La empresa mexicana Pemex ha sido seleccionada para operar el yacimiento petrolífero de Zama, según una carta ministerial, lo que da a la empresa estatal el control de uno de los proyectos petroleros más prometedores del país.
El yacimiento de aguas someras en el sur del Golfo de México es compartido por Pemex y un consorcio liderado por la empresa estadounidense Talos Energy, y ambos han afirmado estar en la mejor posición para desarrollar el yacimiento y sus reservas estimadas de casi 700 millones de barriles de petróleo.
Zama Es uno de los campos petroleros más ricos que se hayan descubierto en México en los últimos años, con un potencial inicial de extracción de más de 1.000 millones de barriles.
Está ubicado cerca de la costa de Tabasco, en el golfo de México y a relativa baja profundidad, y según las primeras exploraciones, se sabe que contiene crudo más ligero que el pesado que normalmente produce México.
Por sus características, es considerado entre los 10 yacimientos más grandes de la historia del país.
La lucha por la joya del petróleo de México
El campo petrolero Zama, que algunos expertos lo consideran la “joya” del petróleo mexicano, fue el primero descubierto por una empresa privada tras la reforma energética de 2013 que puso fin al monopolio de la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) sobre los hidrocarburos.
Sin embargo, su control y operación había estado en el debate ya que el gobierno mexicano es quien pretende manejarlo, por encima de quien lo descubrió.
El consorcio estadounidense Talos Energy posee parte de los derechos ya que es quien ganó el “bloque 7”, una de las regiones licitadas por el gobierno para que petroleras privadas las exploraran.
Quitarle el control del proyecto a Talos Energy sería un golpe simbólico al mayor cambio de política económica de México en décadas y podría enfriar aún más la inversión de las principales empresas de energía del mundo, así han afirmado ejecutivos petroleros y expertos.
La decisión del gobierno
El presidente de Pemex y un representante de Talos Energy fueron informados de la decisión respecto a que será Pemex quien operará el campo, esto se realizó en una carta del 2 de julio de la ministra de Energía, Rocío Nahle, cuya copia fue vista por Reuters.
“Hemos decidido designar a Pemex Exploración y Producción como operador del área unificada”, decía la carta.
La carta expone que Pemex dijo en junio que tenía la capacidad financiera para desarrollar el proyecto y que contaba con infraestructura cercana para recibir, almacenar y exportar el crudo.
También decía que el regulador energético, la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), había confirmado que Pemex cumplía las condiciones técnicas para desarrollar Zama “en el corto plazo”.
El consorcio liderado por Talos y Pemex se habían dado tres meses más, a partir de finales de diciembre, para discutir cómo estimar cada parte de las reservas del yacimiento y decidir quién estaría en mejor posición para operar el proyecto.
Talos tiene una amplia experiencia en el lado estadounidense del Golfo, mientras que los expertos han puesto en duda que Pemex, altamente endeudado, pueda obtener el capital para desarrollar el proyecto.
La perspectiva de Talos Energy
Talos, con sede en Houston, criticó en mayo los resultados de una evaluación inicial realizada por una empresa de ingeniería externa contratada por todas las empresas para calcular la división de las reservas y las participaciones, que cifró en un 49,6% para el consorcio y un 50,4% para Pemex.
“Creemos que el reciente análisis de terceros subestima los datos relevantes obtenidos durante la campaña de evaluación”, dijo entonces el director ejecutivo de Talos, Timothy Duncan.
En junio, el consorcio presentó, al regulador energético mexicano, un borrador del plan de desarrollo para su parte del yacimiento, pero la decisión final sobre quién operaría el proyecto la tomó finalmente el ministerio después de que las empresas no llegaran a un acuerdo.
Figura 1. El campo Zama posee ubicación y características extraordinariamente atractivas
¿Cómo es el campo de Zama?
Las exploraciones de la “joya” en el “bloque 7” fueron llevadas a cabo por Talos Energy, firma asociada con la petrolera alemana Wintershall DEA y la británica Harbour Energy.
Fue el primer hallazgo de petróleo de una compañía extranjera en ocho décadas, desde que en 1938 la industria de los hidrocarburos fue nacionalizada a favor de Pemex.
Se encuentra en aguas cercanas al puerto de Dos Bocas, Tabasco, el sitio en el que el gobierno de López Obrador construirá una refinería, lo que para analistas devela por qué es clave para el gobierno mexicano.
Desde la superficie del agua, la exploración llegó a 166 metros de profundidad hasta encontrar el lecho marino, lo cual ofrece ventajas al no tratarse de aguas profundas.
Aunque se estima que podrán extraerse 1.000 millones de barriles, hay potencial de que pueda duplicar esa cifra, según información de la Comisión Nacional de Hidrocarburos.
Las pruebas indican que tiene crudo de 30 grados API, el cual es uno de los mejor cotizados en el mercado.
Pero el yacimiento Zama-1 no solo está en el área del “bloque 7”, sino que colinda con otra superficie bajo el dominio de Pemex llamada Amoca-Yaxché 03. Es en este último aspecto es en lo que se ha centrado la disputa.
Como usualmente sucede cuando hay yacimientos que colindan entre campos petroleros controlados por dos compañías diferentes, tiene que darse una negociación de “unificación”.
Esto significa que las empresas deben determinar qué porcentaje del campo le corresponde a cada compañía, dividir los costos de operación y definir quién se encargará de operar el campo.
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