Saudi Aramco, la mayor petrolera del mundo por producción y valor de mercado, informó el martes que mantiene su dividendo trimestral de 31.100 millones de dólares, a pesar de un descenso anual del 15,4% en las ganancias del tercer trimestre como consecuencia de la caída de los precios del petróleo y a la debilidad de los márgenes de refinación.
Aramco, que es también el mayor exportador de crudo del mundo, registró unos ingresos netos de 27.564 millones de dólares en el tercer trimestre, por debajo de los 32.583 millones del mismo periodo del año anterior.
A pesar de la caída, los beneficios superaron la estimación media de consenso de 26.890 millones de dólares realizada por Visible Alpha.
Los beneficios antes de intereses e impuestos cayeron un 18,1%, principalmente como consecuencia de la bajada de los precios del crudo, el menor volumen de crudo vendido y el debilitamiento de los márgenes de refino.
Los factores clave de los menores resultados de Aramco en el tercer trimestre fueron los mismos que los de las grandes petroleras como Chevron, Exxon o BP, al igual que otros grandes productores de petróleo y gas: menores precios del petróleo y gas en el tercer trimestre en comparación con el año anterior, y débiles márgenes en refinación debido al lento crecimiento de la demanda y al aumento de la capacidad mundial de refino.
Aramco prosiguió su política de dividendos, distribuyendo grandes cantidades entre sus accionistas, el mayor de los cuales es el Reino de Arabia Saudí, con una participación directa de casi el 81,5% y una participación indirecta a través del fondo soberano, el Fondo de Inversión Pública (PIF), que posee el 16% de Aramco.
Para el tercer trimestre, el gigante petrolero estatal saudí declaró un dividendo base de 20.300 millones de dólares, más la sexta distribución de dividendos ligados a resultados de 10.800 millones de dólares, con lo que el total de dividendos declarados para el tercer trimestre ascendió a 31.100 millones de dólares.
Arabia Saudí depende de los ingresos procedentes de las exportaciones de petróleo y del reparto de dividendos de Aramco para financiar un ambicioso programa Visión 2030, con el que el príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, quiere convertir el Reino en un destino favorable a la inversión para hacer negocios y grandes proyectos y reducir la dependencia del petróleo.
En relación con los resultados del tercer trimestre, el presidente y CEO de Aramco, Amin Nasser, ha declarado que a medida que la compañía se centra en las oportunidades estratégicas de crecimiento y en la captura de valor a través de la integración y la diversificación, tienen la intención de mantener el impulso positivo y consolidar su posición como uno de los principales actores mundiales de la energía y la petroquímica.