La crisis energética de China comienza a afectar al suministro de combustibles en algunas regiones del país. Las estaciones de Guangxi y Anhui, en el este y suroeste del país, han comenzado a limitar el suministro a 1.000 yuanes por cliente para racionar el consumo, esto frente a los 2.500 yuanes anteriores.
Los minoristas de combustible de algunas zonas de China están racionando los volúmenes para los clientes, mientras el país intensifica sus esfuerzos para evitar una crisis de suministro similar a la que afecta a los sectores del carbón y el gas natural.
Largas colas de vehículos serpentean desde las estaciones de servicio de las provincias de Guangxi y Anhui, y los camioneros suben vídeos a las redes sociales para compartir su situación.
En algunas zonas, las gasolineras están intentando evitar quedarse sin combustible en sus surtidores con la restricción a 1.000 yuanes por cliente/día de gasolina o diésel, lo que equivale a alrededor de 157 dólares.
China ha estado luchando contra la escasez de carbón y gas natural, lo que ha provocado un racionamiento de la energía y apagones, que han afectado a la actividad económica en algunas regiones.
Las limitaciones a la producción que está imponiendo Pekín a todo el país para reducir las emisiones está agravando la situación al dispararse el precio de las materias primas.
La atención se ha centrado ahora en el diésel, que es uno de los principales beneficiarios de la crisis energética porque puede utilizarse para alimentar generadores más pequeños que pueden proporcionar electricidad para complementar la red.
Las ventas de generadores se han disparado según ha ido avanzando las restricciones del gobierno en el uso de la electricidad.
Los pedidos han llegado antes de lo previsto este año de cara al invierno. China también ha reducido las exportaciones de diésel y ha aumentado las importaciones para intentar mantener unas reservas adecuadas.
Las refinerías de petróleo, tanto las independientes como las estatales, han subido repetidamente los precios del diésel y la gasolina al por mayor, alegando que los costos del crudo importado se han disparado.
Todas las refinerías han elevado repetidamente los precios al por mayor del diésel y la gasolina por la subida de la cotización del petróleo.
Esto ha reducido los márgenes de los minoristas locales y, en algunos casos, ha hecho que el combustible se venda por debajo de su costo, creando otra razón para que las estaciones de servicio limiten las ventas a los clientes.
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