Como resultado de la digitalización, toda la economía se encuentra actualmente en un estado de agitación. Además, los problemas ambientales y energéticos son cada vez mayores y la necesidad de resolverlos, más acuciante. En este contexto, la ingeniería mecánica no es una excepción, sino todo lo contrario. Las nuevas regulaciones, la creciente presión sobre los mercados globales y las necesidades cambiantes de los clientes exigen innovación en una industria que tiene un enorme potencial.
El universo digital y las nuevas tecnologías para los sectores industrializados y productores de energía van a ser determinantes para definir las estrategias de las empresas y asegurar sus posibilidades de éxito, así como un factor cada vez más decisivo para la atracción de inversiones y de talento. Incorporarse a esta corriente no es opcional porque va a determinar la propia supervivencia de las empresas y, muy especialmente, en segmentos como el de la industria pesada, que se mueven en un marco de gran competencia y márgenes muy ajustados.
Eficiencia energética
La nueva directiva de diseño ecológico de la UE entrará en vigor en 2021. Para la industria de fabricación de maquinaria, se planean ahorros de energía adicionales, en particular para los motores eléctricos. Los reguladores de velocidad también se incluirán en esta ecuación y se verán afectados.
A partir del 1 de julio de 2021, la eficiencia energética de los motores trifásicos con una potencia nominal de 0,75 kW o más y que no supere los 1,000 kW con 2, 4, 6 u 8 polos, debe corresponder a la eficiencia IE3. Las excepciones a esta norma son los motores de alta seguridad Ex eb. En este contexto y para aprovechar al máximo el potencial de ahorro de energía de las aplicaciones, es necesario determinar la forma óptima del accionamiento, eligiendo entre un arrancador suave y un convertidor de frecuencia.
La administración de la energía, es clave
Por otra parte, para muchas empresas industriales la energía es un coste de primer orden, por delante, incluso, de los costes laborales. Muchos segmentos industriales son intensivos en el uso de energía y su uso y su gestión racionales condicionan la propia rentabilidad de la actividad.
En este sentido, Guerrero asevera que la digitalización “está siendo un factor determinante para la eficiencia energética en las empresas”.
Al ser un coste mayor, muchas han invertido en digitalización y racionalización con excelentes resultados de mejora de ratios globales de intensidad energética y, como consecuencia, de competitividad. “Pero este esfuerzo debe ir acompañado, para ser verdaderamente decisivo para mejorar la productividad del sector industrial, de medidas que permitan, garantizar en todo momento y de forma equilibrada, un suministro de energía seguro, un sistema de precios competitivo y el respeto al medio ambiente”, concluye el presidente.
Energía y competitividad
La eficiencia energética es muy importante de cara a la competitividad en el proceso del refino y en la reducción de emisiones generadas por esta actividad. “Para transformar el crudo en productos útiles tanto para la movilidad como para la industria petroquímica, por citar algunos ejemplos, se requiere un uso intensivo de la energía que supone altos costes operativos y tiene como consecuencia la emisión de CO2”, continúa el director general de AOP, quien también asegura que la eficiencia energética es ya, en la actualidad, “una de las palancas fundamentales para reducir nuestra intensidad energética y, por tanto, nuestras emisiones, y es una de las prioridades esenciales en nuestro sector, que lleva años implementando procedimientos de gestión energética y mejora de la eficiencia. Estos procesos de mejora continua ofrecen oportunidades que desde la asociación seguirán analizando, para reducir aún más las emisiones de sus centros industriales en el futuro. Se estima que mediante eficiencia energética nuestro sector puede reducir sus emisiones un 17% en 2030 y un 22% en 2050, con respecto a 2008”.
Ejemplos de Avances recientes:
AOP: Desde la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), su director general, Andreu Puñet, también constata que la adopción de nuevas tecnologías digitales a los procesos de fabricación pesada “más que relevante, es fundamental para transformar la industria del refino”. Según considera, “la adopción de nuevas tecnologías en el sector es lo que está logrando que los procesos y productos sean menos intensivos en energía y en emisiones. Por otra parte, la digitalización incrementa la eficiencia energética, clave en una industria en la que los costes energéticos constituyen más de la mitad de los costes de producción”. Y añade: “La optimización de los rendimientos y la seguridad de los procesos se incrementan notablemente con la digitalización y la aplicación de la inteligencia artificial a los mismos”.
FEIQUE (FEDERACIÓN EMPRESARIAL DE LA INDUSTRIA QUÍMICA ESPAÑOLA)
“La digitalización de la industria química permitirá tener la información adecuada, en el momento adecuado y sobre el dispositivo adecuado”, asegura, por su parte, Cristina González, directora de Estrategia, y Advocacy e Innovación de Feique y secretaria técnica de la Plataforma Tecnológica Española de Química Sostenible SusChem-España. En su opinión, este cambio sucederá de manera horizontal y abarcará todo el ciclo de vida del producto, incluyendo todas las etapas: abastecimiento, producción y ventas. Esto supondrá que los procesos actuales dentro de la industria química se puedan simplificar y agilizar reduciendo cualquier riesgo.
“Mejorará la calidad del producto y contribuirá a la reducción de gases de efecto invernadero”, agrega González y, en este sentido, se puede afirmar que la digitalización de la industria química es clave para orquestar el camino hacia la economía circular neutra en carbono incluyendo nuevas cadenas de valor. “Permitirá, además, aumentar la capacidad productiva y mejorar la creación de productos y servicios innovadores que la sociedad (o el cliente) demanda”.
UNESID (Asociación de las Empresas Productoras de Acero y de Productos de Primera Transformación del Acero de España)
La siderurgia es una actividad íntimamente ligada a los procesos de digitalización, que no es un fin en sí mismo, sino un medio, excelente, para incrementar la eficiencia de las operaciones.
La digitalización se encuentra en todas las fases de la actividad productiva y, desde hace unos años, ha comenzado a estar presente en las áreas ‘menos industriales’ de las empresas, sin duda, con un avance imparable.
“La utilización principal de la digitalización se concentra en las actividades productivas, en particular en control de procesos, que ha permitido incrementar sustancialmente la eficiencia de las operaciones”, opina Andrés Barceló, director general de la Unión de Empresas Siderúrgicas (Unesid), “la digitalización es un componente imprescindible en los nuevos desarrollos industriales derivados del proceso de des carbonización: no se pueden concebir los futuros hornos de tratamiento del material, sean de inducción o alimentados con hidrógeno ‘verde’ sin la digitalización de los procesos”.
Conclusiones
Definitivamente, La era de la nueva revolución industrial ya está aquí, y vino para transformar el mudo como lo conocíamos, en especial el sector de energía y manufactura. La revolución digital ha cambiado las reglas, las relaciones personales, los negocios, la comunicación y la manera en la que se emplea el tiempo por parte de todos. El impacto de la tecnología siempre se asocia a la conquista de más parcelas de libertad, pero también nos ha empujado a niveles de distracción y dependencia que ha modificado la manera en la que nos relacionamos con el mundo.
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