La disciplina de capital del sector del shale estadounidense que comenzó el año pasado se enfrenta ahora a su mayor desafío, ya que los precios del crudo persistentemente altos impulsan los beneficios, mientras que los signos de que la última ola de Covid-19 pasará rápidamente indican que las perspectivas de crecimiento de la demanda han mejorado.
Según la Administración de Información de la Energía (Energy Information Administration, EIA), la producción de crudo de EE.UU. alcanzará un récord anual de 12,4 millones de barriles al día el año que viene, a pesar de las promesas de los productores de shale de ejercer una restricción de capital.
Se espera que la producción en 2022 alcance una media de 11,8 millones de b/d, frente a los 11,2 millones de b/d del año pasado. La EIA cita los precios del petróleo refiriéndose a que esperan que sean suficientes para llevar a cabo un aumento continuo de la actividad de desarrollo en las fases iniciales, que pronostican que procederá a un ritmo que compensará con creces las tasas de declive.
El director ejecutivo de EOG Resources, Ezra Yacob, ha hecho saltar las alarmas al afirmar que el productor de shale podría aumentar su producción en verano si las condiciones del mercado, en concreto, la combinación de los niveles de inventario mundial, la demanda y la capacidad sobrante de la OPEP, se alinean para mostrar la necesidad de una mayor producción de crudo estadounidense.
“En ese caso, EOG estaría en condiciones de volver a los niveles de producción anteriores a la crisis, lo que supondría unos 465.000 b/d, un crecimiento de no más de 5 puntos porcentuales”, declaró Yacob en una conferencia de Goldman Sachs a principios de este mes. “Si el mundo tiene necesidad de petróleo y hay espacio para aumentar nuestros barriles de bajo costo y bajas emisiones en el mercado, sin duda podemos conseguirlo”, afirmó.
Con la excepción de las empresas de exploración con capital privado, el sector del shale ha mostrado su mejor comportamiento durante la recuperación del mercado petrolero tras el colapso inducido por la pandemia de 2020.
Este colapso en el sector hizo que los precios del crudo en EE.UU. se volvieran negativos por primera vez. Las empresas que cotizan en bolsa se han centrado en el pago de la deuda y en el aumento de la rentabilidad de los inversores -mediante dividendos y recompras- en lugar de seguir su anterior estrategia de crecimiento a toda costa.
Pero sigue habiendo dudas sobre cuánto durará el nuevo mantra del sector sobre la disciplina del capital, a medida que los precios del petróleo suben, la demanda se recupera y persisten las dudas sobre la capacidad de la OPEP+ para restablecer la oferta en el mercado.
El tema de los 100 dólares por barril
Otros ejecutivos del sector del shale que intervinieron en la conferencia de Goldman Sachs coincidieron en que el sentimiento de los accionistas tendría que cambiar antes de que el sector reanude su crecimiento.
“Ahora mismo, para la mayoría de nosotros, los accionistas están diciendo que no queremos que crezcan, estamos enamorados de los rendimientos”, afirma el director ejecutivo de Diamondback Energy, Travis Stice.
Pero algunos productores podrían verse tentados a abrir los grifos si los precios del petróleo siguen subiendo. “No creo que sea bueno para el sector, pero si el petróleo superara los 100 dólares por barril, probablemente sí sería una señal de crecimiento”, afirma Stice.
Su homólogo en Devon Energy, Rick Muncrief, resta importancia a la amenaza que suponen las empresas independientes respaldadas por capital privado, que están relativamente libres de las presiones de los accionistas a las que se enfrentan sus rivales que cotizan en bolsa. “No sé si los privados moverán realmente la aguja”, afirma.
Según Bank of America, la producción de este año estará impulsada por las grandes petroleras y las empresas privadas independientes.
El mayor gasto se concentrará en la cuenca del Pérmico, en Texas y Nuevo México, que según los analistas del banco alcanzará un nuevo récord de producción anual de 5,3 millones de b/d.
La consultora Rystad Energy prevé que el gasto de capital (CAPEX) en el sector del shale en EE.UU. aumentará en un 18% hasta los US$ 84.000 millones este año, frente a los 71.000 millones del año pasado. Casi una quinta parte de las empresas encuestadas por el Banco de la Reserva Federal de Kansas City espera que las inversiones aumenten significativamente este año, y las empresas de los estados centrales de las grandes planicies necesitan que los precios del crudo alcancen una media de US$ 73 por barril para provocar un aumento sustancial de las perforaciones.
Sin embargo, una encuesta realizada el mes pasado por el Banco de la Reserva Federal de Dallas puso de manifiesto la preocupación de los productores de shale por la posibilidad de que la creciente interrupción de la cadena de suministro y la inflación asociada a la misma puedan afectar a la actividad de perforación y terminación de pozos en 2022, limitando las perspectivas de crecimiento, a pesar del aumento del gasto.
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