Los legisladores republicanos están sondeando la asociación de Ford Motor Co. con una empresa china de baterías para su nueva planta de 3.500 millones de dólares en Michigan, examinando cuestiones relacionadas con los puestos de trabajo estadounidenses, el intercambio de tecnología y los vínculos con el trabajo forzado.
Los representantes Mike Gallagher y Jason Smith, presidentes del Comité Selecto sobre el Partido Comunista Chino y del Comité de Medios y Arbitrios, respectivamente, enviaron una carta a Ford solicitando información sobre el acuerdo de licencia de la empresa con Contemporary Amperex Technology Co. Ltd., el mayor productor mundial de baterías para vehículos eléctricos.
La medida pone de relieve la preocupación en el Capitolio por el papel que las empresas chinas pueden desempeñar en los esfuerzos de EE.UU. por fabricar tecnologías, desde semiconductores hasta vehículos eléctricos, en su propio país, tras décadas de producción en el extranjero.
Ese impulso industrial, que se ha convertido en una pieza clave de la campaña de reelección del Presidente Joe Biden, ha prometido crear miles de puestos de trabajo y reforzar las cadenas de suministro que Washington ve potencialmente en peligro por culpa de Pekín.
La investigación sigue a otra similar revelada por el Comité Selecto sobre China a principios de esta semana sobre las inversiones en tecnología china de las empresas de capital riesgo, y se produce varias semanas después de que cuatro legisladores estadounidenses viajaran a Detroit para presionar a los presidentes de Ford y General Motors Co. para que reduzcan la dependencia de China de sus cadenas de suministro.
La carta a Ford pide a la empresa que detalle el número de ciudadanos chinos que empleará en su planta de Michigan, incluida la situación de sus visados y el tiempo que permanecerán en Estados Unidos. También planteaba preguntas sobre la conexión de CATL con Xinjiang Zhicun Lithium, una empresa que vendió en febrero en la provincia occidental china de Xinjiang, donde Estados Unidos ha acusado a China de utilizar mano de obra forzada.
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Los legisladores también pidieron detalles sobre la tecnología, los componentes de las baterías y las materias primas que procederán de China, lo que hace temer que las empresas chinas puedan aprovecharse de las exenciones fiscales estadounidenses y de las ventajas destinadas a apoyar la industria y las cadenas de suministro de vehículos eléctricos en Estados Unidos.
T.R. Reid, portavoz de Ford, dijo que la compañía está revisando la carta y responderá pronto.
“En general, mucho de lo que se ha dicho y dado a entender sobre este proyecto es erróneo”, dijo Reid. La planta de Michigan con CATL será “construida y gestionada por una filial al 100% de Ford, creando en el proceso 2.500 nuevos puestos de trabajo estadounidenses”.
Los presidentes del comité dieron a Ford un plazo para responder antes del 10 de agosto.
Noticia tomada de: Argus Media / Traducción libre del inglés por World Energy Trade
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