- Identificar los indicios de insolvencia en el sector de las renovables permite actuar de forma preventiva y poner en marcha un plan de reestructuración antes de que la situación se vuelva irreversible.
- Según datos del REFOR, en 2023 se registraron 21.298 concursos de acreedores en España mientras que, para este 2024, se espera un aumento significativo con una previsión de 33.623 concursos para todo el año.
Madrid, 7 de noviembre de 2024.- La insolvencia es una amenaza creciente en el sector de las energías renovables, particularmente, en empresas de autoconsumo y producción fotovoltaica.
Esto es debido a factores como el sobredimensionamiento (el rápido crecimiento de algunas empresas del sector sin una base financiera sólida), los problemas de gestión en un mercado altamente regulado, la competencia y la presión ejercida por las grandes empresas al tener una capacidad mucho mayor para soportar periodos de precios bajos, así como otros factores externos, como la subida de los tipos de interés o la volatilidad de los mercados energéticos.
Identificar los signos de insolvencia a tiempo permite a las empresas del sector actuar de forma preventiva, adoptando un plan de reestructuración que pueda evitar la quiebra y mejorar su viabilidad operativa.
Abencys, despacho especializado en insolvencia y reestructuraciones, ha identificado cinco señales clave que pueden alertar a las empresas de energías renovables sobre un posible riesgo de insolvencia.
En primer lugar, las pérdidas financieras constantes representan una señal crítica. Aunque las empresas de renovables puedan haber sido rentables en el pasado, la volatilidad en los precios de los componentes y el aumento del coste de instalación han afectado significativamente su margen de beneficio, especialmente en proyectos de autoconsumo. Si estas pérdidas no se abordan a tiempo, el riesgo de insolvencia se incrementa.
Otro indicio importante es la falta de liquidez. En un sector donde los proyectos requieren alta inversión inicial y el acceso a crédito puede verse limitado por la incertidumbre del mercado, la falta de efectivo compromete la continuidad de las operaciones. Esta situación dificulta cumplir con las obligaciones de pago y ralentiza el avance de proyectos estratégicos.
Por otro lado, el incumplimiento de pagos es otra señal común en momentos de crisis. Los problemas para cumplir con las obligaciones financieras, puede generar conflictos legales y dañar la reputación de la empresa, afectando su capacidad para asegurar futuras inversiones.
El aumento en los niveles de deuda sin una estrategia de amortización efectiva es también otra señal alarmante. Las empresas del sector a menudo dependen de préstamos y otras formas de financiación para expandir sus proyectos, pero con el encarecimiento de los tipos de interés, esta deuda puede ser cada vez más difícil de gestionar y, este tipo de endeudamiento no controlado, pone en riesgo la sostenibilidad financiera de la empresa.
Por último, los recortes en personal y operaciones clave son un síntoma de problemas financieros profundos. En el sector de las renovables, los recortes de personal afectan áreas estratégicas como la innovación en eficiencia energética o la expansión de proyectos de autoconsumo, reduciendo por tanto la competitividad de la empresa.
La importancia de un plan de reestructuración
Según datos del REFOR (Registro de Economistas Forenses), en 2023 se registraron 21.298 concursos de acreedores en España, y para 2024 se espera un aumento significativo, con una previsión de 33.623 concursos. Este incremento refleja la creciente presión que enfrentan las empresas de todos los sectores, incluyendo las de energías renovables, para gestionar sus finanzas de manera estratégica.
Ante este incremento de los casos de insolvencia, expertos como Manuel Gordillo y Alejandro Ingram, socios del despacho de abogados Abencys, subrayaban la importancia de implementar un plan de reestructuración adecuado, en el reciente webinar organizado por la Cámara de Comercio de Madrid «¿Cómo un plan de reestructuración puede salvar mi negocio?». Durante el acto, destacaron las estrategias clave necesarias para enfrentar estos desafíos con éxito y explicaron que un plan de reestructuración bien diseñado no solo aborda las urgencias financieras, sino que también permite a la empresa redistribuir sus recursos, optimizar procesos y fortalecer su posición en el mercado.
Además, durante el webinar, Manuel Gordillo subrayó lo siguiente: «la clave para la recuperación es actuar a tiempo y no esperar a que los problemas financieros sean irreversibles. Las empresas que toman medidas anticipadas tienen más posibilidades de negociar con sus acreedores en mejores condiciones y encontrar soluciones viables para evitar la quiebra».
Por su parte, Alejandro Ingram destacó la importancia de contar con asesores especializados para guiar este proceso, ya que «la complejidad de la normativa concursal y la situación económica de la empresa requiere un enfoque integral, que permita maximizar las opciones de recuperación».
Ambos expertos coinciden en que, cuanto antes se detecten los problemas y se elabore un plan de reestructuración, mayores serán las posibilidades de éxito. En definitiva, la anticipación es un factor clave en la viabilidad de cualquier proceso de reestructuración y contar con un equipo de expertos legales y financieros puede marcar la diferencia entre una reestructuración exitosa y la liquidación.