Las fundiciones de aluminio de Australia están bajo amenaza de ser excluidas del mercado mundial debido a los altos costos de la energía en el país. Se avecinan cierres a menos que puedan encontrar un camino hacia una energía más barata.
Este escenario, aunque no es nuevo en Australia, se ve intensificado en momentos cuando las fundiciones de todo el mundo están bajo la presión de la caída de la demanda inducida por el coronavirus, que ha convertido al aluminio en uno de los metales básicos de peor desempeño en el London Metal Exchange.
Australia ocupa la sexta posición a nivel mundial y según estimaciones del gobierno produjo más de 1.5 millones de toneladas de aluminio hasta junio de 2020.
El director del Instituto Internacional del Aluminio, Miles Prosser, opina que cualquier productor de aluminio estaría considerando seriamente la viabilidad de cerrar sus instalaciones, si se observa las comparaciones de los precios mundiales de la electricidad, que son un factor determinante de la competitividad de una fundición, Australia se encuentra en este momento en el extremo superior.
El precio de la electricidad y los altos costos
Los altos precios de la electricidad han elevado los costos de las fundiciones del país. La industria australiana todavía paga elevados precios por el gas natural, un importante impulsor de los precios al mayor de la energía, dijo el regulador de competencia del país en un informe de agosto, en el que señala que, si bien los precios se habían moderado en 2020, la disminución no estaba en línea con las caídas más grandes observadas el mercado mundial del gas natural licuado.
La situación de las principales fundiciones
Alcoa Corporation, la octava productora de aluminio a nivel mundial, ha estado revisando opciones para su planta de Portland desde antes incluso de la pandemia, y podría cerrar la fundición después de que expire en 2021 un pacto de cuatro años con el gobierno para brindar apoyo financiero.
Las tres fundiciones de Rio Tinto Group, incluida la más grande del país en Tomago, se ven igualmente amenazadas a menos que la economía mejore después de que el gigante de los metales y la minería anunció el cierre de su planta de Tiwai Point en Nueva Zelanda a principios de este año.
La intervención del gobierno para frenar los precios de la energía o un mejor diseño del mercado energético se encuentran entre las opciones para controlar los costos de las fundiciones, dijo Prosser.
A medida que la red cambia para depender más de la energía eólica y solar, es útil tener consumidores de energía como las fundiciones, que pueden ajustar su demanda de electricidad rápidamente en respuesta a picos y valles en el suministro.
En un mundo con bajas emisiones de carbono, Australia debería ser el lugar de menor costo para fabricar aluminio gracias a sus abundantes recursos solares y eólicos, dijo Prosser.
La mayoría de las áreas ricas en recursos solares y eólicos en Australia están ubicadas tierra adentro y lejos de los centros urbanos y las ciudades.
La perspectiva para la demanda de aluminio es sólida durante las próximas dos décadas, y es probable que las consideraciones ambientales la vean favorecida por parte de los fabricantes por sus cualidades reciclables.
“De muchas maneras, Australia está abordando el desafío de cómo hacer la transición de la red, probablemente antes de lo que está sucediendo en otros lugares. Ahí hay una oportunidad si se configura correctamente”, dijo Prosser.
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