La producción de petróleo de Rusia podría reducirse en una cuarta parte el próximo mes, lo que supondría la mayor crisis de suministro en décadas, ya que los compradores evitarían las exportaciones del país tras la invasión de Ucrania, según la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés).
“Las implicaciones de una posible pérdida de exportaciones de petróleo ruso a los mercados mundiales no pueden ser subestimadas”, dijo la agencia con sede en París en su informe mensual publicado el miércoles. “Aunque todavía es demasiado pronto para saber cómo se desarrollarán los acontecimientos, la crisis puede provocar cambios duraderos en los mercados energéticos”.
Las sanciones al comercio con Moscú y la condena generalizada de su agresión han hecho que el petróleo ruso sea casi intocable para los comerciantes, y que empresas como TotalEnergies SE o Shell Plc se comprometan a reducir sus compras. Los precios internacionales del crudo se dispararon la semana pasada hasta alcanzar un máximo de 13 años, cerca de 140 dólares por barril, aunque desde entonces han retrocedido bruscamente.
La producción de petróleo ruso podría reducirse unos 3 millones de barriles al día, hasta los 8,6 millones diarios, a partir del mes que viene, lo que reduciría aún más un mercado mundial que ya se encuentra bajo presión por el repunte de la demanda tras la pandemia, según la agencia, que asesora a la mayoría de las principales economías.
Los mercados mundiales se enfrentan ahora a un déficit en los dos próximos trimestres, en lugar de los excedentes previstos anteriormente, según la IEA. Eso obligará a los países desarrollados a agotar aún más los inventarios de petróleo, que ya están en su punto más bajo desde 2014.
Figura 1. La UE y China fueron los principales destinos del crudo y los productos petrolíferos rusos en 2021.
Con los compañeros exportadores de Rusia en la coalición de la OPEP + hasta ahora se niegan a llenar la brecha, la IEA repitió que sus miembros – que incluyen a los EE.UU. y Japón – están dispuestos a liberar más de las reservas de petróleo de emergencia. A principios de mes, los países habían anunciado la liberación de 60 millones de barriles.
El líder de la OPEP+, Arabia Saudí, ha rechazado las presiones de Washington para que abra los grifos con mayor rapidez, en parte para preservar sus vínculos políticos con Moscú y en parte por la creencia de que los mercados siguen estando suficientemente abastecidos por el momento. El Primer Ministro del Reino Unido, Boris Johnson, está visitando Riad y Abu Dhabi en un intento de hacerles cambiar de opinión.
La crisis también está afectando a la actividad económica mundial y, con ella, al consumo de petróleo.
La agencia recortó en un tercio las previsiones de crecimiento de la demanda en 2022, ya que la presión inflacionista de los elevados precios de las materias primas deprime el crecimiento. El consumo de petróleo aumentará en 2,1 millones de barriles diarios este año.
Normalmente, una revisión tan pronunciada de la previsión de la demanda dominaría el informe, pero los cambios en las perspectivas de la oferta son aún mayores. Las previsiones de producción de los países no pertenecientes a la OPEP, entre los que se encuentra Rusia, se han reducido en 2,1 millones de barriles diarios para este año, el doble de la reducción de la estimación de la demanda.
Noticia tomada de: Bloomberg / Traducción libre del inglés por World Energy Trade
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