La aviación es uno de los sectores más desafiantes para decarbonizar debido a su dependencia del combustible de avión convencional.
Para abordar esta crisis ambiental, las aerolíneas están explorando alternativas más limpias, como los combustibles de aviación sostenible (SAF).
Sin embargo, estos combustibles son significativamente más caros que el combustible de avión tradicional, lo que plantea desafíos financieros importantes para las aerolíneas.
Lufthansa Group, el mayor grupo de aerolíneas de Europa, introducirá un recargo por costes medioambientales de hasta 77,20 dólares (72 euros) por vuelo para cubrir parte de los costos derivados del uso de volúmenes adicionales de combustible de aviación sostenible (SAF), según informó el martes la aerolínea con sede en Alemania.
El recargo de entre 1,07 dólares (1 euro) y 77,20 dólares (72 euros) se aplicará a todos los boletos emitidos a partir del 26 de junio de 2024 con salida a partir del 1 de enero de 2025 desde los 27 países de la UE, así como el Reino Unido, Noruega y Suiza.
«El recargo está destinado a cubrir parte de los costos adicionales en constante aumento debidos a los requisitos medioambientales reglamentarios», dijo Lufthansa en un comunicado.
Las nuevas tasas coinciden con la normativa de la UE que obliga a las aerolíneas a utilizar al menos un 2% de combustibles de aviación sostenibles a partir de 2025.
Lufthansa afirma que no puede asumir los costos por sí sola. En 2022, su rival Air France-KLM instituyó un recargo de hasta 24 euros en los vuelos desde Francia y los Países Bajos.
«Estos incluyen la cuota de mezcla estatutaria de inicialmente 2% para el Combustible de Aviación Sostenible para las salidas de los países de la Unión Europea (UE) a partir del 1 de enero de 2025, los ajustes al Sistema de Comercio de Emisiones de la UE, así como otros costos ambientales regulatorios como el Esquema de Compensación y Reducción de Carbono para la Aviación Internacional».
A pesar de invertir mucho en nuevas tecnologías y combustibles, Lufthansa «no podrá soportar por sí sola los costes adicionales sucesivamente crecientes derivados de los requisitos normativos en los próximos años», afirmó.
«Parte de estos costes previstos para el año 2025 se cubrirán ahora con el nuevo recargo por costes medioambientales».
Ya en 2022, otra gran aerolínea con sede en Europa, Air France-KLM, añadió un recargo por combustible sostenible en sus salidas en Europa para ayudar a compensar los costes crecientes de utilizar SAE más caros.
El año pasado, Willie Walsh, Director General de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), afirmó que el sector de las aerolíneas estaría dispuesto a asumir el hecho de que el SAF siempre sería más caro que el combustible de aviación derivado del petróleo.
A pesar de las numerosas promesas de las compañías aéreas y del apoyo gubernamental a la producción de SAF, la alternativa del combustible para reactores derivado del petróleo se enfrenta a problemas de suministro, costos y materias primas, según los analistas.
Según la IATA, el SAF puede reducir las emisiones de CO2 hasta un 80%.
