En el año 1960, cuando se crea una asociación intergubernamental conocida como la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), el mercado petrolero mundial estaba dominado por un grupo de empresas transnacionales conocidas como las 7 hermanas.
El objetivo de su creación fue lograr políticas petroleras que permitieran a sus países miembros obtener precios justos a la producción petrolera.
El rol de la OPEP como organismo estabilizador del mercado y de precios del crudo no siempre ha sido efectivo. En los años 70, caracterizados por enorme volatilidad de los precios, la OPEP fue clave durante el embargo petrolero a occidente por parte de los países árabes en 1973, que generó una subida de precios de 450% entre 1972 y 1974.
Así también, en los años 80, Arabia Saudita y otros países de la OPEP decidieron reducir la producción en 65% (1980 – 1985) para mantener los precios del petróleo. Esta política no fue efectiva, los precios cayeron US$ 45 por barril, además de haber contribuido a que la producción de EE.UU., México, Reino Unido, Irán y Noruega subiera considerablemente, cubriendo el espacio dejado por la OPEP.
La OPEP en buena medida ha podido cumplir sus objetivos de asegurar la estabilidad del mercado en términos de un suministro confiable a los consumidores así como asegurar una renta estable a los productores.
La OPEP representa cerca del 41% de la producción mundial y más del 70% de las reservas probadas de crudo.
La caída de los precios desde 2014, un reto para la OPEP
Podemos aseverar que tres causas han sido determinantes. La desaceleración de las economías emergentes y en particular de China. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI) que había mantenido un crecimiento sostenido durante varios años, comenzaron a desacelerarse a partir de 2015 a niveles del 3,9%. Este menor crecimiento económico se tradujo en una menor demanda de petróleo con el consiguiente exceso de oferta y, por tanto, caída en los precios.
La segunda causa está vinculada al aumento de la producción como consecuencia del desarrollo de nuevas tecnologías de extracción de crudo no convencional. El caso más representativo de las mismas es la producción de shale oil en Estados Unidos.
Un tercer elemento más reciente que contribuyó a acelerar la caída de precios fue la guerra comercial entre las dos economías más grandes, China y EE.UU., la cual inició en marzo de 2018 con la imposición de aranceles y otras barreras comerciales a China con el objetivo de obligarla a hacer cambios en lo que Estados Unidos consideró prácticas comerciales desleales.
El colapso del precio del petróleo en lo que va de 2020, impulsado en gran parte por el impacto de la pandemia de coronavirus, es el último ejemplo de cómo la volatilidad en el comercio de productos básicos puede tener un amplio impacto financiero en la economía global.
En la actualidad, las fluctuantes condiciones del mercado petrolero pueden tener grandes consecuencias para la estabilidad de los sistemas financieros mundiales y, en particular, para las economías en desarrollo que dependen en gran medida de los ingresos de la producción y de los precios del crudo.
Un perfil de la controvertida organización
El objetivo de la OPEP, de acuerdo a lo publicado en su sitio web es el de coordinar y unificar las políticas petroleras entre los países miembros, a fin de garantizar precios justos y estables para los productores de petróleo, un suministro eficiente, económico y regular de petróleo a las naciones consumidoras, y un retorno justo del capital para quienes invierten en la industria.
En los años transcurridos desde su formación, la organización ha aumentado constantemente su membresía, que actualmente comprende 13 naciones productoras de petróleo, sin embargo, este es un número que ha cambiado regularmente.
Hoy, la OPEP está liderada nominalmente por Arabia Saudita, un país que posee casi una quinta parte de las reservas mundiales probadas de petróleo, y es el mayor exportador mundial de crudo.
El grupo ha sido criticado en algunos sectores por operar como un cartel, coordinando entre sus filas para controlar el suministro global de petróleo para mantener los precios altos, aunque sus miembros rechazan esa etiqueta como falsa.
La historia de la OPEP
La OPEP fue fundada en Bagdad en septiembre de 1960, por cinco miembros originales: Irán, Irak, Kuwait, Arabia Saudita y Venezuela, con el propósito declarado de garantizar el “derecho inalienable de todos los países a ejercer la soberanía permanente sobre sus recursos naturales en interés de su desarrollo nacional”.
La idea, dice la OPEP, era arrebatar el control de los mercados petroleros a las “Siete Hermanas”, un grupo de corporaciones petroleras multinacionales que dominaban la industria en ese momento, y que ahora a través de una serie de fusiones y adquisiciones existen como algunas de las más grandes empresas petroleras mundiales como ExxonMobil, Chevron, BP y Royal Dutch Shell.
Originalmente la organización tuvo sede en Ginebra, Suiza, y luego trasladó su base de operaciones a Viena, Austria, donde ahora se realizan reuniones cada año para que los productores discutan asuntos de negocios y tomen decisiones políticas.
El grupo es administrado por el liderazgo ejecutivo, encabezado por el secretario general de la OPEP, una posición que actualmente ocupa el político nigeriano Sanusi Barkindo.
¿Quiénes son los miembros de la OPEP?
La membresía de la organización ha evolucionado a lo largo de los años, con países que se unen y se van regularmente, y en algunos casos se vuelven a unir nuevamente.
Ecuador fue el último país en terminar su afiliación a la OPEP, confirmando su decisión a fines de 2019 y que se hizo efectiva a partir de enero de 2020.
Eso dejó al grupo con 13 miembros en la actualidad: Argelia, Angola, República Democrática del Congo, Guinea Ecuatorial, Gabón, Irán, Irak, Kuwait, Libia, Nigeria, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Venezuela.
Juntos representan más del 75% de las reservas conocidas de petróleo crudo, algo menos de 1,2 billones de barriles, lo que le da al colectivo de la OPEP un enorme poder para ejercer influencia sobre los mercados internacionales de petróleo.
El desafío del Shale estadounidense
Si bien la OPEP ha podido dominar los suministros de petróleo crudo desde su inicio, la revolución del shale de EE.UU. a mediados de la década de 2010, facilitada por los avances en la tecnología de fracking, trajo una nueva dinámica a los mercados mundiales de petróleo.
Los inventarios globales se saturaron repentinamente con petróleo barato de esquisto bituminoso (shale oil) estadounidense, presionando los precios del crudo y tomando participación de mercado de los países productores de la OPEP.
En respuesta, la organización formó una alianza en 2016 con 10 países no pertenecientes a la OPEP liderados por Rusia, acordando hacer recortes coordinados de producción en un intento por estabilizar el mercado y mantener el precio del crudo.
Libia y Nigeria obtuvieron exenciones del acuerdo original debido a problemas de conflictos internos.
La alianza OPEP + y sus decisiones recientes
En conjunto con Rusia en este acuerdo informal de cooperación con la OPEP, se unieron México, Kazajstán, Omán, Azerbaiyán, Malasia, Bahrein, Sudán del Sur, Brunei y Sudán.
Desde 2016, esta llamada alianza de la OPEP ha tratado de mantener los precios del petróleo crudo a través de una serie de acuerdos para regular la producción y evitar el exceso de oferta en el mercado.
Eso fue hasta marzo de 2020, cuando Rusia desafió la propuesta de la OPEP de introducir nuevas medidas de reducción diseñadas para responder al debilitamiento de la demanda de petróleo provocada por la propagación de la pandemia de COVID-19, que condujo a cancelaciones de vuelos, medidas de cuarentena y baja actividad industrial a nivel global, las cuales de manera combinada han reducido drásticamente el consumo de combustible en el mundo.
La OPEP había sugerido extender los recortes de producción existentes de 2.1 millones de barriles por día (bpd) entre la alianza de la OPEP, así como una profundización de las medidas en otros 1.5 millones de bpd, hasta fines de 2020.
La negativa de Rusia a aceptar los nuevos términos ha puesto en duda el futuro de la relación informal que Rusia y otros productores no pertenecientes a la OPEP habían estado cultivando con la organización.
Los precios del petróleo cayeron en picada ante la noticia de que las medidas para estabilizar el mercado habían fracasado, y la situación se exacerbó aún más cuando Arabia Saudita anunció que comenzaría a aumentar la producción y ofrecer crudo con descuento, lo que efectivamente inició una guerra de precios con Rusia y los productores de shale de EE.UU.
Tiene la OPEP capacidad para traer nuevamente estabilidad y hacer subir los precios
Algunos analistas sugieren que la caída del precio del petróleo hará que Arabia Saudita y Rusia vuelvan a la mesa de negociaciones, pero por ahora el futuro de la OPEP sigue siendo un desconocido.
Mientras tanto, la posición de la OPEP como influencia supuestamente estabilizadora en los mercados mundiales de petróleo será seriamente cuestionada si se abren las compuertas de producción en un momento en que los sistemas financieros mundiales ya están luchando bajo el peso de una pandemia.
Cuando la OPEP se formó originalmente en 1960, parte de su objetivo principal era “salvaguardar los intereses de los países miembros individual y colectivamente”, así como “eliminar fluctuaciones dañinas e innecesarias” en los precios del petróleo. Esos objetivos seguían siendo primordiales en la revisión de estatutos realizado en 2012.
Sin embargo, las últimas acciones de Arabia Saudita se oponen diametralmente a esos objetivos y han ayudado a que los precios del petróleo hayan caído más de 40% en poco más de una semana. Ciertamente, esto no es en interés colectivo de los miembros de la OPEP y una acción de estabilización.
Es posible que el cártel tenga que tomar medidas significativas para ayudar a equilibrar el mercado del petróleo, en particular porque persiste la pandemia mundial y aún es incierto como se dibujará el escenario mundial en la era post coronavirus.
El impacto actual y posible en el futuro sobre la demanda y el precio del petróleo, debido a la propagación de COVID-19, significa que la OPEP y Rusia como su principal socio tienen decisiones cruciales a tomar en próximas reuniones. Y su decisión de cortar o no ha difuminado el panorama del mercado global. Sin embargo, también hay variables del lado de la oferta.
Actualmente el principal problema es la demanda y no la oferta.
Los recortes de producción de Rusia y Arabia Saudita aliviarían una gran presión en el mercado del petróleo. Sin embargo, la causa principal de la caída del petróleo es la debilidad de la demanda, no el exceso de oferta.
Las restricciones extremas impuestas para combatir la pandemia del coronavirus han causado un colapso sin precedentes en la demanda de petróleo. Las carreteras están vacías, los aviones de pasajeros están estacionados y la mayoría de las industrias no están operando.
La demanda de gasolina de Estados Unidos, el principal factor de oscilación para la demanda global de petróleo, se está contrayendo porque la mayoría de los estadounidenses se han visto obligados a trabajar desde casa.
Todo esto significa que incluso si hay una tregua entre Arabia Saudita y Rusia, los precios pueden permanecer bajo presión.
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