El Proyecto Paloma utiliza un innovador mecanismo de carga rápida por suelo, resultado de una adaptación de la tecnología desarrollada por la firma Alstom y empleada hasta ahora en trenes, tranvías y metros.
Con los cambios de diseño efectuados al sistema, se hace viable su uso a otro tipo de vehículos rodados, como el autobús en este caso. Además, se pretende que pueda aplicarse a todo tipo de automóviles.
Al igual que un tren se recarga cuando se detiene en las estaciones, el autobús lo hace en la última parada del itinerario. Durante ese período de descanso, unas zapatas conectoras ubicadas en los bajos del vehículo descienden. Estos dispositivos hacen contacto con una placa que se eleva del suelo. Cuando la carga ha finalizado, el patín desciende, el autobús arranca y retoma el recorrido.
Un trabajo de equipo
El Proyecto Paloma ha sido impulsado por el trabajo conjunto de Endesa, Alstom y Mansel. Estas tres empresas del sector eléctrico se unieron para establecer en Málaga una solución pionera en el mundo para la recarga eléctrica de autobuses directamente en el suelo, sin necesidad de que abandonen el recorrido.
“Es una tecnología pensada para poder prestar servicio a otras líneas, a diferentes marcas de autobús. Está pensado para que sea un sistema flexible que pueda servir al mayor número de usuarios”. Así lo explica Javier Leiva, manager del Living Lab de Smartcity Málaga, de Endesa.
“El autobús aprovecha las paradas que hace entre vuelta y vuelta de su recorrido, que se denominan ‘de regulación’, que suelen tomar dos, cinco o siete minutos, aprovechando ese tiempo para hacer una recarga rápida que le dé suficiente autonomía y no tenga que volver a la cochera”, agrega Leiva.
“Esta instalación es un avance importante tanto para Alstom como para la ciudad de Málaga, llevándonos un paso más en el camino hacia una movilidad urbana totalmente sostenible. Estamos orgullosos de lo que se ha logrado en colaboración con nuestros socios del consorcio. Así lo expresó Eric Marie, vicepresidente de Sistemas e Infraestructura de Alstom.
Agregó que el Proyecto Paloma, puesto en marcha en la localidad española, “muestra un camino a seguir para el buen funcionamiento de las enormes flotas de autobuses eléctricos que veremos en los próximos años en toda Europa”.
La prueba piloto del proyecto
Durante dos meses, la Empresa Malagueña de Transporte (EMT) realizará pruebas reales en la línea L. Esta ruta sigue todo el entorno del Campus de Teatinos de la Universidad de Málaga. Los recorridos piloto se realizarán desde las siete y media de la mañana hasta las nueve y media de la noche. Para ello, se ha puesto a disposición de la EMT un autobús 100 por ciento eléctrico. Esta unidad operará junto a otros dos vehículos para reforzar su servicio.
El punto de carga está ubicado frente a las inmediaciones de la Escuela Politécnica. Estará integrado en la red eléctrica de distribución de Endesa. Tendrá una potencia de 200 kilovatios.
“La autonomía del autobús eléctrico que suele ser la limitante principal de estos vehículos ya no va a ser un problema”, sostiene el manager de Smart City Málaga. Asegura que esta solución permite maximizarla hasta donde haga falta. Sus claves son las siguientes:
- Permite cargar rápidamente el autobús en las paradas: se amplía así la autonomía, eficiencia y capacidad del autobús eléctrico frente a los que únicamente son cargados en las cocheras al finalizar su jornada. Con ello mejora la autonomía del autobús sin modificar los tiempos de la ruta dado que la carga es rápida.
- Está integrado en el asfalto: el dispositivo de carga no se ve, lo que facilita su ubicación dado que no altera el paisaje urbano.
- No hay impacto visual: no afecta a los vecinos residentes de la zona como sí ocurre con otros sistemas como el pantógrafo, desde el techo del autobús, porque la carga se hace desde el suelo.
- La carga por contacto: esto permite aumentar la rapidez y eficiencia del sistema.
- Tecnología de avanzada: puede ser instalada e integrada en cualquier modelo de autobús, sin modificar la altura mínima al suelo del vehículo.
El Proyecto Paloma ha sido desarrollado durante tres años. Para ello, ha contado con un presupuesto de unos tres millones de euros. Este monto ha sido cofinanciado con aportes del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), a través del programa Interconecta, del Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI).
Además, la iniciativa cuenta con el apoyo institucional del Ayuntamiento de Málaga, la Universidad, la Empresa Malagueña de Transportes y la Junta de Andalucía.
Según Alstom, uno de los factores que han convertido a la ciudad en el laboratorio para el Proyecto Paloma, ha sido precisamente la predisposición de las instituciones para llevar a cabo el estudio de este sistema de carga rápida.
Noticia de: Energia16 / Traducción libre del inglés por WorldEnergyTrade
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