Hasta hace poco tiempo los precios del petróleo se movían al alza o la baja con solo un comentario de los voceros de la OPEP, era la época en la que la organización tenía todas las ventajas y el control del suministro de crudo.
El solo indicio de que el cartel petrolero más poderoso del mundo iba a reducir la producción podía hacer que los precios del petróleo subieran dramáticamente.
Las señales del mercado parecen indicar que esos días han terminado.
Ahora bien, veamos algunos momentos en los cuales la influencia de la OPEP era evidente. El 30 de noviembre de 2016 el cartel anunció que reduciría la producción por primera vez en ocho años en medio de una importante crisis del precio del petróleo, el mercado recibió la noticia con mucho agrado. Antes de que ocurriera cualquier recorte, el mercado reaccionó y aumentó los precios de un cierre de US$ 50.74 en ese día a US$ 54.94 al cierre el 5 de diciembre de 2016.
A partir de ese momento y hasta hace poco tiempo, la OPEP podía generar cambios y mover el mercado con solo anunciar la posibilidad de ajustes en producción.
Este fenómeno aún se fortalecía en el último trimestre de 2018. El 7 de diciembre de 2018, la OPEP y sus aliados anunciaron que se reunirían para retener la producción de petróleo del mercado. La OPEP prometió retirar del mercado 1.2 millones de barriles de petróleo al día, lo que condujo al incremento de los precios del petróleo desde US$ 57.83 al cierre el 6 de diciembre a US$ 61.71 al cierre el 7 de diciembre.
Es a partir de ese momento cuando los efectos en el mercado como consecuencia de las decisiones de la OPEP dejaron de tener el impacto habitual .en el mercado y los precios.
Para el 1 de julio de 2019, cuando la OPEP y sus aliados acordaron extender los recortes de producción por otros nueve meses, la agitación como consecuencia de los anuncios de la OPEP ya se había atenuado. Los precios del petróleo no solo no saltaron, sino que se movieron en la dirección opuesta, no debido a los recortes de la OPEP; sino más bien, porque el mercado ya no estaba tan interesado. El crudo Brent con un precio de cierre de US$ 67.52 el 28 de junio, cayó a US$ 65.01 el 1 de julio y luego cayó drásticamente a US$ 62.72 al día siguiente.
¿Cuál es la causa de este nuevo comportamiento en el mercado mundial?, la respuesta es que han surgido nuevos poderes con suficiente peso para influir en el mercado. Estos motores supremos del mercado son en primer lugar China y luego Estados Unidos.
El efecto residual del auge del shale estadounidense cambió este comportamiento habitual. A raíz de la crisis del precio del petróleo que fue causada en gran medida por la nueva producción masiva en las zonas de esquisto bituminoso de EE.UU., el mercado comenzó a moverse más por las estimaciones semanales de datos de inventario de crudo del American Petroleum Institute (API) y los datos “oficiales” lo mismo que seguiría al día siguiente los datos de la Administración de Información de la Energía de los EE.UU. (EIA).
Ahora, todas esas estimaciones del API y la EIA se han visto opacadas en el mercado por la guerra comercial en curso, los datos económicos mundiales y las señales de demanda que provienen de China.
El mayor aumento en los precios del petróleo este año fue provocado por el ataque del 14 de septiembre contra las instalaciones petroleras de Saudi Aramco, pero ese aumento del 15% no fue tan significativo como lo fueron los ataques que sacó de circulación de manera inmediata el 5% del petróleo mundial.
En solo un día, quedó claro para los traders que Arabia Saudita pondría rápidamente en marcha medidas correctivas, y que no habría una crisis de suministro significativa.
Nuevamente la atención se enfocó de inmediato en China, EE.UU. y la disputa comercial.
Ahora, el más leve susurro de un posible “acuerdo” para poner fin a la guerra comercial, o una señal silenciosa de que las cosas van a empeorar, mueve la aguja del precio del petróleo de manera más volátil.
El 4 de septiembre, los precios del petróleo subieron más del 4% solo con los datos de la economía china. Antes de eso, el mercado estaba lleno de temores sobre el debilitamiento de la economía mundial.
El 10 de octubre, el petróleo alcanzó un máximo de dos semanas por las expectativas de que un acuerdo parcial entre China y EE.UU. sería el inicio del fin de la guerra comercial. El mercado vio las conversaciones como el mayor avance en la guerra comercial en 18 meses.
Sin embargo, este efecto fue perecedero y el petróleo redujo nuevamente sus ganancias.
Cada vez que se habla de la guerra comercial, el mercado petrolero escucha mucho más de cerca al respecto de lo que escucha otras informaciones como por ejemplo el derribo de un avión no tripulado estadounidense por parte de Irán, o incluso la desintegración de Irak en una posible guerra civil.
Ciertamente en estos días el mercado está prestando mayor atencion a esto de lo que está escuchando a la OPEP. Incluso está prestando atención a la cuenta de Twitter del presidente Trump más que al cartel del petróleo.
Ciertamente la guerra comercial es la mayor amenaza para los precios del petróleo, y el mercado lo comprende perfectamente.
La guerra comercial está deprimiendo el crecimiento económico en Asia y en los EE.UU. porque aumentó los costos para las empresas que importan bienes y como consecuencia aumentó los precios para los consumidores. Eso significa una caída en el crecimiento económico, que siempre se traduce en una caída del consumo de energía.
La OPEP concedió su propia derrota debido a que está perdiendo la batalla por el suministro
Pareciera que no importa cuánto tiempo continúe la OPEP con los recortes de suministro, esto no está teniendo efecto en el exceso de oferta en el mercado. De hecho, no ha tenido efecto incluso con una guerra civil en Libia, sanciones que han paralizado la producción de Venezuela e Irán, y el ataque más dramático en contra del mayor productor mundial.
Aun así, la OPEP continua avanzando en su política de recortes de suministro que le han traido como consecuencia la pérdida de participación de mercado a todo los niveles, mientras que el shale de EE.UU. sigue produciendo mayores cantidades. En otras palabras, la OPEP está renunciando a la producción y Estados Unidos está ganando cuotas de mercado.
Esto se traduce en que ciertamente los datos del inventario de crudo de EE.UU. pueden mover la aguja del precio del petróleo todas las semanas, más que cualquier declaración que salga de la OPEP.
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