La empresa estatal brasileña Petrobras redujo su plan de gasto de inversión para 2020 en casi 30% y recortará alrededor de 100,000 barriles por día de la producción nacional en respuesta al COVID-19 y la sobreoferta de crudo en el mercado.
Petrobras realizó modificaciones a su plan de inversiones de 2020, ajustándolo a US$ 8.5 mil millones de lo inicialmente previsto de unos US$ 12 mil millones. El plan de negocios para 2020 – 2024 tiene estimado realizar inversiones por US$ 75.7 mil millones.
De acuerdo a la información de Petrobras, los recortes de gastos provendrán de actividades de exploración pospuestas, interconexión de pozos y construcción de instalaciones de producción y refinación.
La compañía está cerrando producción alrededor de 23,000 bpd de depósitos provenientes de aguas poco profundas, pero procederá con la venta de algunos activos en aguas poco profundas, que forman una pequeña parte de su cartera de desinversión de US$ 20 mil millones – US$ 30 mil millones.
Los otros 77,000 bpd de reducción de producción provendrán de depósitos de aguas profundas.
Petrobras advirtió de la posibilidad de nuevas reducciones de producción. De acuerdo a la información, la empresa evaluará las condiciones del mercado y, si es necesario, realizará nuevos ajustes en la producción de petróleo.
Petrobras produjo alrededor de 2.14 millones bpd de petróleo en febrero, bajando casi 8% en comparación con enero de 2020, según los últimos datos de la Agencia Nacional de Petróleo (ANP), que es el ente regulador en Brasil. La compañía estatal había establecido una producción nacional de 2020 de 2.2 millones de bpd, justo por encima del nivel de 2019.
Los fundamentos de la decisión de Petrobras
Petrobras ha dicho que la producción de petróleo provenientes de los campos offshore de presal es viable en alrededor de US$ 35 – US$ 45 por barril, lo cual supera notablemente los precios mundiales actuales del petróleo.
Alrededor de 80% de la producción de la compañía proviene de los depósitos en presal, que son el ancla para las proyecciones de crecimiento ascendente a largo plazo de Brasil.
Dado el alto nivel de incertidumbre que prevalece en la economía mundial, la compañía considera que es prematuro hacer revisiones en el escenario de referencia y las proyecciones de precios del petróleo.
Estas revisiones se harán cuando disminuyan las incertidumbres y la consiguiente volatilidad de los precios. Petrobras añadió que sigue buscando oportunidades para reducir los costos operativos y administrativos.
Reestructuración del gasto
El gasto de la compañía de alrededor de US$ 11,500 millones se financiará parcialmente con emisión de deuda, incluyendo US$ 8,000 millones de líneas de crédito que la compañía acordó la semana pasada y los próximos desembolsos de alrededor de US$ 3.500 millones.
La compañía también planea reducir alrededor de US$ 2,400 millones de gastos de personal, y US$ 2,000 millones de los costos operativos. Petrobras también ha postergado alrededor de US$ 1,700 millones en pagos de dividendos hasta el 15 de diciembre de 2020.
La compañía ha puesto una moratoria de 90 días en cualquier contrato de material, lo que podría retrasar las próximas ofertas de unidades flotantes de producción, almacenamiento y descarga (FPSO) planeadas para salir en funcionamiento a partir de 2022.
En Downstream, la compañía ha manifestado que la pandemis de COVID-19 ya ha reducido significativamente la demanda de combustible y que está monitoreando los mercados y ajustando la producción en las refinerías.
La compañía suspendió un proceso de venta de activos
Los ejecutivos de la compañía habían dicho que los acuerdos de venta iniciales para algunas de las refinerías podrían ser anunciados ya en abril. La compañía no dijo cuándo se reanudaría el proceso.
La cartera de desinversiones Downstream cubría ocho unidades de refinación con alrededor de 1.1 millones bpd de capacidad instalada, la mayoría ubicadas en el sur y el norte de Brasil.
La distribuidora de combustibles Ipiranga, filial del conglomerado brasileño Ultrapar, y Raizen, una empresa conjunta entre la brasileña Cosan y Shell, se encuentran entre las firmas que tienen interés en adquirir los activos. La empresa estatal china Sinopec también ha estado evaluando proyectos de refinería en Brasil.
El organismo antimonopolio brasileño Cade había obligado a Petrobras a desinvertir activos intermedios para finales de 2021 para aumentar la competencia en el sector. No está claro si ese plazo también se prorroga.
La compañía ha solicitado ahora que los prestamistas desembolsen alrededor de US$ 8.000 millones de líneas de crédito rotativas para aumentar la liquidez mientras evalúa otras medidas que refuerzan su flujo de caja, incluyendo reducciones de costos y optimización del capital de trabajo.
Se ha convocado una junta de accionistas el 22 de abril en la sede de la compañía en Río para considerar el gasto de capital de 2020, entre otros asuntos.
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