Casi dos siglos después de la fiebre del oro de California, Estados Unidos está a punto de vivir una fiebre similar: la del litio.
A medida que se dispara la demanda del material, los geólogos gubernamentales se apresuran a averiguar dónde se esconde el preciado elemento.
En septiembre de 2023, científicos financiados por una empresa minera informaron del hallazgo de lo que podría ser el mayor depósito de litio en un antiguo supervolcán estadounidense.
Ahora, investigadores del sector público del otro extremo del país han descubierto otro yacimiento sin explotar, que podría cubrir casi la mitad de la demanda nacional de litio.
Se esconde en las aguas residuales de la industria de fracturación hidráulica de gas de Pensilvania.
El litio es sin duda el elemento más importante de la transición hacia las energías renovables en el país: el material preferido para las baterías de los vehículos eléctricos.
Y, sin embargo, sólo hay una mina de litio a gran escala en Estados Unidos, lo que significa que, de momento, el país tiene que importar lo que necesita.
Las autoridades del Departamento de Energía de EE.UU. están desesperadas por cambiar esta situación. Para 2030, quieren que todo el litio se produzca en el país.
No obstante, la expansión de la industria estadounidense del litio es muy controvertida, ya que la minería puede destruir entornos naturales, lixiviar sustancias químicas tóxicas e invadir tierras indígenas sagradas.
Al mismo tiempo, se considera que las baterías de iones de litio son una tecnología crucial en la transición mundial hacia las energías renovables, ya que almacenan la electricidad generada por el viento y el Sol.
Encontrar una fuente de litio que no cause más destrucción ambiental de la necesaria es clave, pero una solución limpia es complicada.
Pensilvania se asienta sobre una veta de roca sedimentaria conocida como Marcellus Shale, rica en gas natural. La base geológica fue depositada hace casi 400 millones de años por la actividad volcánica, y contiene litio procedente de cenizas volcánicas.
A lo largo de grandes extensiones de tiempo, las aguas subterráneas profundas han disuelto el litio de estas rocas, esencialmente «minando el subsuelo», según Justin Mackey, investigador del Laboratorio Nacional de Tecnología Energética de Pensilvania.
Mackey y sus colegas han descubierto ahora que, cuando las aguas residuales se extraen de las profundidades por las actividades de fracturación hidráulica, contienen una cantidad asombrosa de litio.
«No sabíamos cuánto contenía», dice Mackey.
Por su ubicación, Pensilvania es un estado puntero en polémicas actividades de fracturación hidráulica, que han suscitado numerosas preocupaciones medioambientales y sanitarias.
La fracturación hidráulica consiste en perforar la tierra en forma de L para bombear agua hacia abajo. De este modo, las sustancias más profundas, incluido el gas, salen a la superficie.
«Las aguas residuales del petróleo y el gas son un problema creciente. En la actualidad, se tratan mínimamente y se reinyectan», afirma Mackey.
Tales prácticas podrían desperdiciar un litio precioso. Como muestra este nuevo estudio, al medir adecuadamente las reservas de litio en las aguas residuales de la fracturación hidráulica, podría haber otra forma de dar un buen uso a los residuos».
El análisis regional se basa en datos de las empresas petroleras y gasísticas, que informan a las autoridades de los elementos hallados en sus aguas residuales. Mackey y sus colegas tuvieron en cuenta los datos recogidos entre 2012 y 2023 de las aguas residuales de 515 pozos de Pensilvania.
Sus resultados sugieren que el Marcellus Shale «tiene la capacidad de proporcionar rendimientos significativos de litio en un futuro previsible», es decir, mientras continúe la fracturación hidráulica.
Si los científicos consiguen extraer una cantidad siquiera conservadora de litio de las aguas residuales de la fracturación hidráulica en el estado, calculan que se podría satisfacer más del 30% de la demanda actual de EE.UU. Eso suena realmente prometedor, pero no lo es.
Suena muy esperanzador, pero el posible impacto ambiental de la extracción de litio de las aguas residuales de la fracturación hidráulica aún no se ha explorado, y las aguas residuales sólo existen si continúa la actividad de fracturación hidráulica.
Para cumplir nuestros objetivos climáticos, se prevé que la demanda mundial de litio aumente un 400% en las próximas décadas. Queda por ver cómo se satisfarán las necesidades de litio y qué nuevas crisis medioambientales podrían provocar esas soluciones.
Noticia tomada de: Science Alert / Traducción libre del inglés realizado por World Energy Trade.