Las importaciones ilegales de refrigerantes están inundando el mercado europeo, contribuyendo con emisiones equivalentes a cuatro centrales eléctricas de carbón en 2018. La pregunta que surge sería: ¿es posible que la UE cumpla con el Acuerdo de París? Es preciso atacar las emisiones del gas negro con el fin de que la transición energética se cumpla según lo pautado.
Los importadores ilegales en la Unión Europea están recaudando dinero, dice Alessandro Borri. El director de ventas del proveedor italiano de refrigerantes General Gas se refiere a los importadores de hidrofluorocarbonos (HFC) ilegales, gases que se utilizan en casi todos los aires acondicionados, bombas de calor y refrigeradores de automóviles.
“El costo de un cilindro importado de China, incluido el transporte, es de aproximadamente $ 70“, dice Borri. “Se importan en contenedores de envío; los cuales puede contener hasta 900 cilindros, y luego se distribuyen a través de Facebook o eBay. Pero también por personas con una camioneta, simplemente van de taller en taller y los venden uno por uno”.
En eBay u otros minoristas locales en línea, un cilindro importado ilegalmente cuesta entre € 180 y € 250. Con esos precios, el mercado legal de los HFC, simplemente, no puede mantenerse al día. Y aunque los legisladores de la UE están cada vez más preocupados por las emisiones de carbono, este floreciente mercado negro de importaciones ilegales están contribuyendo a afectar la transición energética en el continente.
La UE lucha por regular las importaciones
Los HFC, gases artificiales que pueden desplazarse por la atmósfera durante décadas, tienen un gran impacto en el calentamiento global. Los más comunes son entre 675 y 3.922 veces más perjudiciales para el clima que el dióxido de carbono, según un informe publicado a principios de este año por la Agencia de Investigación Ambiental (EIA) de la ONG con sede en Londres.
“Otros gases fluorados, algunos de los cuales se usan como propulsores en espuma en aerosol o material aislante, pueden ser hasta 24,000 veces más dañinos que el CO2”.
La UE se propuso en 2015 regular los gases fluorados de efecto invernadero (gases F) y retirarlos gradualmente del mercado. Para 2030, planea reducir el uso de HFC hasta en un 80 %, pero aún queda un largo camino por recorrer para alcanzar esa meta.
Según la EIA, los gases HFC equivalentes a más o menos 117 millones de toneladas de CO2, se trasladaron al mercado europeo el año pasado. Pero la cuota de la UE para 2018 solo permitió un máximo de 101 millones de toneladas. Al hacer los cálculos, queda claro que los HFC, equivalentes a alrededor de 16 millones de toneladas de CO2, inundaron ilegalmente el mercado europeo en 2018, emisiones comparables a los gases que salen de cuatro centrales eléctricas de carbón o 4 millones de automóviles.
China es el mayor productor mundial de HFC y la UE es su mayor mercado de exportación. Entre sus principales clientes europeos se encuentra la industria automotriz. En 2018, se produjeron alrededor de 8 millones de automóviles solo en Alemania, España, Italia, Francia y el Reino Unido. Y, aunque los últimos modelos usan refrigerantes menos dañinos, los sistemas de aire acondicionado en los vehículos, actualmente en la carretera, usan HFC altamente contaminantes.
Planes para combatir las emisiones de HFC
A partir de 2020, la UE quiere introducir un sistema electrónico en toda Europa que permita una verificación automática para ver si un operador económico está registrado, y para señalar a las autoridades climáticas aquellos operadores que pueden no tener una cuota suficiente.
Esta implantación sigue siendo un gran desafío y, mientras tanto, el mercado negro de refrigerantes continúa creciendo. Han pasado cuatro años desde que 196 países negociaron el Acuerdo de París, comprometiéndose a tomar medidas para limitar el aumento de la temperatura media global este siglo a menos de 2 grados Celsius sobre los niveles preindustriales y, en última instancia, limitar dicho aumento a 1,5 grados Celsius.
La carrera contra el tiempo es inminente, estamos a las puertas de una transición energética de envergadura, mientras países de la UE se esfuerzan en tecnologías de avanzada para el uso óptimo de energía renovables, el mercado ilegal del gas negro está en aumento y este es un aspecto a tener en cuenta para que los objetivos de cumplimiento con el Acuerdo de París, puedan cumplirse.
Noticia de: DW / Traducción libre del inglés por WorldEnergyTrade
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