La creciente competitividad de esta tecnología la equipara con la terrestre, lo que lleva a un aumento del número de parques en Europa
En el mar, el viento disponible para la generación de electricidad puede ser el doble que en tierra, con velocidades elevadas y vientos estables debido a la inexistencia de barreras. Además, en medio del mar se pueden crear infraestructuras más grandes, con lo que se aprovecha la economía de escala, y no hay problemas logísticos relacionados con el transporte. Sin embargo, la mayor complejidad tecnológica de las instalaciones eólicas marinas (u offshore, como se las conoce en el sector) ha hecho que despegaran en primer lugar los proyectos instalados en tierra firme (onshore).
Pero esta realidad está empezando a cambiar. Los molinos eólicos se han lanzado a la conquista de los mares. “Gracias a los avances tecnológicos registrados en los últimos años, se podría decir que la marina y la terrestre están ya a la par a nivel de costes”, afirma Beñat Sanz, responsable de la sección de marina de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA). De acuerdo a las estadísticas de la Asociación Europea WindEurope, la potencia eólica offshore instalada en el conjunto de los países europeos superaba a finales del 2018 los 17.500 MW, cuando en el 2008 la cifra no alcanzaba ni los 500 MW.
Un rápido crecimiento
Europa ha pasado de menos de 500 MW a más de 17.500 MW de potencia eólica marina instalada en sólo diez años.
Europa está apostando fuertemente por esta energía renovable, en especial Reino Unido, donde el año pasado suministró el 8% de la electricidad del país y se prevé que el porcentaje aumente hasta el 30% en el año 2030. Todo ello son buenas noticias para la industria españolas, que está muy bien posicionada en el desarrollo y la innovación de aerogeneradores offshore en el mundo. Pero como se dice popularmente, “en casa del herrero, cuchillo de palo”. En España sólo hay un único aerogenerador marino instalado, en las Canarias, que entró en funcionamiento a finales de marzo.
¿Por qué no hay molinos para aprovechar la energía eólica en las costas de España? El motivo fundamental es la elevada profundidad del fondo marino a unos cuatro o cinco kilómetros de la costa, que es donde se suelen construir los molinos marinos de cimentación fija, que son hoy en día los más competitivos, pero que tienen el inconveniente que deben ser fijados en el fondo marino.
Figura 2. El 80% potencial de la eólica en los mares se encuentra a más de 50-60 metros de profundidad
“Se empezó a trabajar en los aerogeneradores de cimentación fija hace unos 15 años, y desde entonces los costes han bajado considerablemente, y hoy en día son ya plenamente competitivos y una tecnología consolidada”, asegura Beñat Sanz. No obstante, “el 80% potencial de la eólica en los mares se encuentra a más de 50-60 metros de profundidad, donde son necesario aerogeneradores flotantes”, explica el experto.
“El siguiente paso es avanzar en la mejora de los aerogeneradores flotantes, que son más complejos tecnológicamente porque el mar es de por sí un medio complicado”, afirma Beñat Sanz. “Cada vez hay más interés por la eólica flotante y está avanzando a un ritmo rápido”, añade el portavoz de APPA. El gran interés que despierta esta tecnología es más fácil de comprender si se tiene en cuenta que “mientras que en tierra los aerogeneradores son de 1 MW, en el mar ya se está trabajando en molinos de más de 10 MW”, explica Sanz.
La eólica marina fue una de las principales protagonistas del WindEurope 2019, la gran feria europea del sector, que se ha celebrado esta semana en Bilbao.
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