Los cambios en la política ambiental de Estados Unidos ha sido un elemento central en el mensaje del candidato presidencial demócrata Joe Biden. Ahora bien, de concretarse algunos de ellos, tendría impacto en una importante industria estadounidense como lo es el sector automotriz.
Los fabricantes de automóviles se están preparando para nuevas y estrictas reglas y políticas sobre emisiones de vehículos que favorezcan a los vehículos eléctricos si el candidato presidencial demócrata gana la Casa Blanca.
El Plan Biden para una revolución de energía limpia y justicia ambiental promete:
- Asegurarse de que EE. UU. logre una economía de energía 100% limpia y alcance cero emisiones netas a más tardar en 2050.
- Construir una nación más fuerte y resiliente.
- Reunir al resto del mundo para enfrentar la amenaza del cambio climático.
- Hacer frente al abuso de poder por parte de los contaminadores que dañan de manera desproporcionada a las comunidades.
- Hacer una inversión histórica en el futuro de energía limpia y justicia ambiental, al hacer retroceder los incentivos fiscales de Trump que enriquecen a las corporaciones a expensas de empleos y el medio ambiente.
Biden cree que el Green New Deal europeo es un marco crucial para enfrentar los desafíos climáticos.
A continuación, una mirada a las propuestas de Biden que afectarían a los fabricantes de automóviles si gana la carrera por la Casa Blanca.
1. Emisiones de vehículos
El Plan Biden para una revolución de energía limpia, incluye la promesa de restablecer y promover estándares de ahorro de combustible más estrictos que se implementaron durante la administración de Barack Obama y que fueron revocadas por el presidente Trump.
Si es elegido, se espera que Biden restablezca rápidamente la base legal de las reglas de vehículos de cero emisiones de California y comience el proceso de revertir la decisión de la administración Trump de facilitar los requisitos de eficiencia de combustible y emisiones de carbono.
Según las regulaciones de Obama del 2012, los fabricantes de automóviles tenían que reducir las emisiones de dióxido de carbono de los vehículos de pasajeros y de servicio ligero en un 3.5% anual de 2017 a 2021 y en un 5% anual de 2022 a 2025.
California ha podido establecer sus propios estándares más estrictos de cero emisiones, los cuales han sido seguidos por otros 12 estados de EE. UU.
El presidente Trump expresó su preocupación por el costo de los estándares para los fabricantes, por lo cual finalizó en abril las regulaciones y estableció un esquema más flexible en el cual la reducción anualizada de emisiones sería del 1.5% hasta 2026.
La administración Trump también retiró la exención de California para establecer estándares más estrictos, lo que provocó una batalla legal y obligó a los fabricantes a tomar partido en la lucha.
Los fabricantes de automóviles dijeron que el revocamiento de la política les ahorró al menos mil millones de dólares en costos anuales de cumplimiento, pero dejó a la industria dividida.
Ford Motor Co, Honda Motor Co, Volkswagen AG y otros fabricantes llegaron a un compromiso con California sobre los requisitos de emisiones, mientras que General Motors Co, Toyota Motor Corp y Fiat Chrysler Automobiles se colocaron del lado de Trump en un esfuerzo por congelar las regulaciones de California y reducir los requisitos de emisiones.
El plan de Biden establece que trabajará en estándares de ahorro de combustible que van más allá de los establecidos bajo la administración de Obama, pero no ha proporcionado detalles adicionales. Un plan de junio de la Cámara de Representantes de Estados Unidos liderada por los demócratas propone reducciones de al menos un 6% por año a partir de 2026.
2. Vehículos eléctricos
Joe Biden ha prometido US$ 400 mil millones en inversión pública para la transición a energía limpia, incluida la tecnología avanzada de baterías y vehículos eléctricos.
Según el plan Biden, el gobierno federal apoyará a los gobiernos estatales y locales para construir 500,000 nuevos puntos de recarga de vehículos eléctricos para fines de 2030.
Eso marcaría un aumento significativo de la infraestructura de carga actual de los Estados Unidos, que cuenta con 87,600 puntos de carga, según datos del Departamento de Energía. En comparación, la Unión Europea actualmente tiene 192,000 puntos de recarga, según el Observatorio Europeo de Combustibles Alternativos.
Por su parte, GM y Ford se han comprometido a gastar decenas de miles de millones de dólares en vehículos eléctricos y autónomos en los próximos años.
GM planea gastar US$ 20 mil millones en tecnología de vehículos eléctricos y autónomos hasta 2025 y Ford Motor Co. se ha comprometido a invertir US$ 11 mil millones en el desarrollo de vehículos eléctricos para 2022.
3. Incentivos para los consumidores de EVs
Biden ha dicho que quiere alentar a los consumidores a comprar autos eléctricos a través de créditos fiscales. El gobierno federal actualmente subsidia los autos eléctricos con una exención de impuestos al consumidor de US$ 7,500 por los primeros 200,000 vehículos que vende un fabricante de automóviles.
Hasta ahora, solo Tesla Inc. y General Motors han alcanzado el límite. Los subsidios para Tesla finalizaron a fines de 2019, mientras que los de GM se agotaron el 31 de marzo. El Congreso a fines de 2019 se negó a extender el límite a 600,000 vehículos eléctricos por fabricante de automóviles.
Biden quiere que el crédito fiscal beneficie a los consumidores de clase media y dé prioridad a la compra de vehículos fabricados en Estados Unidos.
Eso podría representar un desafío para algunos fabricantes de automóviles distintos de Tesla. Ford planea construir muchos de sus futuros vehículos eléctricos en México y Canadá. Mientras que GM está planeando modelos Cadillac y Hummer eléctricos de precio premium, no pensados en la clase media, que cuestan más de US$ 100,000.
Biden también quiere establecer un programa de reembolso de “dinero por carcachas” que alentaría a los estadounidenses a cambiar sus autos viejos y contaminantes por vehículos eléctricos nuevos.
Ese plan podría seguir el modelo de un programa de US$ 450 mil millones presentado por los demócratas del Senado de los Estados Unidos el año pasado, destinado a reemplazar 63 millones de autos a gasolina por vehículos eléctricos en 10 años.
Según el plan, los consumidores recibirían un reembolso de al menos US$ 3,000 por intercambiar su automóvil.
4. Empleos y trabajadores
Biden ha dicho que su plan de energía limpia tiene como objetivo crear 1 millón de nuevos empleos en la industria automotriz, desde proveedores hasta fabricantes e infraestructura.
También ha dicho que sus políticas deberían beneficiar a los trabajadores sindicalizados y crear más empleos.
El sindicato United Auto Workers (UAW), que representa a más de 400,000 miembros activos, apoyó en abril de manera confiable al candidato presidencial demócrata.
Pero casi un tercio de los miembros de la UAW desafiaron la recomendación de su sindicato en las elecciones de 2016 al votar por Trump.
A muchos trabajadores automotrices les preocupa que un cambio a vehículos eléctricos destruya sus puestos de trabajo.
5. China y la disputa comercial
La prolongada guerra comercial de EE. UU. con China ha restringido el flujo de exportaciones estadounidenses de vehículos y autopartes. Aunque no está claro la manera en que Biden pondría fin a esta situación, su equipo ha dicho que reevaluará los aranceles sobre las importaciones de vehículos, piezas y materiales fabricados en China.
Biden ha criticado la guerra comercial con China, diciendo que los aranceles han perjudicado a las empresas y consumidores estadounidenses.
Desde que se aplicaron esos aranceles, los precios de materiales como el acero y el aluminio han aumentado, mientras que los trabajos de fabricación han disminuido, según la Reserva Federal.
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