La Unión Europea está considerando regulaciones obligatorias para el gas natural a fin de limitar las emisiones de metano, el segundo mayor contribuyente al calentamiento global después del dióxido de carbono.
En el marco del Pacto Verde Europeo (European Green Deal – EGD), la Comisión Europea ha realizado anuncios respecto a la revisión de su legislación energética y climática para aumentar las reducciones de emisiones, impulsar el despliegue de energías renovables y la eficiencia energética, y revisar la Directiva de Impuestos Energéticos.
En 2019, la UE propuso el EGD, un conjunto de 50 acciones para los próximos cinco años en todos los sectores para preparar su economía para la neutralidad climática en 2050.
El bloque europeo de 27 miembros es el mayor importador de gas del mundo, y la imposición de tales normas podría afectar a sus principales proveedores, que incluyen a Rusia y Noruega.
Publicada el miércoles, la estrategia de metano de la Unión Europea (UE) incluye un compromiso más claro que los borradores anteriores, que evitaban los límites de metano en el gas consumido en Europa.
La Comisión considerará objetivos de reducción de emisiones de metano, estándares u otros incentivos para la energía fósil consumida e importada en la UE en ausencia de compromisos significativos de socios internacionales.
Reducir el metano es clave para los planes de disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE a cero para 2050. Sin embargo, ese objetivo no captura las emisiones liberadas para producir o transportar gas a la UE, mientras que las normas de metano para el gas importado sí lo harían.
El comunicado dice que cualquier legislación seguiría una evaluación de impacto con la participación de socios internacionales.
Rusia es el segundo mayor productor de gas del mundo, solo superado por Estados Unidos. También, es el mayor proveedor de gas natural de la UE, casi las tres cuartas partes de las importaciones de gas natural del bloque europeo proceden de Rusia (38%), Noruega (25%) y Argelia (10%).
El metano, que se emite desde las tuberías e infraestructura de gas y petróleo con fugas, las minas de carbón no utilizadas y la agricultura, es 84 veces más potente que el CO2 en sus primeros 20 años en la atmósfera.
La Comisión también propondrá una legislación el próximo año que requiera que las compañías de petróleo y gas monitoreen e informen sobre las emisiones de metano y compromisos de reparación de las fugas.
La nueva legislación considerará prohibir el venteo y la quema de gas natural, que liberan enormes cantidades metano a la atmósfera. Usualmente, el gas natural se quema deliberadamente.
Empresas como Shell y BP han establecido objetivos voluntarios para frenar las emisiones de metano, y la Agencia Internacional de Energía dice que un tercio de esas emisiones podría ahorrarse sin costo neto, ya que el gas capturado podría venderse.
Los datos adicionales han mostrado emisiones de metano significativamente más altas que los niveles reportados por la industria, en este sentido, la Comisión dijo que ayudará a lanzar un organismo internacional independiente para recopilar datos, apoyado por la UE.
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