En medio de la carrera global por dominar las tecnologías verdes, la Unión Europea se enfrenta a un dilema crucial en su estrategia de hidrógeno verde. Mientras busca acelerar el desarrollo de esta fuente de energía limpia, debe también proteger sus industrias locales frente a la creciente competencia china.
La Comisión Europea está elaborando normas más estrictas para garantizar que el financiamiento de proyectos de hidrógeno beneficie a las empresas europeas, después de que las industrias locales expresaran su preocupación por las importaciones chinas baratas, según declaró el lunes el responsable de la política de cambio climático de la UE.
La UE pondrá en marcha este mes su próxima ronda de financiación de proyectos ecológicos de hidrógeno, en un intento de Bruselas por impulsar una industria local que produzca este combustible.
Mientras tanto, la UE endurece su postura frente a otras tecnologías verdes procedentes de China, imponiendo aranceles a los vehículos eléctricos que, según dice, se benefician de subvenciones excesivas.
Los fabricantes europeos de electrolizadores, máquinas que utilizan electricidad para dividir el agua y producir hidrógeno, han advertido que no pueden competir con los productores chinos, más baratos.
Quieren que la UE los proteja añadiendo criterios que favorezcan a las empresas locales a su plan de financiamiento del Banco del Hidrógeno, algo en lo que el Comisario de Clima, Wopke Hoekstra, dijo que el ejecutivo del bloque estaba trabajando ahora.
«La próxima subasta será diferente. Tendremos criterios explícitos para construir cadenas europeas de suministro de electrolizadores», dijo Hoekstra en un discurso en la Universidad Tecnológica de Eindhoven (Países Bajos).
«Si la ciberseguridad y la seguridad europeas no pueden garantizarse, si los datos de nuestra gente y nuestras empresas no pueden garantizarse, las empresas no pueden obtener apoyo», dijo Hoekstra, añadiendo que mientras Europa tiene una buena presencia en la fabricación de electrolizadores, China está sobreabasteciendo el mercado a precios más bajos.
Hoekstra señaló que los criterios previstos para las subvenciones al hidrógeno, aunque aún no son definitivos, podrían incluir requisitos para que los trabajos se realicen dentro de Europa o establecer un límite a la dependencia de los proyectos de países no pertenecientes a la UE.
Las normas de ciberseguridad estarían orientadas a garantizar que los datos europeos «no acaben en manos de gobiernos de fuera de la Unión (Europea)», añadió en una entrevista conjunta con Reuters y Politico.
En abril, la UE concedió 720 millones de euros a siete proyectos europeos de hidrógeno. En aquel momento, fuentes de la industria dijeron a Reuters que las ofertas a bajo precio de algunos proyectos adjudicados indicaban que utilizarían equipos chinos más baratos.
Un documento de la Comisión mostraba que alrededor de una cuarta parte de los proyectos que optaban a la financiación planeaban adquirir sus electrolizadores fuera de la UE. Casi otra cuarta parte tenía previsto utilizar una combinación de equipos comunitarios y extracomunitarios.
Hoekstra afirmó que la UE no pretende cortar los lazos con China, sino actuar cuando considere que la competencia es desleal.