Con las nuevas normas para las subastas de energía verde anunciadas el 3 de agosto, Filipinas sigue reajustando su industria energética para satisfacer la creciente demanda y reducir al mismo tiempo su huella de carbono.
Las normas revisadas de las subastas verdes se produjeron unos meses después de que el país actualizara en abril su contribución determinada a nivel nacional (Nationally Determined Contribution, NDC, por sus siglas en inglés) en el marco del Acuerdo de París, y ese anuncio se produjo unos meses después de una moratoria sobre nuevas centrales eléctricas de carbón. Mientras tanto, el país está tratando de completar sus primeras terminales de importación de GNL y las instalaciones de regasificación y de resucitar un sector de energía renovable que se ha estancado en los últimos años.
Al mismo tiempo, sin embargo, Filipinas experimentó un duro varapalo económico debido a la pandemia del COVID-19, que ha desviado la inversión hacia la recuperación en áreas ajenas a la transición energética. Y su sistema de energía eléctrica mostró la tensión de años de falta de inversión, incluyendo una serie de cortes de energía en la región de Luzón (la más poblada) en mayo y junio.
Objetivos ambiciosos, con un asterisco
En su NDC actualizada, Filipinas aspira a reducir en un 75% sus emisiones de GEI para 2030 con respecto a la base de 2020.
Pero este objetivo viene acompañado de un inmenso asterisco: sólo el 2,71% de la reducción es “incondicional”, es decir, respaldada por programas gubernamentales específicos. El 71,29% restante de la reducción es “condicional”: se basa en el apoyo financiero de otros gobiernos nacionales e inversores internacionales. En una declaración emitida por la Agencia de Noticias de Filipinas el 22 de julio, los elementos condicionales se describieron como “dependientes de la financiación, la asistencia técnica y el desarrollo de capacidades que proporcionarán los países desarrollados”.
En esa declaración, el gobierno filipino señaló que no debería soportar la mayor carga para la reducción de emisiones, dado que sus emisiones de GEI per cápita son de 1,98 toneladas métricas ™ al año, es decir, la mitad de la media mundial de 4 tm.
Menos carbón, más gas y renovables
La moratoria de las nuevas centrales eléctricas de carbón, anunciada en octubre de 2020, es quizá su mayor medida de reducción de GEI hasta la fecha.
La energía de carbón representó casi el 48% de la energía del país en 2019-2020, según el Departamento de Energía de Filipinas (Deparment of Energy, DOE, por sus siglas en inglés), y el petróleo y el gas natural contribuyeron con otro 28%. Las energías renovables contribuyeron en un 24%, de las cuales un 90% fue energía hidroeléctrica.
El DOE no respondió a una solicitud de actualización de Net-Zero Business Daily sobre las centrales eléctricas de carbón que aún están en construcción.
De cara al futuro, el país tiene un plan doble para cambiar su pila de generación. En primer lugar, tiene previsto aumentar la generación a gas como combustible de transición, según los analistas de IHS Markit.
“Filipinas quiere empezar a importar gas natural licuado a corto plazo, ya que se prevé que la generación de electricidad a base de gas crezca, mientras que el único suministro nacional de gas se reducirá”, dijo IHS Markit en un informe de julio.
Según IHS Markit, se están construyendo o se han obtenido las autorizaciones para tres proyectos de GNL:
- Una subestación para conectar la terminal de GNL de 3 millones de toneladas anuales de Energy World Corporation a una central eléctrica de 650 MW.
- La unidad de regasificación de almacenamiento flotante de First Gen en la costa de Luzón, de capacidad no revelada.
- Una terminal de GNL y una unidad de regasificación operada por Excellent Energy Resources. Está respaldada por un acuerdo de compra de energía (PPA) de 20 años con Meralco, el mayor distribuidor de energía de Filipinas, por 1,2 GW de producción. Es el primer proyecto de GNL del país respaldado específicamente por un PPA.
IHS Markit espera que los dos primeros proyectos estén en línea en 2023 y el tercero en 2024, lo que contribuirá a que la demanda de importación de GNL aumente hasta los 2 millones de toneladas anuales (Mtpa) en 2026. En el mercado actual, esto situaría al país en el 25º lugar como importador mundial, con China y Japón, cada uno con unos 80 Mtpa.
La segunda gran estrategia del país es aumentar las energías renovables hasta el 35% de la producción de electricidad para 2030 mediante la incorporación de energía eólica y solar fotovoltaica.
Esto requeriría la adición de 20 GW de nueva capacidad renovable, frente a los 1,3 GW que están en funcionamiento actualmente.
Para ello, Filipinas se asoció con el Banco Mundial para lanzar la Hoja de Ruta de la Energía Eólica Marina de Filipinas en junio. El DOE ha adjudicado hasta ahora cinco contratos eólicos con una capacidad potencial combinada de 5 GW.
Pero esto es una gota de agua, según el Secretario del DOE, Alfonso Cusi, quien dijo que las estimaciones indican que Filipinas tiene más de 170 GW de potencial eólico marino. La agencia se ha comprometido a realizar una “evaluación sólida, independiente y práctica de las posibles vías de avance de la energía eólica marina en Filipinas“, dijo Cusi al anunciar la hoja de ruta.
En cuanto a la política, el 3 de agosto el DOE publicó nuevas normas para las subastas verdes, para las que está solicitando comentarios del público. Las nuevas normas pretenden “dar preferencia a las energías renovables” y apoyar el desarrollo y aumentar el acceso a la financiación de las mismas. En las subastas se incorporarán objetivos firmes para las energías renovables, con el fin de mantener al país en la senda de su objetivo del 35%.
En los dos últimos años, se han adjudicado contratos para una serie de tecnologías renovables, lo que indica el planteamiento global del país. Además, en 2020 entró en vigor un programa de eficiencia energética que obligaba a los organismos públicos a ahorrar un 10%, lo que supuso una reducción de la demanda de energía de casi 2,4 millones de kWh.
Más información en: IHS MARKIT / Traducción libre del inglés por World Energy Trade
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