En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, dos grandes de la innovación se enfrentan en una carrera por el futuro energético: la Inteligencia Artificial y el Bitcoin. Esta confrontación por la supremacía en el uso de la energía quizás pudiera ser una oportunidad única para crear un sistema energético más eficiente y sostenible.
El apetito de las grandes tecnológicas, también denominadas Big Tech, por la energía está aumentando rápidamente gracias al nuevo enfoque de inteligencia artificial de estas empresas.
Sin embargo, el empuje de la inteligencia artificial en Big Tech no es el único gran consumidor de energía: bitcoin llegó primero. Ahora, ambos están inmersos en una carrera por conseguir tanta electricidad para sus centros de datos y operaciones de minería como puedan, incluso el uno del otro.
La competencia por la electricidad está sacudiendo el sector de la minería de criptomonedas, que consume mucha energía. Algunos mineros están obteniendo enormes beneficios alquilando o vendiendo a empresas tecnológicas sus infraestructuras y centros conectados a la red eléctrica, mientras que otros están perdiendo el acceso a la electricidad necesaria para mantener su actividad.
«La batalla por el dominio de la inteligencia artificial la libran las empresas más grandes y mejor capitalizadas del mundo, y se preocupan como si su vida dependiera de que ganen», declaró esta semana el director ejecutivo de Stronghold Digital Mining, una empresa de bitcoin, para un reportaje sobre las dos nuevas industrias ávidas de energía.
En la actualidad, los centros de datos representan entre el 1% y el 1,3% del consumo mundial de electricidad, frente al 0,4% de la minería de criptomonedas, según la Agencia Internacional de la Energía. Se espera que esta disparidad aumente.
Las Big Tech necesita energía para sus centros de datos para alimentar su inteligencia artificial. La energía disponible tiene un volumen limitado.
Y estas grandes de la tecnología no son las únicas que quieren utilizarla. Pero parece que los mineros de bitcoin no son ajenos a un buen negocio, como sugieren los comentarios de Greg Beard, de Stronghold.
El problema para la industria de Bitcoin es que no todas las empresas del sector tienen su propia fuente de electricidad, y las que no la tienen están perdiendo su acceso a la electricidad disponible porque las grandes tecnológicas pueden permitirse pagar más.
Es impresionante cómo la minería de bitcoins y ahora la IA han cambiado el panorama de la demanda de electricidad. En las dos últimas décadas, la demanda de electricidad en Estados Unidos se ha estancado debido a la mejora de la eficiencia energética y a la ausencia de nuevas fuentes de demanda, excepto los mineros de bitcoins, que no parecían lo suficientemente grandes como para mover la balanza de forma significativa.
Entonces las grandes tecnológicas decidieron tomarse en serio la IA y allí ocurrió el cambio, ahora las grandes tecnológicas están pujando más que los mineros de bitcoins por centrales eléctricas y contratos de suministro.
Los centros de datos podrían consumir hasta el 9% de la electricidad total generada en EE.UU. a finales de la década, más del doble de su consumo actual, a medida que las empresas tecnológicas inviertan fondos en ampliar sus centros informáticos.
Según el informe de Reuters sobre IA y minería de bitcoins, los analistas prevén que una quinta parte de la capacidad energética de la minería de bitcoins se destinará a alimentar centros de datos de inteligencia artificial en los próximos tres años.
Esta capacidad será vendida por los propietarios de las criptomonedas o adquirida por las grandes empresas tecnológicas en las guerras de ofertas que ya están en marcha.
Los analistas esperan que el 20% de la capacidad energética de los mineros de bitcoin se destine a la IA para finales de 2027. En el último año, los mineros de bitcoins y los propietarios de centros de datos de IA han competido cada vez más por los mismos activos y contratos energéticos.
De hecho, algunas empresas de Bitcoin ya se están reorientando como proveedores de energía y subcontratistas para los centros de datos de IA, según el informe, en reconocimiento de los cambios en el panorama de la demanda de energía y las oportunidades de beneficio inherentes a ese nuevo panorama.
En esencia, todo se reduce a una sola cuestión: la oferta limitada. Debido a esa oferta limitada, la revolución de la IA podría verse sofocada en sus inicios a menos que alguna nueva y abundante oferta esté disponible pronto.
Pero es bastante improbable que eso ocurra, a menos que hablemos de energía solar, que se construye rápidamente y es poco fiable como fuente principal de energía para un centro de datos. Pero ni siquiera la energía solar puede construirse con la rapidez y a la escala necesarias.
«No vamos a construir 100 gigavatios de nuevas energías renovables en unos pocos años. Estamos atascados», dijo el ex Secretario de Energía Ernest Moniz a principios de este año en declaraciones al WSJ sobre el tema cada vez más candente de la demanda energética de los centros de datos.
Sólo hay dos tipos de capacidad de generación que ofrezcan la fiabilidad de suministro que necesitan los centros de datos, ya sean operados por mineros de bitcoins o por grandes empresas tecnológicas. Se trata de los hidrocarburos y la energía nuclear.
Con el carbón en desuso, son el gas y la energía nuclear los que pueden alimentar la revolución de la IA y mantener a flote la industria del bitcoin.
Las nuevas normativas han hecho que sea bastante difícil que las nuevas centrales de gas tengan sentido desde el punto de vista económico, ya que les imponen tales requisitos de control de emisiones que sus costos se disparan.
No obstante, la insaciable sed de energía de las grandes tecnológicas, que hace que esas empresas paguen lo que haga falta para asegurarse el suministro, significa que aún podrían empezar a tener sentido.
Sin embargo, lleva tiempo construir nuevas centrales de gas, y también nuevas centrales nucleares. Qué van a hacer mientras tanto los mineros de bitcoins y las grandes tecnológicas es una cuestión interesante.
La única respuesta obvia en este momento es que la carrera entre las dos industrias ávidas de energía se intensificará aún más, y el suministro de electricidad será aún más valioso en las zonas geográficas con gran densidad de centros de datos.
Las grandes tecnológicas probablemente ganarán la carrera, al menos a primera vista. Pero los mineros de bitcoins aún podrían ganar bastante dinero si dejaran de ser mineros de bitcoins para convertirse en proveedores de energía de las Big Tech.
