El complejo refinador mundial ha cerrado millones de barriles de capacidad de refinación a causa de la caída de la demanda de combustibles. Empresas como Phillips 66 y PBF Energy han informado a sus inversionistas que parte de la capacidad de refinación que está fuera de línea podría permanecer así dependiendo del curso futuro de la pandemia.
No es casualidad que en su Reporte de mercado de petróleo (Oil Market Report) de agosto, La Agencia Internacional de la Energía (IEA) revisó a la baja para el resto de 2020 los estimados de demanda de gasolina y combustible para aviones.
Para la IEA, la demanda de combustible para aviones sigue siendo la principal fuente de debilidad. En el informe, los datos revisados muestran que en abril el número de kilómetros de aviación recorridos fue casi un 80% menos que en 2019 y en julio el déficit fue todavía del 67%.
En noticias aparentemente no relacionadas, la multinacional Philips 66 informó que está en proceso de convertir una refinería de San Francisco en una planta de biocombustibles.
También en otras noticias, Shell notificó que cerraría permanentemente una refinería en Filipinas. Estas noticias aparentemente no relacionadas, ante una revisión más concienzuda muestra que apuntan a una industria que está en proceso de cambio y adaptación.
En la crisis que actualmente está experimentando el mundo, los refinadores se encuentran entre los segmentos más afectados de la industria del petróleo y el gas.
En un negocio cuyas ganancias dependen de la estabilidad de la demanda, la pandemia de coronavirus vino a sacudir sus cimientos al cortar la demanda de productos petrolíferos y, en consecuencia, los márgenes de refinación.
Ahora, más que nunca, los refinadores están en la obligación de adecuarse a las circunstancias, necesitan cambiar para sobrevivir.
Consolidación y cierres de compañías
Los analistas especializados esperan que este sea el resultado en la industria downtream como resultado de la pandemia, y en efecto es lo que ha venido sucediendo.
Además del cierre de la refinería de Shell, a principios de agosto, Marathon Petroleum dijo que inactivaría permanentemente dos refinerías con una capacidad combinada de más de 180,000 bpd de petróleo crudo.
A pesar del marcado repunte de la demanda de gasolina en muchas partes del mundo, probablemente seguirán más cierres debido a que la demanda de combustible para aviones aún no se ha recuperado.
Esto significa que los ingresos asociados con las ventas de combustible para aviones serán casi inexistentes durante al menos 2 años más.
La demanda de gasolina y destilados se ha recuperado alrededor del 80%, pero la demanda de combustible para aviones sólo ha repuntado un 30%, según la Administración de Información de la Energía (EIA).
Adaptándose para sobrevivir al cambio
En este contexto, tiene mucho sentido el plan de Philips 66 de cerrar su refinería de Santa María y transformar la refinería de Rodeo en lo que dice sería la planta de biodiesel renovable más grande del mundo, especialmente cuando se añade a la ecuación estándares de combustible cada vez más estrictos, particularmente en California.
El estado planea reducir las emisiones de carbono del transporte en un 20% durante el periodo de 20 años entre 2010 y 2030, escribió Rebecca Elliott del Wall Street Journal a principios de esta semana. Esto ofrece un fuerte incentivo para que los refinadores cambien a biocombustibles, y este incentivo es crucial para esa transformación.
En el mercado nacional más amplio, el combustible diésel renovable, un combustible producido a partir de diversos aceites usados, que es lo que Philips 66 hará en la refinería de Rodeo, sólo representa alrededor del 1% de las ventas totales de diésel.
Sin embargo, parece que California sería un mercado lucrativo para este producto, ya que Marathon Petroleum y HollyFrontier también tienen planes de diésel renovables para algunas de sus refinerías.
Cabe señalar que California puede que sea un mercado único, no lo suficiente para impulsar la transformación de toda una industria. Sin embargo, también es un mercado de biodiesel en crecimiento y es el más grande del mundo para el diésel renovable.
California está otorgando generosas subvenciones a los productores de biodiesel.
Precisamente ExxonMobil firmó recientemente un acuerdo de suministro de diésel renovable con una compañía llamada Global Clean Energy Holdings, en virtud de la cual la gigante estadounidense comprará 2.5 millones de barriles de diésel renovable anualmente a partir de 2022 para vender en California y en otros mercados.
California puede ser un mercado único, pero resulta ser el mercado más grande del mundo para el diésel renovable. Y está otorgando generosas subvenciones a los productores de biodiesel.
Estos acontecimientos sugieren que el efecto sin precedentes de la pandemia en la industria del petróleo y el gas en su conjunto ha hecho que los actores del sector desconfían de las sorpresas y se apresuran a tomar oportunidades a medida que se presentan.
Aunque muchos creen que lo peor ha terminado y el tema de recuperación de la demanda está presente con frecuencia en todos los titulares, todas las autoridades que emiten previsiones sobre la oferta y la demanda de petróleo y gas tienen insisten en que la incertidumbre sigue presente y que el futuro no está claro. Algunos cambiarán y sobrevivirán. Muchos no lo harán.
Más allá de las adecuaciones a biocombustibles
Además de las plantas de biocombustibles, en las refinerías del futuro post- pandémico, se espera que la demanda de crudo como combustible disminuya ante la presión de los vehículos eléctricos y otros combustibles alternativos, muchos esperan que los productos petroquímicos se conviertan en algún momento en el principal generador de beneficios para los refinadores.
Puede que este futuro no esté ni siquiera en el horizonte, ya que las ventas de vehículos eléctricos siguen siendo una pequeña parte de las ventas totales de automóviles, pero la industria se está preparando a medida que los gobiernos intensifican sus esfuerzos para reducir las emisiones.
Estos cambios en los patrones de demanda de combustible, así como la pandemia, han creado un exceso de capacidad de refinación. Este exceso tendrá que ser cerrado o ser reutilizado. No parece haber una tercera opción que incluya, una fuerte recuperación de la demanda de petróleo y un crecimiento equivalente de la demanda de combustibles en el futuro.
Ciertamente durante largo tiempo seguirá habiendo demanda de productos refinados del petróleo, incluyendo gasolina y diésel. La demanda podría incluso comenzar a crecer a partir de los niveles pre-pandémicos en algún momento, dependiendo de cómo el mundo maneje el virus. Pero este es un escenario aun muy incierto.
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