Royal Dutch Shell y CoensHexicon han conformado una empresa conjunta, denominada MunmuBaram, cuyo objetivo es el desarrollo de un enorme parque eólico marino flotante en aguas de Corea del Sur.
El 80% de la empresa conjunta está en manos de Shell y el 20% restante le pertenece a CoensHexicon. Esta última es a su vez una empresa conjunta entre COENS, con sede en Corea del Sur, y la empresa sueca Hexicon.
En un comunicado, Shell dijo que el proyecto estaba en lo que describió como una etapa de evaluación de viabilidad. Si se construye, el parque eólico de 1,4 gigavatios se situaría a entre 65 y 80 kilómetros de Ulsan, ciudad costera y centro industrial del sureste del país.
La profundidad del agua para la instalación propuesta, que se desarrollaría en fases, oscila entre 120 y 160 metros. Se espera que produzca hasta 4,65 teravatios hora de energía al año, lo que permitiría abastecer a más de un millón de hogares.
Shell considera que la energía eólica marina es una parte fundamental del sistema de energía cero neta, tanto en Corea del Sur como en el resto del mundo.
La creación oficial de la empresa MunmuBaram se produce en un momento en que las autoridades surcoreanas se proponen alcanzar la neutralidad en materia de emisiones de carbono para el año 2050.
El país quiere que la cuota de energía renovable en la generación de electricidad alcance el 20% en 2030, frente al 7,6% en 2017, y pretende desarrollar 12 gigavatios de capacidad eólica marina para 2030.
Otros grandes participantes
Shell no es la única gran empresa que participa en proyectos centrados en la eólica marina flotante. El mes pasado se anunció que RWE Renewables y Kansai Electric Power habían firmado un acuerdo por el que ambas empresas estudiarán la viabilidad de un proyecto eólico marino flotante a gran escala en aguas de la costa japonesa.
Y ya en 2017, la empresa energética noruega Equinor inauguró Hywind Scotland, una instalación de 30 megavatios que denomina “el primer parque eólico marino flotante a gran escala.”
Las turbinas eólicas marinas flotantes son diferentes a las turbinas eólicas marinas fijas en el fondo, que están arraigadas al lecho marino.
RWE Renewables describe este tipo de turbinas como “desplegadas sobre estructuras flotantes que se fijan al lecho marino con cabos de amarre y anclas”.
Una de las ventajas de las turbinas flotantes es que pueden instalarse en aguas más profundas que las fijadas al fondo. Como señala la empresa asesora Carbon Trust: “Los lugares más alejados de la costa suelen beneficiarse de un recurso eólico más consistente, lo que significa que la eólica flotante puede ofrecer mayores rendimientos”.
Shell y su negocio medular
Aunque Shell está trabajando en proyectos de energías renovables y dice que quiere convertirse en una empresa de energía con cero emisiones netas para 2050, sigue siendo un importante productor de combustibles fósiles.
En febrero, la empresa confirmó que su producción total de petróleo había alcanzado su máximo en 2019 y dijo que esperaba que sus emisiones totales de carbono hubieran alcanzado su máximo en 2018, con 1,7 gigatoneladas al año.
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