La Unión Europea va a presionar para que se ponga fin a la explotación de gas, petróleo y carbón en el Ártico, a pesar de que la escasez de energía sacude a países y empresas de todo el mundo, según un proyecto que contiene la nueva estrategia del bloque para la región polar.
Bruselas tiene previsto entablar conversaciones con sus socios sobre una posible prohibición multilateral de la explotación y compra de reservas de hidrocarburos del Ártico, que se encuentra en el centro de una creciente lucha de poder geopolítico.
El compromiso de la UE de mantener los combustibles fósiles del Ártico en el suelo pone de relieve los crecientes conflictos potenciales entre la agenda de descarbonización del mundo y el aumento de la escasez de energía que está afectando a los ciudadanos y a las empresas, incluso en Asia.
Los líderes mundiales se reunirán el mes que viene en una cumbre crucial sobre el clima organizada por las Naciones Unidas para decidir los próximos pasos en la lucha contra el calentamiento global.
“La UE presionará para que el petróleo, el carbón y el gas permanezcan bajo tierra, incluso en las regiones del Ártico, partiendo del principio de moratoria parcial de la exploración de hidrocarburos en el Ártico”, dice el borrador de la estrategia visto por Nikkei Asia.
El documento ha sido elaborado por la Comisión Europea y el servicio diplomático del bloque. Está previsto que se finalice y se publique esta semana.
La estrategia afirma que es necesario detener la extracción de combustibles fósiles en el Ártico para que los países de la UE puedan cumplir los objetivos del Acuerdo de París de 2015 de limitar el aumento de la temperatura por el calentamiento global. Pide que se amplíe el alcance de los actuales límites a la exploración de combustibles fósiles en el Ártico en zonas situadas en Estados Unidos, Canadá y Groenlandia.
Los estados miembros de la UE tendrían que cambiar drásticamente su comportamiento con la nueva política, ya que importan combustibles fósiles del Ártico, incluido un 87% del gas natural licuado producido por el Ártico ruso. La nueva estrategia no tendría fuerza legal, pero crearía una presión política para que los países miembros la cumplan.
La estrategia también plantea dudas sobre la participación europea en proyectos como el gigantesco proyecto de gas Arctic LNG 2, en el que la francesa Total tiene una participación directa del 10%. También participa con un 10% el consorcio japonés Mitsui-JOGMEC.
La Comisión Europea manifesto su intención de no hacer comentarios sobre los documentos supuestamente filtrados. Un portavoz de Mitsui dijo a Nikkei que la empresa está confirmando los detalles pertinentes.
Total dijo que no haría comentarios sobre las políticas de la UE, añadiendo que estaba comprometida con el desarrollo del proyecto Arctic LNG 2, “que es clave para ayudar a descarbonizar el mix energético de los países asiáticos fuertemente dependientes del carbón, en el marco del derecho aplicable”.
El objetivo de la UE para el Ártico pone de manifiesto un creciente dilema internacional, ya que los Estados se enfrentan a la escasez de energía en vísperas de la conferencia de la ONU sobre el clima que se celebrará en noviembre en Escocia.
China e India se enfrentan a un déficit de carbón, mientras que los precios del gas han subido mucho a medida que los países luchan por recuperarse económicamente de la pandemia de coronavirus.
El Ártico es una fuente potencialmente rica de combustibles fósiles, con aproximadamente el 13% del petróleo y el 30% del gas natural por descubrir, según una estimación del US Geological Survey.
La región polar también se está convirtiendo rápidamente en un escenario de competencia geopolítica. China ha incrementado su participación e inversión en los últimos años, con la vista puesta en la apertura de rutas de transporte antes inexistentes a medida que se derrite el hielo. Rusia por su parte ha intensificado su actividad militar en la región.
Según el proyecto de política de la UE, la “plena participación” en el Ártico es ahora una “necesidad geopolítica”. Quiere utilizar la región para reducir su dependencia de otros países, sobre todo de China, en lo que respecta a algunos preciados metales industriales.
La UE depende de China para el 98% de los suministros de metales de tierras raras y el 93% del magnesio.
Los ocho Estados árticos -Canadá, Dinamarca (Groenlandia), Finlandia, Islandia, Noruega, Rusia, Suecia y Estados Unidos- son “proveedores potencialmente importantes de materias primas críticas y de otro tipo”, dice el proyecto de estrategia.
“La construcción de cadenas de valor de la UE resistentes a través de la extracción y el procesamiento de materias primas sostenibles ayudará a la región del Ártico a desarrollarse de manera sostenible a través de la innovación y la circularidad”, dice el borrador.
La atención a los yacimientos metálicos del Ártico plantea cuestiones medioambientales propias, dado el impacto de la minería y los elevados insumos de energía que a menudo se requieren para procesar los minerales.
Noticia tomada de: Asia Nikkei / Traducción libre del inglés por World Energy Trade
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