionadas con el comercio y la inflación, merecen un seguimiento continuo.
Finalmente, las tensiones geopolíticas, particularmente en Oriente Medio, han sido tradicionalmente un factor de soporte para el precio del oro. Una posible continuidad de reducción de estas tensiones podría disminuir la presión compradora sobre el metal.
En resumen, el precio del oro se encuentra actualmente en un punto operacional clave, influenciado por una compleja interacción de factores económicos y políticos.
Los inversores deberán seguir de cerca la evolución de la economía estadounidense, la postura de la Reserva Federal y los acontecimientos geopolíticos para anticipar las futuras fluctuaciones del mercado del oro.
Análisis de Quásar Elizundia, Estratega de Investigación de Mercados- Pepperstone.