El sector del transporte es responsable de aproximadamente una cuarta parte de las emisiones mundiales de GEI y las emisiones están aumentando, incluso en el mundo desarrollado, donde las demás emisiones se mantienen generalmente estables.
El transporte representa el 21% de las emisiones mundiales de carbono y actualmente, es el sector que más emite en muchos países desarrollados. Mientras que Europa y América del Norte dominan las emisiones históricas del transporte, gran parte del crecimiento previsto de las emisiones está en Asia.
Los combustibles líquidos fabricados a partir del petróleo dominan el sector; son fáciles de transportar y almacenar, contienen una gran cantidad de energía para su peso y volumen, y permiten el uso de motores de combustión interna. El grado de dificultad para descarbonizar el transporte varía según el sector.
El sector del transporte terrestre requiere medidas urgentes
Los vehículos eléctricos son una herramienta poderosa para reducir las emisiones globales de CO2 del sector de transporte terrestre. Hay señales muy positivas que indican que el mercado se está moviendo en la dirección correcta, pero se necesita más acción, especialmente cuando se trata de camiones pesados.
La acción también debe centrarse en los mercados emergentes, que necesitan apoyo financiero para ayudar a habilitar y acelerar la transición a la movilidad eléctrica de todo tipo.
Los últimos vehículos de combustión interna deberían venderse en 2038 para lograr una flota global de cero emisiones netas para 2050; la intervención legislativa es clave, especialmente en el sector de vehículos comerciales pesados.
El sector del transporte terrestre aún puede alcanzar cero emisiones netas para 2050 a través de la electrificación, pero se requieren medidas urgentes de los encargados de políticas y actores de la industria, según el último Long-Term Electric Vehicle Outlook (EVO) anual de la empresa de investigación, BloombergNEF (BNEF).
Ciertos segmentos, tales como los autobuses y vehículos de dos y tres ruedas están cerca de alcanzar el objetivo de cero emisiones, pero es necesario evitar el exceso de confianza y emprender más acciones para encaminarse en otras áreas, especialmente con respecto a los vehículos comerciales medianos y pesados.
Existe tecnología para descarbonizar el sector del transporte pesado, aunque muchas son avanzadas, costosas y no están probadas a escala. El reto para los responsables políticos será mantener los avances tecnológicos y la política en consonancia con los avances tecnológicos.
“Aunque no por mucho tiempo, todavía tenemos la oportunidad de lograr un transporte de cero emisiones netas para 2050. Se necesita un gran impulso de los gobiernos, fabricantes de automóviles, proveedores de piezas y de infraestructura de carga en los próximos años”, dijo Aleksandra O’Donovan, jefa de vehículos eléctricos en BloombergNEF.
Escenarios para la adopción del transporte eléctrico
El Long-Term Electric Vehicle Outlook describe dos escenarios para la adopción del transporte eléctrico para 2050, y examina los impactos en la demanda de baterías, materiales, petróleo, electricidad, infraestructura y emisiones.
El Escenario de Transición Económica (ETS, por sus siglas en inglés), que supone que no se promulgarían nuevas políticas y regulaciones, está impulsado principalmente por las tendencias tecnoeconómicas y las fuerzas del mercado.
El segundo escenario, Cero Neto (NZS, por sus siglas en inglés), investiga cuál sería la posible ruta hacia cero emisiones netas en el sector de transporte terrestre para 2050. Este principalmente considera la economía como el factor determinante para el cual se implementan las tecnologías de cadena de transmisión con el fin de alcanzar el objetivo de 2050.
Las ventas de vehículos eléctricos de pasajeros crecerían rápidamente en los próximos años, aumentando de 6.6 millones vendidos en 2021 a 21 millones en 2025.
La cantidad de vehículos eléctricos en uso alcanzaría los 77 millones en 2025 y 229 millones en 2030, según el Escenario de Transición Económica de BNEF. A finales de 2021 esa cifra era de 16 millones. Este aumento es un reflejo del éxito notable de los vehículos eléctricos en la transición energética hasta la fecha.
A medida que la adopción de vehículos eléctricos continúa creciendo, están reemplazando la demanda de 1.5 millones de barriles de petróleo al día. Esto se debe, en gran parte, a los vehículos eléctricos de dos y tres ruedas en Asia, pero las crecientes ventas de vehículos eléctricos de pasajeros harán que esta cifra aumente a 2.5 millones de barriles al día para 2025.
Según los hallazgos de BNEF, la demanda general del petróleo para el transporte terrestre alcanzaría su pico en 2027, a medida que la electrificación se extiende a todas las demás áreas de transporte terrestre, más allá de los autos de pasajeros. Las ventas de vehículos de motores de combustión interna ya alcanzaron su máximo en 2017 y BNEF espera que la flota global de vehículos de pasajeros de combustión interna empiece a disminuir en 2024.
Para llegar a una flota global de cero emisiones netas para 2050, los vehículos de cero emisiones deben representar el 61% de las ventas globales de nuevos vehículos de pasajeros para 2030, el 93% para 2035, y el último vehículo de combustión interna de cualquier segmento deberá ser vendido en 2038.
De acuerdo a BNEF, los países desarrollados y las instituciones multilaterales deberían incluir en sus planes internacionales de financiación climática las inversiones en vehículos eléctricos, incentivos e implementación de infraestructura de recarga, facilitando capital para las economías emergentes que tienen planes creíbles para desarrollar este sector.
El financiamiento concesional ha sido un factor clave para el desarrollo de la generación de energía renovable en las economías emergentes y podría desempeñar un papel similar en el sector de los vehículos eléctricos.
La cantidad de vehículos eléctricos de pasajeros alcanzaría 469 millones en 2035 según el Escenario de Transición Económica, pero necesita llegar a 612 millones en la misma fecha en el Escenario Cero Neto. Gran parte del déficit se tendrá que abordar en las economías emergentes, y los países ricos deberían buscar maneras de apoyar la transición en esos mercados para evitar una desaceleración global de la adopción.
Al observar diferentes segmentos, los autobuses y vehículos de dos y tres ruedas ya están muy cerca de la trayectoria necesaria para lograr el NZS de BNEF. Sin embargo, los vehículos comerciales medianos y pesados están muy rezagados, y necesitan fuertes medidas legislativas adicionales para lograr el cero neto.
Bajo el Escenario de Transición Económica, solo el 29% de estos vehículos alcanzaría cero emisiones para 2050, lejos de la adopción completa necesaria para alcanzar el cero neto.
Además de introducir estándares más estrictos para limitar las emisiones de CO2 o ahorrar combustible para camiones, los gobiernos podrían tener que considerar establecer mandatos para la electrificación de flotas, incluyendo las de los gobiernos y operadores de transporte.
Los gobiernos también deberían considerar establecer zonas de cero emisiones en las ciudades y crear incentivos para empujar a que se utilicen camiones más pequeños en el transporte, ya que pueden electrificarse más rápido que los grandes.
Baterías o pila de combustible para el transporte pesado
El informe también analiza si las baterías o pilas de combustible son la solución más factible para el transporte de carga pesada a larga distancia.
A finales de la década de 2020, las estaciones de recarga a escala de megavatios, así como el surgimiento de baterías de mayor densidad de energía, harán que los camiones de baterías eléctricas se conviertan en una opción viable para las operaciones de transporte de carga pesada a larga distancia, especialmente para casos de uso con volumen limitado.
La electrificación directa a través de baterías parece ser el enfoque más económicamente atractivo y eficiente para descarbonizar el transporte terrestre, incluyendo camiones, y se debe perseguir siempre que sea posible.
Los vehículos con pilas de combustible de hidrógeno pueden ayudar a llenar los pequeños vacíos que deja la electrificación en algunos vehículos pesados, en regiones o ciclos de trabajo que presentan más dificultades para las baterías.
El informe también sugiere que se debería seguir reduciendo la dependencia de los vehículos a través del transporte público, caminar, bicicleta y otras medidas, siempre que sea posible.
La disminución de tan solo el 10% de los kilómetros que se viajan en automóvil para 2050 conduciría a un ahorro de 200 millones de autos en la carretera, reduciendo las emisiones acumuladas de CO2 por 2.25 gigatoneladas y minimizando la carga sobre la cadena de suministro de baterías, lo cual beneficiará los objetivos de descarbonización a largo plazo.
La escasez de materias primas
Los fabricantes de vehículos eléctricos están contemplando un mercado de materias primas para las baterías que es muy estrecho durante los próximos años. La cadena de suministro de baterías requerirá una inversión significativa a corto plazo para evitar que haya una crisis de suministro.
Sin embargo, el aumento en el costo de las baterías no impedirá la adopción de vehículos eléctricos a corto plazo. Algunos de los factores que están impulsando los altos costos de las materias primas de las baterías también están impulsando el precio de la gasolina y diésel a máximos históricos, lo que a su vez está impulsando a que los consumidores tengan un mayor interés en los vehículos eléctricos.
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