La Fundación británica James Dyson otorgó el primer Premio a la Sostenibilidad a Carvey Ehren Maigue, un estudiante de ingeniería eléctrica de Filipinas. Fue premiado por crear un nuevo material a partir de residuos de cultivos reciclados que tiene la capacidad de transformar los rayos ultravioletas (UV) del sol en energía eléctrica. La tecnología podría pronto convertir las ventanas y paredes de los edificios en una nueva y rica fuente de electricidad.
El invento del estudiante universitario filipino se llama AuREUS (Aurora Renewable Energy and UV Sequestration,) y puede producir energía aunque el sol no brille.
Las partículas de alta energía son absorbidas por partículas luminiscentes que las reemiten como luz visible. Un tipo similar de partículas luminiscentes (derivadas de ciertas frutas y vegetales) fueron suspendidas en un sustrato de resina y se utiliza como tecnología central en ambos dispositivos.
Cuando son golpeadas por la luz UV, las partículas absorben y reemiten la luz visible a lo largo de los bordes debido a la reflectancia interna. Las células fotovoltaicas se colocan a lo largo de los bordes para capturar la luz visible emitida.
La luz visible capturada se convierte entonces en electricidad de corriente continua. Los circuitos reguladores procesarán la salida de voltaje para permitir la carga de la batería, el almacenamiento o la utilización directa de la electricidad.
Figura 1. El sustrato, cuando se aplica a materiales, es fuerte, translúcido y puede moldearse en diferentes formas. Crédito: Fundación James Dyson
Lo que hace especial a AuREUS es que a diferencia de los paneles solares ordinarios, AuREUS puede funcionar incluso cuando no está directamente de cara al sol; puede confiar en la dispersión de los rayos UV a través de las nubes y por la luz UV que rebota a lo largo de las paredes, pavimentos, otros edificios.
Carvey intentó utilizar los residuos de los cultivos de frutas y verduras como un compuesto para absorber la luz UV: después de probar casi 80 tipos diferentes de cultivos locales, descubrió nueve que mostraban un gran potencial para su uso a largo plazo.
Mezclando eso con una resina y forrándolo con una película solar, creó paneles similares al vidrio que pueden producir una sorprendente cantidad de electricidad. El sustrato, cuando se aplica a los materiales, es fuerte, translúcido, y puede ser moldeado en diferentes formas.
Teñido de verde lima pero transparente, el panel de prueba puede generar suficiente potencia por día para cargar dos teléfonos. Carvey dice que cuando se escalan, estos paneles podrían permitir a los edificios producir toda su propia electricidad.
Ya está estudiando cómo desarrollar su material más allá de su uso en ventanas y paredes, así como en textiles y aplicaciones en coches, barcos y aviones.
Carvey también recibió 35.000 dólares como parte del premio. Actualmente, entre los cinco colores utilizados (Rojo, Naranja, Amarillo, Verde y Azul), no se ha logrado aún una alternativa estable al tinte azul. El éxito en esta área llevará la sostenibilidad a un círculo completo.
Noticia tomada de: Inceptive Mind / Traducción libre del inglés por World Energy Trade
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