Petrobras empezó a probar la tecnología Bravo (Remote Buoy for Offshore Wind Assessment). El equipo, capaz de medir la velocidad y dirección del viento, es esencial para las mediciones destinadas a poner en marcha proyectos de generación eólica marina.
La inversión total es de R$ 9 millones (US$1.7 millones) y se espera que el uso de esta tecnología, inédita en el país, traiga una reducción de 40% del costo en relación a su contratación en el exterior.
La medición mediante boyas es una de las alternativas adoptadas actualmente en todo el mundo a las torres de medición fijas, que tienen unos costes de instalación más elevados.
El proyecto se desarrolló mediante un acuerdo de cooperación con Petrobras, con recursos del programa de I+D del sector de energía eléctrica de ANEEL y en asociación con el Instituto SENAI de Inovação em Energias Renováveis (ISI-ER) de Rio Grande do Norte y el Instituto SENAI de Inovação em Sistemas Embarcados (ISI-SE) de Santa Catarina.
“Petrobras es una empresa con experiencia en proyectos intensivos en contenido tecnológico. El estudio de proyectos e innovaciones como éste está previsto en el Plan Estratégico 2023-27, recientemente lanzado, que prevé la profundización de estudios y la evaluación de oportunidades en hidrógeno, eólica marina y captura de carbono”, afirma Rafael Chaves, director de Relaciones Institucionales y Sostenibilidad de Petrobras.
Además de medir la velocidad y la dirección del viento, Bravo es capaz de procesar variables meteorológicas, como la presión atmosférica, la temperatura del aire y la humedad relativa, y variables oceanográficas, como las olas y las corrientes marinas. El proyecto comenzó en 2021 y durará dos años.
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Durante los próximos siete meses, el sistema de comunicación Bravo permitirá acceder a los datos recogidos en la costa de Rio Grande do Norte (donde se instaló) a corta distancia, a través de Bluetooth y Wi-Fi, o vía satélite. Se enviarán a un servidor en la nube al que tendrán acceso SENAI y Petrobras. La información recogida por el Bravo se comparará con los datos recogidos por un LiDAR fijo, instalado en la terminal salinera de Areia Branca. El LiDAR es un sensor óptico que mide la velocidad y dirección del viento, entre 10 y 200 metros de altura, generando datos compatibles con la altura de funcionamiento de los aerogeneradores marinos.
La boya se lanzó al mar para probarla en el entorno correspondiente. Los datos del viento captados por un LiDAR de referencia fijo se compararán con los datos captados por el LiDAR existente en la boya y, tras la fase de validación, será posible determinar el grado de preparación de la tecnología.
Al final del proyecto, esperamos haber desarrollado un equipo de medición de recursos eólicos marinos validado conforme a los criterios de aceptación exigidos internacionalmente. Esto, además de conferir competitividad tecnológica a la industria eólica marina brasileña, habilitará a una institución nacional, en este caso el SENAI, para prestar servicios de medición de recursos eólicos marinos.
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