Poco ha transcurrido desde que culminó la “semana BP” en donde la petrolera británica mostró su plan para convertirse en un gigante de la energía limpia y ya BP Plc vio caer el precio de sus acciones a un mínimo de 25 años.
El director ejecutivo Bernard Looney y su nuevo equipo directivo dieron un maratón de presentaciones durante tres días de la semana pasada, con el objetivo de responder a todas las preguntas sobre su reinvención, y mostrar que el gigante del petróleo puede adaptarse a un futuro con bajas emisiones de carbono sin sacrificar los rendimientos.
La nueva estrategia de BP
La super gigante planea aumentar las inversiones en negocios con bajas emisiones de carbono a US$ 5 mil millones anuales como parte de su transición, detener la exploración de petróleo y gas en nuevos países y reducir la producción de petróleo y gas en un 40% para 2030. También planea desinversiones de activos que están actualmente varados debido a los bajos precios del petróleo, incluso si los precios se recuperan.
A los inversionistas les preocupa que BP no pueda reemplazar los ingresos del petróleo y el gas con los ingresos de la energía renovable, donde la competencia ya es intensa.
Caída histórica en el precio de las acciones
Las acciones de BP cerraron en Londres el jueves a GBX 232.40 (peniques), el nivel más bajo desde octubre de 1995. Si bien la caída de los precios del crudo y los temores de la segunda ola del coronavirus no ayudaron, la caída sugiere que los accionistas no estaban convencidos por el discurso de su Director Ejecutivo.
Figura 1. Las acciones de BP cerraron al precio más bajo en 25 años.
Precio al cierre del viernes. Salvo por una fuerte caída a fines de marzo, cuando las acciones de BP cayeron a US$ 17.39, las acciones estaban teniendo buen comportamiento hasta mediados de agosto, cuando comenzó a declinar de manera constante, hasta alcanzar los US$ 17.93 el viernes 25 de septiembre.
El retorno sobre la inversión
En el corazón de la reinvención de BP se encuentra la reducción de la producción de petróleo y gas y el crecimiento simultáneo de su negocio de energías renovables. Looney prometió a los inversores que podría hacer esto mientras entregaba retornos del 8% al 10%.
Eso no es tan alto como los retornos de dos dígitos que a veces pueden generar los desarrollos petroleros, pero es mayor que muchos proyectos de energía limpia.
El director Ejecutivo Looney enfatizó la experiencia de BP, la integración, los bajos costos de endeudamiento y la destreza comercial, pero es probable que el mercado permanezca escéptico hasta que esos retornos puedan demostrarse en la práctica, escribieron analistas de Redburn en una nota de investigación.
El desafío de BP radica en desarrollar su conjunto de habilidades aplicadas a soluciones de energía renovable y obtener una ventaja competitiva en las áreas elegidas que permite a los inversionistas creer que pueden generar retornos financieros atractivos del capital asignado.
Llevar a BP a una posición en la que pueda generar ganancias de proyectos de energía renovable a gran escala requerirá muchos gastos iniciales. La compañía realizó una inversión de US$ 1.1 mil millones en energía eólica marina a principios de septiembre al comprar una participación en desarrollos en EE.UU. que son propiedad del gigante petrolero Equinor ASA.
“Para que BP cumpla su objetivo de bajas emisiones de carbono de 50 gigavatios de capacidad de generación renovable para 2030, se requiere un crecimiento considerable en los próximos años”, dijo Stuart Lamont, gerente de inversiones de Brewin Dolphin Holdings Plc. “Esto requerirá disciplina por parte de la empresa, asegurando un delicado equilibrio entre trabajar hacia los objetivos de descarbonización y lograr rendimientos atractivos para los accionistas”.
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