“Shell Escenarios Energéticos 2050”, es una nueva prospección de la multinacional petrolera sobre el futuro de la energía, en función del comportamiento de la clase política y de los consumidores. En su estudio considera dos escenarios previsibles: uno de ineficiencia en el uso sostenible de los recursos energéticos del que culpa en gran parte a las decisiones gubernamentales; el otro, prevé un uso más racional tanto por parte de la clase política como de los ciudadanos.
A principios del siglo XXI, nuestro planeta está más iluminado que nunca, cerca del 85 % de nuestra energía proviene del combustible fósil, abastece nuestros hogares, transportes y fábricas, la demanda se dispara vertiginosamente por todos lados y para el 2050, cuando la población mundial supere los nueve mil millones, nuestra necesidad energética se duplicará.
En la conferencia del clima, celebrada en París en el 2015, 195 países acordaron el primer plan de acción universal de la historia, ¿el objetivo?: atajar el cambio climático, limitando el calentamiento a muy poco por debajo de 2ºC. Este logro histórico es solo el principio, ahora los países deben convertir sus promesas en medidas concretas.
Lamentablemente, no estamos en camino de cumplir con las metas acordadas, si sumamos todas las promesas de reducir las emisiones de dióxido de carbono firmadas en el Acuerdo de París, el mundo todavía tendrá temperaturas más altas por encima de los 3 ºC para cuando llegue el final de este siglo, ver figura 1.
Figura 1. Promedio de calentamiento (º C) proyectado para 2100
En los últimos tres años, los científicos dedicados a estudiar el cambio climático han rescrito la definición de lo que constituye un límite seguro del calentamiento global. Muchos ahora están de acuerdo en que realmente necesitamos mantener el aumento de la temperatura no por debajo de los 2 ºC, sino por debajo de los 1,5 ºC.
Preparándonos para el futuro
Cuando los tres impulsores más poderosos de nuestro mundo energético actual: demanda, suministro y efectos sobre el medio ambiente, se someten a un cambio significativo, nos enfrentamos a una era de transiciones considerables. Y mientras que los precios y la tecnología impulsarán algunas de estas transiciones, las decisiones políticas y sociales serán críticas.
Las personas están comenzando a darse cuenta de que el uso de la energía puede nutrir y amenazar lo que más valoran: su salud, su comunidad y su entorno, el futuro de sus hijos y el planeta en sí. Estas esperanzas y temores pueden intensificarse e interactuar arrojando diferentesresultados colectivos, marcando el comienzo de la nueva era de la energía.
La multinacional petrolera Shell arroja un estudio, donde detalla un contexto energético al 2050. El primer escenario, que bautiza como Scramble (Inercia), denuncia que la clase política presta poca atención al uso de la energía más eficiente, incluso se muestra inactiva en la toma de decisiones aún a sabiendas que los suministros están a punto de agotarse.
“Las emisiones de gases de efecto invernadero no se abordan seriamente y hasta hay grandes crisis climáticas”, es el severo diagnóstico. ¿Los gobiernos nacionales simplemente lucharán para asegurar sus propios suministros energéticos? se plantea el informe “Escenarios energéticos 2050”.
En el segundo escenario del estudio de Shell, denominado Blueprints (Planificación), destaca como, por fortuna, aumentan las acciones locales responsables para enfrentar los retos del desarrollo económico, la seguridad energética y la contaminación ambiental. “Con el apoyo de la clase política, los incentivos económicos fomentan el desarrollo de tecnologías de energía limpia, como la captura y almacenamiento de dióxido de carbono y medidas de eficiencia energética”, subraya Shell en su informe.
En este segundo escenario se consiguen bajas emisiones de CO2 y se abre la puerta a la esperanza en un futuro sostenible. Su éxito obedecerá, según pronostica el informe, a la formación de coaliciones entre diversos niveles de sociedades y gobiernos, desde el ámbito local al internacional, en pro de un marco energético nuevo.
“Más energía, menos dióxido de carbono”, predica Shell
Nunca antes, la humanidad enfrentó un desafío semejante en cuanto a las perspectivas sobre la energía y el planeta. Puede resumirse en seis palabras: “más energía, menos dióxido de carbono”, señala en la introducción del informe Jeroen van der Veer, presidente de Royal Dutch Shell.
En su opinión, si se aplica un precio determinado a una masa crítica de emisiones, lo que representa un importante estímulo para el desarrollo de tecnologías energéticas limpias, tales como la captura y almacenamiento de dióxido de carbono, así como medidas para el uso eficiente de la energía, se reducen en gran medida las emisiones de dióxido de carbono.
“Estamos decididos a proveer energía de manera responsable y a servir a nuestros clientes e inversores de la manera más eficaz posible, gracias a estos dos escenarios que nos permiten evaluar nuestra estrategia frente a una variedad de posibles acontecimientos a largo plazo. Sin embargo, en nuestra opinión, los resultados del escenario Planificación ofrecen una mayor esperanza en pro de un futuro sustentable, independientemente de la manera en que los describimos”, subraya Jeroen van der Veer.
El presidente de Shell afirma estar convencido de que es posible conseguir los objetivos enunciados si se cuenta con la combinación correcta de políticas, tecnología y compromiso por parte de la clase política, la industria y la sociedad en su conjunto. Pero reconoce que no será una tarea fácil y que el tiempo apremia. “Necesitamos con urgencia pensar con claridad, hacer importantes inversiones y contar con un liderazgo eficaz”, apremia el CEO de Shell.
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