La Unión Europea está considerando la posibilidad de imponer sanciones a Sovcomflot, la mayor naviera rusa, en su último intento de reducir los ingresos público del Kremlin.
Sovcomflot, de propiedad estatal y la mayor naviera de Rusia, ha sido fundamental para la continuidad de las exportaciones de crudo de Rusia tras el tope de precios y las sanciones de la UE y el G7, lo que la convierte en un objetivo natural para nuevas medidas sancionadoras de Occidente. La compañía también transporta gas natural licuado.
En respuesta a la guerra de Rusia en Ucrania, el Grupo de los Siete países industrializados (G7) impuso un tope de precios a las exportaciones rusas de crudo y productos petrolíferos para limitar el acceso del país a los servicios occidentales de transporte marítimo y seguros.
Moscú se ha adaptado a las restricciones, incluida la prohibición de la Unión Europea de importar petróleo ruso, utilizando una enorme flota de petroleros en la sombra y vendiendo su petróleo a clientes asiáticos.
A principios de este año, Estados Unidos sancionó a Sovcomflot y a 14 petroleros individuales por su participación en las exportaciones rusas de crudo en el marco del régimen de precios máximos del G7.
La Unión Europea también propone sancionar a 13 buques implicados en el transporte de mercancías y tecnologías utilizadas en el sector de la defensa y la seguridad, así como en el transporte de petróleo y productos petrolíferos o que contribuyan a la expansión del sector energético ruso.
El nuevo paquete de sanciones necesita la aprobación de los 27 miembros de la Unión Europea.
La medida sigue a una actualización de sanciones de mayo, cuando la Unión Europea puso la mira en el GNL ruso.
El Comisario de Energía, Kadri Simson, declaró a S&P Global Commodity Insights a principios de junio que este plan -el decimocuarto paquete de sanciones de la UE- incluía tres proyectos de GNL en la lista negra, entre ellos Arctic LNG 2, Ust-Luga y Murmansk, y añadió que este paquete de sanciones sería «el primero en el que cubrimos también parcialmente el comercio de GNL y, en concreto, los transbordos».
Sin embargo, el decimocuarto paquete de sanciones de la UE dista mucho de ser un hecho, ya que todos los Estados miembros de la UE deben estar de acuerdo con el acuerdo y algunos países claramente al margen esperan que se eche por tierra el paquete.
Mientras se debaten estas sanciones, la Unión Europea intenta, paradójicamente, encontrar la manera de que el gas siga fluyendo a través de Ucrania tras la expiración del contrato actual, que Kiyv ha dicho que no renovará.
La razón: Los miembros centroeuropeos de la UE creen que pondrían en peligro su seguridad energética si renuncian a este gas natural.
La propia Ucrania está muy a favor de que continúe el tránsito de gas, que le reportó unos 1.000 millones de dólares en 2021.