El anuncio de hoy que describe el plan del Reino Unido para establecer un objetivo legalmente vinculante de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero del 78% (en los niveles de 1990) a través de su Sexto Presupuesto de Carbono es otro hito importante en el camino hacia su objetivo de emisiones netas cero para 2050.
Tom Heggarty, analista principal de Wood Mackenzie, dijo: “Hace sólo dos años, el Reino Unido se proponía reducir sus emisiones en un 80% para 2050. Ahora pretende alcanzar casi el mismo punto 15 años antes”.
Con la cumbre sobre el clima del Día de la Tierra programada para esta semana y con la COP26 en Glasgow a sólo siete meses de distancia, el Reino Unido está dispuesto a reafirmar su posición como líder en la lucha mundial contra el cambio climático.
Es importante destacar que, por primera vez, este objetivo incorporará la contribución del Reino Unido a las emisiones de la aviación y el transporte marítimo internacionales, dos sectores que serán especialmente difíciles de descarbonizar.
Demostrar liderazgo en este tema es crucial. Al ocupar la presidencia de la cumbre mundial sobre el clima más importante desde París en 2015, el Reino Unido desempeñará un papel importante en la consecución de un acuerdo ambicioso en Glasgow a finales de este año.
Un objetivo clave en el período previo a la COP26 es animar a más países a establecer objetivos ambiciosos de emisiones provisionales, en lugar de sólo objetivos de cero neto a largo plazo.
Debido al rápido crecimiento de la concentración de CO2 en la atmósfera, el ritmo de descarbonización es tan importante como el objetivo final. Al fijarse un objetivo tan exigente para 2035 (junto a su actual objetivo del 68% para 2030), el Reino Unido espera que otros sigan su ejemplo.
Como siempre, cuando se trata de la espinosa cuestión de cómo conseguir una rápida descarbonización -y, en última instancia, emisiones netas cero- el diablo está en los detalles. Hasta ahora, el enfoque del Reino Unido ha estado lleno de grandes ambiciones y ha carecido de medidas políticas específicas que impulsen los cambios necesarios en la inversión y el comportamiento de los consumidores.
Se ha avanzado mucho en el sector energético, ya que las energías renovables han crecido y la contribución del carbón al suministro de electricidad casi ha llegado a su fin.
Las emisiones de CO2 procedentes de la energía se han reducido en dos tercios desde 2010. Sin embargo, más allá del sector eléctrico, la situación es mixta. Algunos anuncios políticos, como la supresión de las ventas de turismos con motor de combustión interna a partir de 2030, aportan claridad. Otros, como la efímera subvención para viviendas ecológicas, dejan más preguntas que respuestas.
“Si el gobierno del Reino Unido se toma en serio el cumplimiento de sus objetivos, ha llegado el momento de proporcionar a los inversores y consumidores la certeza y el apoyo que necesitan para poner en marcha realmente la descarbonización del sector de la construcción, el transporte y la industria”, agregó Heggarty.-
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