Los países de la Unión Europea aprobaron el lunes una ley para imponer límites a las emisiones de metano de las importaciones europeas de petróleo y gas a partir de 2030, presionando a los proveedores internacionales para que reduzcan las fugas de este potente gas de efecto invernadero.
El metano es el principal componente del gas natural que queman los países en las centrales eléctricas y para calentar los hogares.
También es la segunda causa del cambio climático, después del dióxido de carbono, y favorece el calentamiento global cuando se libera a la atmósfera a través de los oleoductos, gasoductos e infraestructuras con fugas.
En una reunión celebrada en Bruselas, los ministros de Agricultura de los países de la UE, que, al igual que todos los ministros, tienen potestad para aprobar leyes sobre cualquier tema, dieron el visto bueno final de sus gobiernos a la política, lo que significa que ya puede entrar en vigor. Sólo Hungría votó en contra.
A partir de 2030, la UE impondrá «valores máximos de intensidad de metano» a los combustibles fósiles comercializados en el mercado europeo. La Comisión Europea diseñará los límites exactos de metano para esa fecha.
Los importadores de petróleo y gas que incumplan el límite podrían enfrentarse a sanciones económicas.
Es probable que las normas de importación afecten a los principales proveedores de gas, como Estados Unidos, Argelia y Rusia.
Moscú recortó drásticamente sus entregas a Europa desde la invasión de Ucrania en 2022, y desde entonces ha sido sustituido como mayor proveedor de gas por gasoducto de Europa por Noruega, cuyo suministro tiene una de las intensidades de metano más bajas del mundo.
El Gobierno de Biden, que junto con la UE ha instado a los países a reducir las emisiones de metano en un 30% para 2030 con el fin de limitar el cambio climático, ha acogido favorablemente la ley sobre metano de la UE.
Estados Unidos estableció el año pasado sus propias normas que obligan a las petroleras a limitar sus emisiones de metano.
A partir de 2027, la UE también exigirá que los nuevos contratos de importación de petróleo, gas y carbón sólo puedan firmarse con productores extranjeros que cumplan normas de notificación de emisiones de metano equivalentes a las de la UE.
Entre esas normas figura la obligación de que los productores europeos comprueben periódicamente sus operaciones en busca de fugas de metano, en plazos que van desde cada cuatro meses en el caso de las terminales de GNL hasta cada tres años en el de las infraestructuras energéticas situadas bajo el lecho marino.
La política de la UE también prohíbe la mayoría de los casos de quema en antorcha y venteo, cuando las empresas de petróleo y gas queman o liberan intencionadamente metano no deseado a la atmósfera.