Según datos del Consejo Mundial del Oro, el banco central ruso compró 274 toneladas de lingotes de oro el año pasado, unos 11.000 millones de dólares a precios promedio y la tendencia parece que continúa en este año 2019. El pasado mes de febrero, las tenencias rusas de oro se incrementaron en 1 millón de nuevas onzas, la mayor cantidad de oro incorporada a sus reservas desde el mes de noviembre pasado. Así, Rusia ha acaparado el 40% de las compras de oro de todos los bancos centrales y el 6% de la demanda global. Con estos datos, el oro representa en la actualidad el 19% de las reservas de divisas del país, el nivel más alto desde el año 2000.
Esta situación es el resultado de lo que algunos analistas señalan como la política de desdolarización, es decir, reducir paulatinamente la exposición rusa a la divisa estadounidense. Y ahora, esos mismos analistas especulan sobre los impactos económicos globales si más países adoptan una filosofía similar y empiezan a desprenderse de sus dólares por otros activos, como el oro o el yuan chino.
En este sentido, cabe recordar las declaraciones del presidente francés, Emmanuel Macron, en noviembre del año pasado, cuando señaló que las corporaciones y entidades europeas son demasiado dependientes de la moneda estadounidense, calificando esta situación como “un problema de soberanía”. Sin embargo, han sido otros países europeos como Polonia y Hungría, los que sorprendieron a los analistas al realizar las primeras compras sustanciales de oro en más de una década.
En esta situación de fiebre del oro rusa, algunos expertos están empezando a cuestionarse si puede permitirse mantener su intenso ritmo de compra y que a partir de ahora el ritmo se desacelerará. El año pasado las compras rusas superaron el suministro nacional de oro por primera vez. Sin embargo, no todas las opiniones son unánimes. Oleg Kouzmin, economista jefe de Renaissance Capital en Moscú y ex asesor del Departamento de Política Monetaria del Banco Central es de la opinión contraria, señalando que “si llega al límite de las compras nacionales, creo que el Banco Central comenzará a importar oro”. Para el analista, los posibles riesgos geopolíticos y la sombra de nuevas sanciones son motivos suficientes para que el banco central ruso continúe incrementando la participación de oro en sus reservas.
Es evidente que las compras rusas han mantenido el mercado. Según Adrian Ash, jefe de investigación de BullionVault Ltd, “si no fuera por el banco central de Rusia, el año pasado habría sido el peor año para la compra de oro en una década” pero ahora que las compras rusas son conocidas “se necesitaría un aumento significativo en sus compras para impactar significativamente el precio del oro” si no hay otros actores internacionales que sigan la estela rusa.