En su conjunto, los elementos de tierras raras (Rare Earth Elements, REEs, por sus siglas en inglés) son unos 17 minerales, que solo se encuentran en pocas regiones del planeta. Pero se han convertido en indispensables para el futuro de la tecnología y de la transición energética.
Para tener una idea de su importancia, el automóvil eléctrico promedio requiere seis veces más minerales que un automóvil convencional, según la Agencia Internacional de la Energía.
El uso de las tierras raras va mucho más allá, se emplean procesos industriales, desde cerámica avanzada, computadoras, luces fluorescentes, turbinas eólicas, catalizadores en automóviles pasando por refinerías de petróleo, monitores, televisores, iluminación, láseres, fibra óptica, superconductores y hasta pulido de vidrio.
A pesar de sus nombres abstractos, son fundamentales, por ejemplo, el neodimio y el disprosio son fundamentales para los motores utilizados en los vehículos eléctricos. A ellos hay que añadir el lantano (utilizado en luces brillantes), el cerio (hornos de pulido y autolimpiante) y el neodimio (pequeños imanes).
Para agregar aún más, la transición energética hacia un modelo de bajas emisiones ha hecho que estos elementos sean esenciales mucho más que en el pasado.
Quien los tiene posee un tesoro
Solo tres países producen más del 75% del suministro mundial de litio, cobalto y otras tierras raras. Estos son China, El Congo y Australia. Sin embargo, China controla más del 80% de la capacidad de procesamiento de tierras raras del mundo.
De hecho, Pekín no tiene problemas en usar su liderazgo para fines geopolíticos. Hace décadas que los chinos se centraron en la explotación de las tierras raras, al poder contar con unos costos de producción bajos y sin tener en cuenta el impacto medioambiental.
En plena guerra comercial con EE.UU. en la etapa de Donald Trump, el líder chino, Xi Jinping, se hizo ver visitando las minas del país, en un claro mensaje de advertencia a su rival económico de que ellos tienen el control en este sector.
China controla más del 90% de estos minerales y no duda en presumir de su influencia.
Es un problema de magnitud para una economía como la de Estados Unidos, hasta el punto que hace pocos meses el Congreso abrió un debate sobre el tema para reducir su dependencia del exterior. El país tiene una explotación de tierras raras en Mountain Pass, en California, pero lo poco que produce lo tiene incluso que llevar a China para su procesamiento. Su dependencia del niobio y del indio, pero también del magnesio y del platino, es casi total. Muchos de estos elementos sirven además para la importante industria militar del país.
Figura 1. Distribución mundial de los recursos de tierras raras
Recursos escasos
“En todos los momentos de la historia ha habido un determinado recurso fundamental para el progreso de la sociedad, que hizo que muchos quisieran apoderarse de ellos. Estamos a las puertas del fin de la era de los hidrocarburos, hemos dejado atrás el uranio y ahora estamos de lleno en la era de las telecomunicaciones y de la electrónica miniaturizada, que nos piden dispositivos más eficientes, con más capacidad y menos peso. En este contexto, determinados minerales garantizan una mayor conductividad. Y aquí entran en juego el litio, el cobalto y las tierras raras”, explica Pere Soria, vocal del Cluster de Eficiència Energètica de Catalunya.
La economía ha dado un giro y de hecho hace años que no se daba la búsqueda de estos elementos porque no era necesario. Ahora los fondos de capital quieren invertir en aquellos materiales que serán clave en la siguiente etapa de desarrollo económico.
Los costos de extracción de estos minerales son variables y dependen también si hay permisos y control sobre el impacto medioambiental. Además, señalan los expertos, hay que contar que no solo está la extracción, sino también la depuración y procesamiento de los elementos.
Algunas tierras raras son caras no solo por su escasez, sino por la especulación que experimentan en general muchos metales. Ocurrió recientemente con el platino, el paladio, el cobalto o el rodio, considerado el metal más caro del planeta. Incluso con el acero, que desde marzo del 2020 ha subido más de un 200%.
Como dijo la Agencia Internacional de la Energía en un reciente estudio, “hoy por hoy, los datos indican un desajuste entre las ambiciones mundiales para luchar contra el clima y la disponibilidad de minerales críticos que son necesarios para llevar a cabo dichas ambiciones”.
Usos geoestratégicos de los minerales
El Congreso estadounidense en un informe de noviembre 2020, destaca que desde la década de 1960 hasta aproximadamente 1985, el pais fue el mayor productor mundial de tierras raras, con toda la producción procedente de la mina Mountain Pass, en California.
A partir de mediados de la década de 1980, China comenzó las operaciones de extracción y minería de tierras raras y se convirtió en el mayor contribuyente a la producción mundial.
Ya en la década del 2010 China producía casi el 85% del suministro mundial de estos importantes minerales y el 95% del procesamiento.
Entre el 2010 y el 2014, China impuso restricciones a la exportación. Esto llevó a aumentos drásticos de los precios y desató la preocupación por asegurar el acceso a yacimientos más económicos, lo que condujo a una mayor exploración global.
¿Dónde se emplean?
Componentes electrónicos: discos duros, micrófonos, altavoces, microondas, partes automoción
Defensa: satélites, misiles, sistemas de control
Iluminación: láser, fibra óptica, diagnósticos por la imagen, fluorescentes
Energía y magnetos: baterías, aleación metales, producción acero
Catalizadores: refino del petróleo, aditivos a carburantes, filtros de aire
Vidrio y cerámica: colorantes, pigmentación, sensores, tratamientos
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