Este es el último de los grandes proyectos que colocó a Australia a la vanguardia en las exportaciones mundiales de GNL. Se convirtió en la joya de la corona del GNL para Shell. Sin embargo, la emblemática instalación no ha producido desde febrero, y bajo las circunstancias actuales su futuro luce bastante incierto.
La planta flotante de gas natural licuado Prelude (floating liquefied natural gas – FLNG, por sus siglas en inglés) produce gas natural a 475 km de la costa de Australia. En junio de 2019, alcanzó un hito significativo, cuando envió su primera carga de gas natural licuado a clientes en Asia.
La enorme embarcación mide 488 mt de largo, equivalente a 5 campos de fútbol, 76 mt de ancho y 105 m de alto. Lo que convierte a esta FLNG en la más grande del mundo.
El proyecto Prelude tiene una capacidad anual de 3.6 millones de toneladas, cuyo primer cargamento se envió más de ocho años después de que se tomó la decisión final de inversión, y dos años después de que el buque FLNG llegara al sitio. En febrero de este año, la producción se detuvo después de un problema técnico.
Figura 1. El FLNG Prelude de Shell mide 488 mt de largo, equivalente a 5 campos de fútbol
La producción en la instalación de FLNG más grande del mundo todavía no se ha restaurado, y sigue sin estar claro cuándo sucederá. Construirlo y ponerlo en operación costó entre US$12 y US$17 mil millones, según las estimaciones. Con una inversión tan significativa, actualmente existen fundadas preocupaciones de que el proyecto pueda fracasar.
La situación del mercado del gas es bastante difícil. Al igual que en el petróleo, hay un exceso sustancial de gas natural, y la demanda está muy rezagada. Según Rystad Energy, la producción mundial de gas natural está fijada para una disminución del 2.6% este año debido a la pandemia de coronavirus.
En el 2021, la demanda debería comenzar a mejorar, impulsada por los bajos precios que azotan actualmente al sector. Pero eso es sólo si la pandemia desaparece para siempre y sin una pelea, que en este momento no está sucediendo.
Los costos de producción son muy altos
Bajo las circunstancias que imperan en el mercado mundial, puede que lo mejor para Shell es que Prelude no esté operando en este momento. Hay un exceso de oferta de GNL, los precios actuales son muy bajos, y Shell infirmó en una actualización reciente que se verá afectado porque sus contratos de venta a plazo de 2019 para GNL estaban vinculados a los precios del petróleo.
Según análisis de Goldman Sachs citado en un artículo para Forbes, el precio de equilibrio comercial (breakeven) de la producción de Prelude es de hasta de US$ 20 por cada mil pies cúbicos. Si esto se compara con los precios de entre US$2 y US$3 por mil pies cúbicos de abril de 2020 para la producción en los Estados Unidos, la diferencia es impresionante, y sin duda explicaría por qué Shell no tiene prisa por reiniciar las operaciones en la gigante estructura de Prelude.
Más allá de esta situación, la pregunta claves es si ¿hay posibilidades que Prelude pueda volver a ser rentable?, la respuesta pareciera ser negativa.
Tal es la situación, que Shell en su amortización de activos de US$ 22 billones para el segundo trimestre de 2020, incluye US$ 9 billones que corresponde a un cargo que se asignará al negocio de GNL de Australia, el Prelude.
Las condiciones de exceso actual de gas natural en el mercado se aclararán en un futuro no muy lejano. En esto concuerdan la mayoría de los observadores del mercado de GNL.
El gas y el GNL han disfrutado de una creciente demanda como reemplazo del carbón en la generación de energía, y después de que pase la crisis actual, es probable que la demanda vuelva a empezar a aumentar. Sin embargo, hay un componente decisivo para los precios, y es que la oferta también está aumentando.
Según el LNG Outlook 2020 de Shell, el año 2019 vio un número récord de nuevas adiciones de capacidad de GNL a medida que la industria compite por asegurar un lugar en el mercado de GNL a largo plazo.
También hay más capacidad en camino, a pesar de los desafíos actuales. Apenas el mes pasado, la francesa Total obtuvo US$ 15,000 millones en financiamiento para un nuevo proyecto de GNL en Mozambique.
Exxon pospuso hasta 2021 su decisión final de inversión en el proyecto de GNL Rovuma, de US$ 30,000 millones, también en Mozambique, pero no lo ha cancelado. Shell dijo recientemente que estaba interesado en más proyectos de GNL, esta vez en Rusia.
En otras palabras, las perspectivas a largo plazo para el GNL siguen siendo positivas. Aunque el panorama de Prelude, quizás no sea tan ventajoso. Con la cantidad de oferta que se avecina, la competencia por un espacio de mercado sólo continuará intensificándose, como consecuencia, los precios se mantendrán bajos por más tiempo. Lo cual significa que Prelude nunca podrá alcanzar su nivel de equilibrio comercial.
En junio de 2019, bajo circunstancias totalmente diferente de las actuales, el Director de Gas y Nuevas Energías de Shell, Maarten Wetselaar, afirmó que “Con Prelude produciendo GNL durante más de una semana y el primer envío de GNL siendo inminente, estaban eliminando el riesgo de su objetivo de flujo de caja libre orgánico de US$ 8-10 mil millones en 2020”. Las expectativas eran altamente justificables y los planes eran ambiciosos.
Ahora, con las previsiones de demanda de 2020 en la basura y las nuevas apuntando hacia la disminución de todo lo relacionado con la energía, las cosas son diferentes. Habrá que hacer nuevos planes, aunque tal vez no tan ambiciosos como los anteriores. Sin duda, el GNL tendrá un papel principal en la combinación energética del futuro.
Pero el papel que desempeñarán los costosos proyectos de GNL flotantes sigue siendo incierto.
Prelude es un logro de ingeniería impresionante, independientemente de sus problemas. Como la instalación flotante de GNL más grande del mundo, tiene una capacidad total de 5.3 millones de toneladas de líquidos de hidrocarburos al año, que incluyen, además del GNL, la cantidad de 1.3 millones de toneladas de condensado de gas y 400,000 toneladas de gas licuado de petróleo.
El GNL flotante iba a ser un cambio de juego, al aumentar la eficiencia de la producción de gas mediante la adición del procesamiento en el mismo lugar de extracción. Pero ahora tiene que demostrar que es competitivo en cuanto a costos con otros enfoques más tradicionales para la producción de GNL.
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