Para la industria exportadora, los elevados precios de hoy han sido un elixir para los proyectos de suministro de GNL que habían languidecido durante años. Pero para los importadores, especialmente en Asia, los altos precios están empezando a reducir la demanda de GNL.
A corto plazo, los elevados precios han frenado su apetito por el combustible. Pero el problema más duradero para los exportadores de GNL es la erosión de la creación de demanda en los mercados emergentes.
La volatilidad de los mercados de GNL no va a desaparecer pronto. El 26 de abril, el Banco Mundial advirtió de que los mercados mundiales del gas llevarán años de estrechez y turbulencias.
Como para profundizar la situación, Rusia cortó el suministro de gas a dos países de la Unión Europea al día siguiente, enviando otra sacudida a los precios mundiales del gas y señalando la voluntad de Moscú de esgrimir las exportaciones de gas como arma.
Las subidas de precios y las interrupciones del suministro han reforzado drásticamente los argumentos económicos y de seguridad contra el GNL.
Algunos países asiáticos en desarrollo podrían empezar a reconsiderar sus planes de aumentar las importaciones de GNL. Para cuando los nuevos proyectos de exportación de GNL lleguen al mercado, lo que no es probable hasta dentro de cinco años, es posible que los potenciales clientes ya hayan cambiado de opinión.
Los altos precios están destruyendo la demanda asiática
Tras la invasión rusa de Ucrania, los países europeos se comprometieron a aumentar las importaciones de GNL para desprenderse de las importaciones por tuberías de Rusia.
Con los proveedores mundiales de GNL operando ya casi a plena capacidad y con sólo unas modestas incorporaciones de capacidad previstas para los próximos años, los compradores europeos deben pagar fuertes primas para obtener el suministro existente de otros importadores, principalmente en Asia.
Los precios, y no los dictados de los gobiernos, son los que dirigen el tráfico. Para evitar los altos precios, los compradores asiáticos han abandonado en masa los mercados de GNL al contado.
Las compras al contado han caído a su punto más bajo desde abril de 2020. Las previsiones meteorológicas y los niveles de almacenamiento determinarán en gran medida la disposición de los compradores asiáticos a competir en el precio, momento en el que la ventana de arbitraje para enviar cargamentos a Europa puede comenzar a cerrarse.
Algunos compradores de China y Corea del Sur han firmado nuevos contratos a largo plazo para evitar los mercados al contado. Los nuevos acuerdos de compra a 20 años pueden ayudar a que un número limitado de instalaciones de exportación superen la línea de meta.
Sin embargo, una gran mayoría de los proyectos propuestos, por ejemplo, en EE.UU., siguen sin contrato. A pesar de los nuevos contratos, las importaciones chinas de GNL han disminuido cada mes desde diciembre, mientras Pekín pretende aumentar las importaciones por gasoducto desde Rusia.
Otros compradores también están revelando cambios potencialmente permanentes para alejarse del GNL. En Japón, la mayoría apoya ahora la vuelta a la energía nuclear por primera vez desde Fukushima, ya que se teme que el país pueda tener dificultades para mantener el suministro de energía debido a los altos costos del combustible importado.
Aunque el país sigue invirtiendo en proyectos de GNL, el último Plan Estratégico de Energía prevé un descenso de la cuota de GNL en la generación de energía del 37% al 20% para 2030.
Si los precios siguen siendo elevados y volátiles, los compradores podrían seguir evitando los mercados al contado de GNL y alejarse gradualmente de esta fuente de energía.
El panorama general es de falta de creación de demanda a largo plazo en Asia. Se espera que el sudeste y el sur de Asia impulsen el crecimiento de la demanda mundial hasta 2040, pero la creación de nueva demanda de GNL requiere que los países en desarrollo de Asia asuman los altos y volátiles costes del combustible denominados en divisas.
Incremento de la demanda de GNL
Sri Lanka es un buen ejemplo. La empresa estadounidense New Fortress Energy pretende estimular la demanda de GNL mediante la creación de una terminal de importación y reiteró en marzo su compromiso con el proyecto, cuya finalización está prevista para 2023.
Todo ello a pesar de que Sri Lanka está al borde de la quiebra en medio de su peor crisis económica desde la independencia. Debido al casi agotamiento de las reservas de divisas, Sri Lanka ha tenido que pedir préstamos al Banco Mundial y a India para comprar combustibles importados.
Esto es emblemático de un problema regional mayor: mientras las empresas y los responsables políticos pueden impulsar las importaciones de GNL, los precios inasequibles de los combustibles y la inestabilidad macroeconómica pueden suponer duros límites al crecimiento de la demanda.
Recientemente, Pakistán ha tenido que imponer cortes de combustible y de electricidad debido a su incapacidad para pagar el GNL y a los recurrentes incumplimientos de los proveedores contratados.
Casi el 10% del suministro eléctrico del país se quedó sin suministro debido a la escasez de GNL, lo que provocó cortes de suministro en todo el país. En marzo, la destitución del Primer Ministro Imran Khan se debió en parte a la crisis energética, y el país corre ahora un alto riesgo de impago.
Además de la actual destrucción de la demanda, Pakistán no espera construir más centrales eléctricas de GNL, y en su lugar pretende llevar la cuota de energía renovable al 60% del mix energético nacional.
Se espera que Vietnam y Filipinas se conviertan en nuevos participantes en el mercado del GNL este año, con nuevas terminales que se espera que entren en funcionamiento antes del cuarto trimestre.
Sin embargo, hay indicios de que la tolerancia nacional a los riesgos del GNL está disminuyendo. La volatilidad de los precios de los combustibles está socavando la capacidad de Vietnam para ultimar los planes a largo plazo del sector eléctrico.
En Filipinas, el Departamento de Energía ha fomentado la eficiencia energética para reducir la dependencia de los combustibles de origen mundial, al tiempo que promueve las alternativas energéticas renovables nacionales.
Conclusión
En Estados Unidos, no se han tomado decisiones finales de inversión (FID) para nuevos proyectos de licuefacción desde 2019. Ahora, los desarrolladores de GNL están impulsando nuevos proyectos para capturar los altos precios globales. Si bien algunos pueden llegar a FID este año, la expansión de la industria depende de los altos precios globales y los contratos de compra a largo plazo. Pero estas mismas condiciones podrían anular las perspectivas de crecimiento de la demanda a largo plazo en Asia.
Es poco probable que se pongan en marcha nuevos proyectos antes de 2026. Como la volatilidad de los precios continúa, los importadores de GNL maduros y emergentes están buscando la salida más cercana. A pesar de los buenos momentos que viven los proveedores de GNL, si se adoptan medidas más permanentes para limitar la demanda de GNL, estos exportadores podrían encontrar activos de licuefacción cada vez más innecesarios o inviables.
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