Es abrumador pensar en la cantidad de energía que puede consumirse innecesariamente en todo el mundo durante los días festivos de Navidad. Y, aunque las facturas de electricidad son pagadas por cada ayuntamiento, la factura ambiental en forma de cambio climático, lluvia ácida, desechos nucleares o contaminación, es pagada por el planeta en su conjunto.
Un esfuerzo que se realiza durante todo un año, tratando de avanzar en energía limpia, es posible opacarlo con la cantidad de energía generada en estos días festivos, donde iluminar algún espacio es una tradición que nadie desea pasar por alto. Es contradictorio el hecho de que, si bien se debe cumplir con el Acuerdo de París, en la práctica se sigue adoptando una cultura de residuos claramente insostenible.
Es increíble observar como hasta un mes antes de Navidad las calles de las ciudades ya están decoradas con las tradicionales luces. Más allá de lo que puedan gastar las mismas, es razonable que muchos ecologistas quieran llamar la atención sobre el desperdicio de energía y el impacto ambiental que causa este tipo de ornamentación.
¿Pueden las luces navideñas ser verdes?
Alrededor del 50 % del consumo de electricidad de las luces navideñas está cubierto por centrales térmicas que generan y emiten toneladas de CO2 a la atmósfera. Es un regalo de Navidad para el efecto invernadero que causa el cambio climático. Asimismo, las plantas de energía nuclear generarán alrededor del 20 %, con el consiguiente riesgo de accidentes y la producción de desechos radiactivos que seguirán siendo peligrosos durante cientos de miles de años.
Hay muchos países que mantienen la tradición y realizan ornamentos espectaculares que llaman la atención a miles de personas. Supuestamente, han encontrado soluciones para mantener el impacto sin perjudicar su cuota del Acuerdo de París, según alegan. Veamos algunos de los lugares icónicos del mundo que asombran con la belleza de sus decoraciones, pero ¿será verde esta generación de energía?
Campos Eliseos de Francia
Hasta el próximo 7 de enero, quienes transitan por la bella arteria parisiense tendrán la oportunidad de admirar una espectacular escenografía, que viste de luces los 400 árboles que conectan la Plaza de la Concordia con el Arco del Triunfo. Los árboles han sido colonizados por una cortina luminosa que, a modo de lluvia de estrellas, asciende hasta la copa produciendo un efecto de líneas plateadas que la empresa responsable ha bautizado “Scintillance” (Resplandor).
Se han utilizado más de 700.000 bombillas LED para decorar esta avenida que atraviesa el centro de París y teñir así de rojo sus árboles. La decoración lucirá cada noche entre las 18:00 y las 02:00 horas locales y, según datos de la organización, será el dispositivo más eficiente desde que arrancase esta particular tradición, culminando una política de ahorro que ha logrado reducir el gasto un 97 por ciento desde 2006.
Carnaby Street – Londres
Londres es conocida por sus icónicas luces navideñas de Carnaby Street. Pero este año le han dado un giro verde. Se han asociado con el Proyecto Cero para dar un fuerte mensaje visual sobre el cambio climático.
Para este año 2019 han querido mostrar su crencia en lo sostenible, realizando una exhibición de luces navideñas que celebra los océanos y la creciente necesidad de protegerlos. Todas las luces están hechas de materiales reciclados.
Las luces navideñas de Carnaby Street se han creado en colaboración con el Proyecto 0. Se trata de una organización benéfica que trabaja incansablemente para conservar los océanos. Cada sección de esta calle representará un área submarina diferente, cada una con extrema necesidad de conservación.
Kobe Luminarie – Japón
Es un festival celebrado en Kobe, Japón, cada diciembre desde 1995 para conmemorar el gran terremoto de Hanshin de ese año. Las luces fueron donadas por el gobierno italiano y la instalación en sí es producida por Valerio Festi y Hirokazu Imaoka. Más de 200.000 luces pintadas a mano individualmente se iluminan cada año con electricidad generada a partir de biomasa para mantener el medio ambiente.
Las luces se mantienen encendidas durante aproximadamente dos semanas, solo durante algunas horas cada noche. Las calles principales en las cercanías están cerradas al tráfico de automóviles durante estas horas para permitir que los peatones llenen las calles y disfruten de las luces.
Conclusión – Luces navideñas y transición energética
Resulta increíble que en un contexto de cambio climático evidente, y cuando es necesaria una transición energética feroz, las administraciones estén fomentando luces no necesarias que consumen recursos no renovables y que emiten CO2.
Se nos dirá que los LED instalados no suponen un gasto excesivo, ni consumen mucho. Incluso que son sostenibles. Pero es un mal ejemplo que se da a los ciudadanos: si este exceso es posible, cualquier extra también lo será. Demuestra que los dirigentes no están dispuestos a cambiar el modelo de producción y consumo actual para dejar un planeta habitable para nuestros hijos y nietos.
En definitiva, hay que elegir de qué lado se está: si estar con quienes se niegan a cumplir el Acuerdo de París, tal cual Trump ha demostrado en pasarlo por alto, o seguir lo que nos dice la ciencia y estar al lado de las energías verdes. ¿Es prudente, entonces, seguir con la tradición? Es posible que sea necesario esperar cumplir con todos los lineamientos de energías limpias, no obstante, la decisión es nuestra y el resultado se verá en pocos años.
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